La tradicional ceremonia de entrega de los Honores y Distinciones que se celebra en Las Palmas de Gran Canaria como motivo del aniversario de su fundación, transcurrió en un ambiente emotivo en el que el escritor, ensayista y Catedrático de Literatura, Jorge Rodríguez Padrón, fue el encargado de trasladar el agradecimiento de los premiados al Ayuntamiento y los presentes. Unas palabras que, en primer lugar, dirigió de manera especial a su esposa y que recorrieron parte de su propia historia personal en la ciudad donde hace tiempo que no vive y a la que, sin embargo, ha vuelto "de sopetón" con su nombramiento como Hijo Predilecto.

"En ningún momento de mi vida me ha faltado la memoria de mis años de formación vinculados estrechamente a este lugar, a este paisaje urbano en donde siempre hallo la presencia de alguien o de algún acontecimiento que ha hecho de mi vida lo que es", comenzó el portavoz de los galardonados a quienes tiene como ejemplo para vivir "como es debido".

Rodríguez Padrón quiso compartir con todos los que ayer acudieron al Auditorio Alfredo Kraus, la manera que en todos sus compañeros es capaz de reconocerse así mismo. De este modo, empezó recordando el barrio de San Cristóbal que, en su infancia "como niño de Vegueta", tenía una identidad bien diferenciada a la que se le otorgaba "el ir y venir de los pescadores con sus barquillo y con la pesca", por lo que la entrega de la Medalla de Oro a su Cofradía de Pescadores "viene a corroborar la aventura sugestiva de vivir allí". Asimismo, también recordó la joya de la corona del litoral capitalino, Las Canteras, a cuyo máximo defensor "es de justicia" que también tenga el galardón de Hijo Predilecto.

El escritor valoró "las entregas calladas y la voluntad solidaria" de entidades como la Fundación del Centro de Orientación Familiar, así como de las asociaciones vecinales "cuyo espíritu encarna la persona de María Aurora Pérez, que ahora recibe el premio a título póstumo". Rodríguez Padrón agradeció igualmente el reconocimiento a "protagonistas destacados" como la actriz María del Carmen Sánchez o el presentador Roberto Herrera. Y, del lado deportivo, elogió el nombramiento de personalidades como Aurora Gil Dávila, como pionera de la natación sincronizada o "del doctor Garcés Martín o de Manuel Herrera Macario, del Club Metropole", otras de sus referencias adolescentes donde "se obró el milagro" de que llegara a desenvolverse "en el agua como pez".

Durante su intervención, el portavoz destacó la notable trayectoria de Joaquín Espinosa o del hombre vinculado al Puerto de La Luz, Vicente Marrero Domínguez. Así como no se olvidó de los doctores Antonio Calderín Ortega y Jorge Carlos Petit, este último consejero delegado del Hospital Perpetuo Socorro donde Rodríguez aseguró haber sido "atendido con cuidadoso esmero" en dos ocasiones.

En cuanto a los más próximos a él en el galardón por su dedicación al oficio de la palabra, el Cronista Oficial de Las Palmas de Gran Canaria, Juan José Laforet y el historiador Ángel Viñas; el catedrático confesó sentirse "algo cohibido junto a ellos" por sus méritos. "En el lado de las ciencias y de las Ciencias del Mar, el recuerdo de Guillermo García- Blairsy es justísimo y necesario", apostilló.

Por último, Rodríguez Padrón pidió permiso al resto de protagonistas de la noche, para dedicar la última felicitación al Colegio San Ignacio de Loyola. El primer centro de enseñanza en el que entró con apenas cinco años. De ahí que quisiera celebrar de manera especial la entrega de la Medalla de Oro al enclave educativo que además celebra este año su centenario. "Cómo no voy a guardar ese rincón del corazón en el cual habita aquella experiencia... Que hasta el olor permanece, a compañeros y a merienda, a cocina e internado". Un recuerdo que va más allá de sus días en el centro en los que desde la azotea de su casa veía a los padres paseando, "breviario en mano".