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Los cadetes 'conquistan' la ciudad

Más de 600 estudiantes de marina llegan al muelle de Santa Catalina en el buque escuela estadounidense 'Empire State VI'

El buque escuela 'Empire State' atracado ayer en el muelle de Santa Catalina del Puerto de La Luz. ANDRÉS CRUZ

Como sacado de una película. Esa es la estampa del buque escuela estadounidense Empire State VI, que en la tarde de ayer arribó al muelle de Santa Catalina del Puerto de La Luz. En sus cubiertas, unas decenas de las 650 personas que viajan a bordo amenazaban con conquistar por unos días las calles de Las Palmas de Gran Canaria en cuanto obtuvieran el permiso para abandonar el barco. Todos ellos iban vestidos con el típico traje de la marina norteamericana: los de menor rango, con mono marrón, bandera de su país en el hombro derecho y apellido en la espalda; y los de mayor con camisa blanca y pantalón negro. El mercante convertido en escuela, consignado por Marítima del Mediterráneo (Marmedsa), permanecerá hasta el próximo martes en la capital grancanaria para que sus ocupantes pasen unos días de descanso en los que poder descubrir los rincones de la Isla antes de volver a su formación en alta mar.

Pese a su nombre, este barco poco se parece al esbelto rascacielos neoyorquino que le da nombre. La única similitud se puede encontrar en la apariencia añeja de una embarcación construida en el año 1962, que durante su más de medio siglo de vida ha sido bautizado primero como Oregon durante su época de carguero, después como Mormactide cuando perteneció a la empresa que cubría la línea desde Estados Unidos hasta América del Sur, y, a partir de 1988, como Empire States; con un edificio levantado en la década de los 20 del siglo pasado e inaugurado el 17 de abril de 1930 coincidiendo con La Gran Depresión económica del país por el crac del 29.

Su figura estilizada de 173 metros de eslora esconde en su interior numerosas dependencias que han servido, incluso, como hotel para los damnificados por el huracán Katrina en Nueva Orleans en 2005, que se cobró la vida de más de 1.800 personas. No obstante, esta embarcación para la formación de futuros marines también ha sido utilizado como apoyo para misiones en las que se han visto involucrados sus compatriotas como en la evacuación de militares durante la Batalla de Mogadiscio de 1993, en la que se registraron casi una veintena de bajas por parte del ejército estadounidense.

En ese amasijo de hierros, que pervive al paso del tiempo a base de un buen mantenimiento, llegaron ayer los jóvenes que estudian en el Maritime Collegue de Nueva York, una mezcla de escuela de ingeniería y academia militar que cuenta con más de 140 años de historia. La letra M de azul y grana, que sirve de logo de la escuela, preside la chimenea. Es la misma combinación de colores que se utiliza para el casco.

En este viaje, los estudiantes, que su gran mayoría tienen una edad que pivota sobre los 20 años, pasan 45 días de navegación si se encuentran en primer y segundo grado, y 90 cuando están en el tercero. A Las Palmas de Gran Canaria llegaron más de 600, que tienen previsto realizar actividades a lo largo de los próximos cuatro días hasta que el martes vuelva a partir hacia su siguiente destino. Con anterioridad, el buque, que inició su viaje en Nueva York, pasó primero por el Caribe para después visitar Lisboa, Alicante, Palma o Palermo, en la isla italiana de Sicilia.

Este será uno de los últimos periplos que realice el Empire State VI puesto que está previsto que en 2020 sea retirado de la flota. En su lugar se construirá un nuevo buque, cuyo coste asciende hasta los 300 millones de dólares -257 millones de euros-. Eso si el actual presidente de los Estados Unidos de América, Donald Trump, y el Congreso tienen que aprobar la financiación para su compra, según una información publicada el pasado mes de marzo en el periódico New York Times.

La parada en la capital grancanaria también servirá para cargar los tanques de combustible y la despensa de productos para aguantar las próximas semanas de navegación. La consignataria se encargó ayer de entregar la correspondencia postal llegada durante los últimos días después de que la propia escuela diera cuenta en su página web de la dirección de Marmedsa en el Puerto de La Luz adonde remitir las misivas.

Además de leer las cartas que los allegados hayan hecho llegar pese a que los tripulantes se afanaban a su llegada en manipular sus teléfonos móviles, los estudiantes aprovecharan las próximas cuatro jornadas para aparcar la vida rutinaria que llevan en el interior del buque y viajar por la Isla para así tachar de la lista uno de los cientos de destinos que recorrerán durante su carrera como marines de la armada estadounidense o como marineros mercantes, la principal salida laboral de los estudios que realizan pese a que su formación se desarrolla bajo un régimen militar.

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