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Fiestas Fundacionales Hija Predilecta

"Las nadadoras canarias se caracterizan por su perseverancia y por su ilusión "

La técnico hace más de tres décadas que entrena en la piscina de Julio Navarro

Aurora Gil, el viernes, en la piscina de Julio Navarro. ANDRÉS CRUZ

¿Ha asimilado ya el premio?

Poquito a poco, la verdad es que mientras más se acerca la fecha más nerviosa me estoy poniendo.

¿Está entre los más importantes que ha recibido en su vida?

Es el más importante, porque normalmente en una carrera deportiva los que se llevan los premios merecidos son los nadadores y las nadadoras. Yo estoy un poco en la sombra y la verdad es que premio personal no he recibido ninguno. Así que este es el primero y además inesperado. Y me hace muchísima ilusión porque es el premio de mi ciudad y realmente yo soy una amante de mi ciudad. He viajado mucho por las competiciones de las niñas y cuanto más viajo más valoro lo que tenemos aquí, que a veces eso se nos olvida.

El galardón lo recibe usted por su trayectoria profesional. ¿Cómo se inició en la natación sincronizada?

Fue en el año 80. En el 79 vino un entrenador de natación que contrató la Unión Deportiva, que era como se llamaba el club antes, y su mujer, Carmen Martón, había hecho natación sincronizada en el Kallipolis de Barcelona. Al llegar aquí y ver que no existía esta modalidad, que en realidad era muy nueva en toda España, empezó a animar a las nadadoras que éramos un poco malillas con esta actividad. Y ese fue el inicio, empecé por no haber sido buena en natación, aunque llevaba nadando aquí en Julio Navarro desde que tenía 5 años cuando comenzamos mis hermanos y yo con los cursillos de natación. Tengo que decir y destacar también que el apoyo que recibí desde el principio de mis padres, especialmente de mi madre, fue muy importante porque sin eso no habría podido llegar hasta donde he llegado. Esta es una disciplina dura y sin ellos no habría sido posible.

¿Durante cuánto tiempo fue nadadora?

Nadadora como tal fui entre seis y siete años. Luego ayudaba a Carmen y cuando ellos se marcharon a la Península a trabajar, empecé yo con los entrenamientos. Yo antes, desde 1984 hasta 1986, había hecho funciones de apoyo, pero no fue hasta el 87 cuando definitivamente empecé a ser la entrenadora.

¿Fue a muchas competiciones en esos primeros años?

Sí, sí. De hecho yo empecé a competir en nada, porque comencé en enero y en marzo ya me estaba enfrentando a mi primera competición. Incluso me llegaron a poner un cero en una figura durante una competición porque no la hice bien. Así que he ido de lo más bajo, saboreándolo todo. Pasé de recibir ese cero a ser integrante del equipo español que fue el primero que compitió a nivel internacional en el campeonato de Roma del 83. Allí realmente fuimos a participar, porque quedamos séptimas, pero como equipo, fuimos el primero español en tener presencia en una prueba internacional.

¿Puede contar alguna anécdota sobre su paso por la selección?

En aquel momento la sincronizada era el patito feo de la natación. Había buenísimos saltadores, como Ricardo Camacho, y también nadadores, pero nosotras era la primera vez que íbamos a participar en un campeonato de Europa. Entonces nos habíamos hecho un stage en Sitges, en un hotel de una estrella y nos habían tratado fenomenal, pero íbamos en plan muy modesto. Incluso llegamos a hacer exhibiciones para ayudar a costear esa concentración y resulta que cuando llegamos al aeropuerto y nos vamos al Campeonato de Europa, las dietas eran igual que la de los nadadores, teníamos una bolsa llena de material deportivo... ¡Una cosa exagerada! Y cuando llegamos a Roma fuimos a un hotel de cinco estrellas. Así que pasamos de estar en la concentración supermodestos a llegar allí y estar a ese nivel. Nosotras estábamos alucinadas con la diferencia y encima verte allí a Michael Gross o Vladimir Salnikov, los nadadores tan importantes que había, ¡fue un subidón! Eso lo recuerdo mucho, el contraste que vivimos. Además ese año también fue la primera medalla de bronce que consiguió el equipo nacional de waterpolo y nosotras no nos perdimos ningún partido.

¿En qué punto está actualmente su carrera?

Estoy aquí en el Club Natación Las Palmas, que es mi club de toda la vida, aunque al principio se llamaba Unión Deportiva. Ahora mismo estoy inmersa en nuevos proyectos con niñas jóvenes, que tienen mucho futuro. Esto es un ir y venir de generaciones y con este premio he sido consciente del número de niñas que han pasado por aquí. Estoy con mucha ilusión.

¿Hay buena cantera aquí?

Sí que la hay.

¿Qué caracteriza a las nadadoras canarias?

Son perseverantes, trabajadoras y tienen mucha ilusión por querer llegar.

De todas las chicas que ha entrenado, ¿alguna ha llegado a ser deportista de élite?

Paola Tirados. La nadadora de este club que llegó a ser medalla de oro olímpica y tiene muchísimas otras a nivel mundial, europeo y nacional. Ella es la que más alto ha llegado aquí dentro del club. Nadadora a la que por cierto con tres años enseñé a nadar, que eso es lo que mucha gente no sabe, cuando vino para hacer un cursillo que yo impartía. Ya en ese momento recuerdo hablarle a su madre sobre la flexibilidad que tenía y poco después, con seis años, vino y se inició en la sincronizada. Luego siguió siendo nadadora del club y la tengo que poner siempre como modelo porque es una persona que ha trabajado mucho a pesar de tener talento natural, es muy educada y respetuosa y con unos valores personales tan importantes que eso es lo que le ha llevado a llegar a ser lo que es deportivamente.

Hablaba antes de proyectos de futuro, ¿cuáles son?

Tenemos niñas muy jóvenes de 13- 14 años, Natalia Otero o Daniela Trujillo, con un futuro prometedor. Pero tenemos que ir subiendo peldaños poco a poco. Porque esto funciona por generaciones, no siempre surge un Rafa Nadal, una Gemma Mengual o una Paola Tirados. Los grandes deportistas son fruto del trabajo de muchos años y tampoco es tan fácil llegar a la cima del deporte. Hay que tener paciencia para dejar que esos talentos que tenemos se sigan desarrollando y no forzarlo.

Usted ha viajado mucho, en comparación a otros lugares, ¿cómo son las infraestructuras que la ciudad tiene para la sincronizada?

Depende de con quién te compares. Todo es relativo. Creo que en la ciudad hay lo que hay, no me quejo, porque tenemos espacio para entrenar, no todo el que quisiera, pero está bien. Conozco clubes que entrenan con muchísimo menos de lo que tenemos nosotros y, por supuesto, también los conozco que lo hacen con más. Hay bastantes piscinas en Las Palmas de Gran Canaria, pero evidentemente el espacio de la ciudad es el que es, no las vamos a poner en medio del mar. Así que yo no me quejo porque no salen mejores deportistas donde más espacio hay, sino donde hay más ilusión y ganas de trabajar.

En mayo se celebró aquí el Campeonato de España. ¿Le gustaría que esto se repitiera?

Me imagino que es costoso traer un campeonato de ese estilo, pero bueno, fue una gozada ver a la selección española, que está ahora en una etapa de regeneración y, personalmente lo veo en muy buen camino. También estuvo Ucrania y fue una maravilla ver la dimensión de la sincronizada de élite. Eso es un gusto para lo que amamos este deporte.

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