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Fiestas Fundacionales Hija predilecta a título póstumo

Una vecina predilecta

Aurora Pérez Pérez, fallecida en enero, lideró la lucha vecinal en el barrio de Schamann

A María Aurora Pérez Pérez le caracterizaba, entre otras cosas, su don para escuchar a los demás. Luchadora por los derechos de aquellos que la rodeaban y firme defensora de la cultura como arma para la libertad, lideró el movimiento vecinal en Schamann a través de la asociación que fundó el mismo día de su cumpleaños. Sencilla, honesta y tímida hasta el final de sus días, dejó tras su muerte el pasado 5 de enero el legado de una labor que vivirá por siempre en el barrio que hoy celebra el reconocimiento que ha querido hacerle la ciudad con su nombramiento como Hija Predilecta, a título póstumo.

Nació en Arenales el 14 de diciembre de 1947, en la calle Suárez Naranjo. No obstante, la mayor parte de su vida la pasó en la parte alta de la capital, donde se formó no solo profesional y políticamente, también lo hizo como persona. "Cuando era pequeña no le gustaba mucho salir, y se pasaba horas estudiando y, por supuesto, ayudando en casa", recuerda uno de sus cuatro hermanos menores, Valentín, que será quien recogerá mañana el premio en su honor.

Un distintivo más que merecido para quienes la conocieron de cerca, si bien coinciden en que de haber estado viva, "no lo habría consentido". Y es que Aurora Pérez, nunca buscó el protagonismo, ni mucho menos el poder. Una premisa que le llevó a rechazar varios cargos dentro del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), donde siempre militó sin que ello supusiese un impedimento para entenderse con representantes de otras fuerzas políticas. Su objetivo era claro: lograr la justicia social.

Empezó haciéndolo desde muy joven. Estudió graduado social y varios idiomas que más tarde le sirvieron para atender a más de un cliente extranjero que pasaron por las perfumerías en las que trabajó, como las desaparecidas Costa Azul, en Santa Catalina o la céntrica Montecarlo. Su dominio de otras lenguas también le fue muy útil en Galerías Preciados, en cuya sección de perfumería trabajó durante 18 años. En estos almacenes, inexistentes también actualmente, fue presidenta del comité de empresa por UGT durante la época en la que se aprobó la Ley del Comercio.

Pérez también fue fundadora junto a José Miguel Jiménez de la Federación de Asociaciones de Vecinos El Real de Las Palmas, donde ostentó la secretaría según recoge un artículo de este periódico publicado en septiembre de 2012 bajo el título de Una vecina militante. Y el mismo día de su cumpleaños, el 14 de diciembre de 1992, constituyó de manera oficial la asociación de vecinos para la que eligió el nombre de Schambenito en "honor a su barrio y a Galdós", explica Nieves Jiménez Miranda, quien trabajó con ella codo a codo en Schamann. Una entidad que inicialmente tuvo su sede en la calle Sor Simona de donde pasó posteriormente a Núñez de Balboa y de ahí a Doña Perfecta, antes de establecerse definitivamente en Doctor Jiménez Neyra donde actualmente se mantiene.

Desde allí, Aurora apoyó la plataforma que se creó para lograr que se entregasen las escrituras a los propietarios de las casas más antiguas de la zona "que se habían creado en la época de García Escámez". Asimismo, se implicó en la misma problemática que tenían los vecinos de Escaleritas. "Siempre tuvo amplitud de miras y no dudaba en ayudar en aquellas causas sociales que creía necesarias", coinciden también otras compañeras entre las que se encuentran María del Carmen López García y Pilar Déniz Romero.

Desde Schambenito también consiguieron recuperar las Fiestas de Los Dolores, con la ayuda del Patronato de Fiestas. Así como consiguió que se paralizase la creación de un pipicán que durante el pasado mandato el Ayuntamiento tenía intención de instalar en el mirador de la calle Rafael Mesa y López. Todo ello alternándolo con sus últimos empleos en la administración diversos centros de salud de la ciudad. Además, promovió todo tipo de iniciativas de ámbito cultural para "sacar a los mayores de las casas". Tanto es así que de una semana para otra avisaba de que se iban de excursión a algún museo o al mismo teatro, por no hablar de las visitas al campo y a la playa para entrar también en contacto con la naturaleza.

En esta línea, Aurora Pérez Pérez no se olvidó de los más pequeños del barrio a quienes prestó especial atención porque no quería que ningún pequeño sufriera o estuviera tirado en la calle. De ahí que no le temblase el pulso en denunciar ante la policía el aumento del tráfico de drogas dirigido a menores que se produjo durante algunos años en el barrio. Una situación que también combatió a través de la educación y del ocio con la puesta en marcha de actividades culturales con profesores incluidos durante la época de vacaciones de los chiquillos. "Impulsó la adopción de menores aquí en Las Palmas", asegura Jiménez Miranda. Asimismo, trató con las prostitutas, "a quienes intentaba ayudar a salir de esa vida".

Y es que en general y como motor principal de su labor, a Pérez le importaba el bienestar de sus vecinos, del barrio por el que veló hasta que el pasado 5 de enero falleció, no sin dejar antes atado el rumbo de la asociación que dejó en manos de "los Juanes". Ellos, Juan Alonso Díaz y Juan Gutiérrez, miembros de la asociación cultural El Ateneo, forman parte de la nueva directiva que preside el primero y que actualmente continúa trabajando para continuar con el legado que Aurora les dejó. Queda pendiente el encuentro de los vecinos más antiguos de la zona que no pudo ver, así como mucho trabajo que tiene como finalidad velar por el buen rumbo de Schamann. Un barrio que no la olvida, aunque ya no pueda pasear entre sus calles.

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