La Audiencia de Las Palmas ha impuesto tres años de cárcel a un policía municipal que falseó una denuncia de tráfico para perjudicar a una madre mientras dejaba a sus hijos en un colegio de la capital grancanaria.

La Sección Sexta de la Audiencia de de Las Palmas condena a Santos García Vega como autor de un delito de falsedad en documento oficial, tal y como solicitaba la Fiscalía y la abogada de la acusación particular, Idoia Mendizábal Caballero. El tribunal también impone al policía local una multa de 1.800 euros (seis meses a razón de diez euros diarios), así como la inhabilitación para ejercer cargo o empleo público durante el tiempo de la condena. El agente ha sido absuelto de un delito de amenazas.

Los hechos ocurrieron el 23 de septiembre de 2014, sobre las 11:30 horas, cuando la denunciante, por indicación de un compañero de Santos García, dejó su coche en medio de la vía que pasa por el colegio San Ignacio de Loyola, con la finalidad de dejar a sus dos hijos menores en el centro escolar.

Santos García, de 56 años, se encontraba en esos momentos dando indicaciones a los conductores para que siguieran la circulación y no se detuvieran delante del colegio. Por eso procedió a denunciar a la madre de los niños, en concreto por “parar el vehículo en medio de la calzada obstruyendo el carril de circulación”. La mujer, sin embargo, escribió en el mismo boletín de denuncia que no estaba conforme, pues había parado el coche “siguiendo” las indicaciones del otro policía. Eso enfadó a Santos García, que como “represalia” también multó a la conductora por “no respetar las señales del agente que regula circulación”, según los hechos declarados probados por la sentencia, de la que es ponente la magistrada Oscarina Naranjo.

El enfrentamiento del policía con la conductora no quedó ahí. El 4 de noviembre de 2014, casi dos meses después del primer incidente, Santos García volvió a encontrarse con la madre de los niños, que en esa ocasión estaba en las inmediaciones del colegio con su marido.

El agente, tras “intercambiar unas palabras con ellos”, abandonó el lugar sin notificarles ninguna denuncia. Sin embargo, esa misma mañana, tramitó en horas posteriores una nueva denuncia, esta vez por estacionar sobre la acera. El policía hizo constar en el boletín que el conductor “estaba ausente del lugar” y que dejaba una copia de la denuncia, todo ello “a sabiendas de que dicha circunstancia era absolutamente falsa”, establece el fallo judicial. De ahí la condena dictada por la Audiencia de Las Palmas, que es susceptible de recurso de casación ante el Tribunal Supremo (TS).