Anesco se desmembra. El preacuerdo que durante esta semana han alcanzado los sindicatos con los principales grupos de la estiba, ha restado poder a la patronal. A ello se unió la decisión tomada por Ership -carga y descarga de graneles- y Bergé -movimiento de vehículos-, dos de las compañías más importante del sector, que ayer decidieron abandonar la asociación, según informó el digital El Confidencial. Los trabajadores realizaron este miércoles paros en las instalaciones de estas dos compañías, que no se adhirieron al pacto que sí firmó finalmente la terminal de contenedores Opcsa del Puerto de La Luz, donde se operó con normalidad al igual que en la de La Luz Boluda, que ya el pasado martes rubricó el documento en el que se garantizaba los puestos de trabajo de todos los estibadores hasta la firma del V Acuerdo Marco, cuya fecha límite es el 30 de septiembre.

El sector se enfrenta a un panorama dubitativo. Los empresas firmantes superan el 51% del total que opera en el país. Esta situación le permitiría incluso formar una nueva organización que sirva de interlocutor con los trabajadores para sacar adelante el nuevo convenio y enterrar así el conflicto que dura ya más de cuatro meses después de que en febrero el Gobierno anunciara la inminente aprobación del real decreto-ley, que en primera instancia fue rechazado en el Congreso pero que se aprobó el pasado mes de mayo para así acatar las sentencia de la Unión Europea que obligaba a liberalizar la contratación de estibadores.

Los sindicatos no descartan intercambiar en las próximas semanas de negociador, como ya precisaron en el comunicado emitido el pasado martes. "Los grandes grupos empresariales (...) aducen que negociarán un acuerdo con esta premisa -la de garantizar la totalidad del empleo-, bien desde Anesco bien desde otra organización", indicaban Coordinadora, CGT y UGT. En el mismo adelantaban que habían iniciado una nueva estrategia de formalizar preacuerdos con estos grupos en los que se comprometían a mantener la paz social si se aseguraban los empleos durante la negociación del nuevo convenio.

El lobby Plataforma de Inversores en Puertos Españoles (PIPE) atacó ayer con dureza la posición de los estibadores. En una nota solicitó amparo al Gobierno de España y la Unión Europea ante lo que consideran "una nueva campaña de acoso a las empresas, obligándolas a firmar un acuerdo bajo la amenaza de nuevos paros". Esta organización, que engloba a grandes grupos como Noatum, Boluda o las empresas Bergé y Ership que ayer abandonaron la patronal, considera que el acuerdo es "ilegal" al "no respetar lo establecido en la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea y el Real Decreto-Ley aprobado". Según el lobby, el pacto mantiene el status quo anterior a la nueva ley porque elimina que las empresas tengan poder para decidir la dirección y organización de las empresas para seguir controlándolo desde la Sagep.

Mientras los empresarios deciden cómo afrontar la negociación con los sindicatos, en las terminales canarias se trataba de volver ayer a la normalidad. Como indicó el portavoz de la Asociación Sindical de Estibadores Portuarios (ASEP), Miguel Rodríguez, todas las empresas, excepto OHL con la Terminal de Contenedores de Tenerife, se habían acogido al pacto. Esto hizo que a partir de las nueve de la mañana los portuarios trabajaran a pleno rendimiento, aunque se volvieron a repetir retenciones de camiones en las entradas a las instalaciones de Boluda debido, según las asociaciones de transportistas, al retraso de la entrega de cargas pendientes de los días anteriores.