Más de 7.000 testigos de Jehová se reúnen este fin de semana en el Gran Canaria Arena con motivo de su Asamblea Regional de verano. Familias enteras, mayores y pequeños, acuden a una celebración an ual que tiene por objetivo "reflexionar, aprender y vivir la fe entre hermanos".
Las gradas del pabellón presentan un ambiente muy distinto al que se vive en los partidos del Herbalife. Los fieles de las 67 congregaciones de Canarias se sientan en familia, escuchando atentamente las enseñanzas de la Biblia que se van recitando a lo largo de las tres jornadas que dura la celebración.
Aproximadamente, el 40% de los asistentes viene desde otros puntos del Archipiélago. La organización puso de su parte para poder traer a discapacitados, personas mayores y gente que sin una ayuda no podría haber acudido. Incluso, muchos de los miembros presentes, residentes en la capital grancanaria, han acogido en sus casas a otros creyentes provenientes de otras islas, quienes no se podían permitir pagar una estancia.
En esta edición, el lema es ¡No se rinda! "Intentaremos que los fieles miren solo las cosas positivas de la vida, sin mirar atrás", comentó Jairo Ruiz, portavoz de los testigos de Jehová en Tenerife. El programa de actos está repleto de lecturas de versículos de las Sagradas Escrituras referentes a este mensaje. "La finalidad de estas conferencias es recibir instrucciones espirituales para nutrirnos, como unas vitaminas", señaló Ruiz, mientras explicaba un programa organizado el milímetro.
En la mañana del sábado se producirá uno de los momentos más esperados por los seguidores de Jehová: la ceremonia del bautismo. Un acto emotivo, cargado de simbología y espiritualidad. En ese instante 55 personas, quince más que el año pasado, reafirmarán su fe en las enseñanzas de la Biblia. Durante el acto, los futuros fieles se sumergirán en las aguas de la piscina del Gran Canaria Arena.
El discurso podrá seguirlo el público desde las gradas del recinto, al ser retransmitido por las pantallas gigantes de la pista. Se trata de un momento muy curioso en el que, libremente, los bautizados pasan a formar parte activa de una congregación.
Convivencia solidaria
La generosidad y la fraternidad se viven con devoción. Es el caso dela familia de Moisés Ramírez y Emma Santana, un matrimonio de Arucas que comparte estos días su hogar con una pareja de Lanzarote. "Con la crisis son muchos los que no pueden permitirse pagar un hotel, entonces prefieren pasar estos días con nosotros", comentaba ella. "En este caso, ellos dos están en nuestra casa y sus hijas en las de otros compañeros, entre todos nos ayudamos", continuó.
Este padre de familia es testigo de Jehová desde los 12 años, cuando recibió el bautismo. A diferencia de sus hermanos, él sí siguió los pasos de su madre, quien ya creía en esta fe desde que él tenía cuatro años. "Para nosotros seguir esta religión significa apegarnos estrictamente a lo que cuenta la Biblia, aplicarla en nuestro día a día", apuntó Ramírez, quien reconoció que para ellos el trabajo, en sus vidas, es algo secundario, frente al valor que se le da a la familia. Tres o cuatro tardes a la semana dedica esta familia, su hija de nueve años incluida, a ir puerta a puerta intentando predicar sus creencias entre el resto de ciudadanos.
En su día a día, no celebran fechas tan señaladas como la Navidad o los cumpleaños, "por su origen pagano", indicó. "Eso no quiere decir que no hagamos encuentros y no nos divirtamos. Mi hija hizo una fiesta del pijama la semana pasada", recordó entre risas Ramírez.
En cada una de las jornadas, los fieles cuentan con una hora y cuarto a medio día para poder comer, descansar y hacer vida social. En este intermedio todo son caras alegres, algunos ni siquiera salen del recinto para comer. Son unos días de júbilo para ellos, ya que muchos se vuelven a ver después de un año. Así, el encuentro va más allá de lo puramente religioso, pues se da pie a la convivencia y el intercambio de experiencias entre amistades. Muchos no dudaron ayer en hacerse un selfie para inmortalizar este día. Otros aguardaban la sesión de la tarde sacando la tortilla o el puré del niño del tupper para reponer fuerzas.
Vivir hoy la fe
Todas las labores de acomodadores o el servicio de objetos perdidos, las llevan voluntarios propios. Entre todos los miembros de las congregaciones tienen que sacar adelante un evento anual de suma importancia para ellos. Una asamblea que, además, se encuentra abierta al público, "para todos aquellos que sientan curiosidad por nuestra forma de vida y nuestras creencias", indicó Jairo Ruiz.
En el caso de Ruiz, su padre vivió esta religión en la clandestinidad durante la dictadura. "Tuvo que ir preso por renunciar al servicio militar, nosotros rechazamos cualquier tipo de forma de violencia", recalcó el portavoz tinerfeño. Aunque abrazó esta fe con 15 años, su hija de la misma edad aún no lo ha hecho. La joven se encuentra presente estas jornadas en la asamblea, pero aún sigue sin bautizarse. "Esperamos a que la persona madure, ella será quien tome la decisión", apuntó.
Hoy los testigos de Jehová reconocen que ya no son esa religión vista con recelos de hace décadas. "Realizo la labor de ir puerta a puerta en el norte de Gran Canaria y, por lo general, no recibo hostilidades, ni ningún tipo de problemas, ya no nos ven de forma agresiva", reconoció Juan León Esper Chair, portavoz de los testigos en la isla redonda.
