La Isleta disfrutó ayer de su popular romería-ofrenda a la virgen del Carmen, un desfile que concentró a decenas de isleteros e isleños de todas las edades tanto en el interior de la propia comitiva como a las puertas, ventanas y azoteas de muchas casas del popular barrio. A la misma hora, en la parroquia, los feligreses acompañaban a la imagen rezando primer el rosario y después celebrando la eucaristía y la novena hasta que a las siete y media de la tarde ambas comunidades de devotos -los de la diversión y la devoción- se juntaban a las puertas de la iglesia para honrar a la virgen. Todos querían la bendición con agua bendita que esparcía con alegría el párroco Agustín Sánchez.

A las cinco de la tarde, el presidente de la comisión de fiestas, David Sánchez, listín en mano, controlaba en la explanada de El Sebadal que todas las carretas y grupos folclóricos apuntados a la romería-ofrenda habían llegado antes de dar comienzo el desfile que recorrería minutos después algunas de las calles del barrio. Con los nervios propios que conlleva organizar un evento de este tipo en el que se mueven personas mayores, niños, animales y carros, Sánchez no dejaba pasar ni una.

"No les puedo poner delante. Tendría que adelantarles siete puestos y si lo hago con ustedes lo tengo que hacer con todos; que va, no puedo", decía a un romero que había venido desde algún rincón de la Isla y pretendía ponerse unos puestos por delante en la parrilla de salida para poder regresar antes a casa.

Cinco carretas con yuntas, varios carros y grupos de parrandas se habían dado cita para el desfile. Algunos habían llegado desde Ingenio, Carrizal, Santa Brígida, Fontanales, Telde y Sardinero. Y en la explanada de El Sebadal preparaban las yuntas y cargaban los carros de viandas y productos no perecederos que ofrecerían a la imagen para las familias más necesitadas del barrio.

"Complicado y duro". Así calificaba el presidente de la comisión de fiestas la marcha de los festejos a mitad de su celebración. Sobre todo por el cambio de ubicación que tuvieron que hacer a última hora del escenario, instalado en la explanada de El Sebadal. Para que los militares del regimiento Canarias 50 no les denunciaran porque impedía la salida de los vehículos del recinto y no se respetaba el perímetro de seguridad dado que se está en alerta terrorista y pese a contar con un plan de seguridad con el visto bueno del Ayuntamiento hubo que trasladarlo a principios de semana a las canchas deportivas de Porto Pi .

"A pesar del cambio, ha resultado más favorable para las fiestas, no hay que cortar ninguna calle y está muy bien acondicionado para el evento", señalaba el presidente de la comisión de fiestas, que dudaba si repetiría al año como máximo responsable dado el trabajo que ha conllevado esta edición sacar las actividades lúdicas del salón de actos de la parroquia, donde se hacían estos años, a la calle.

Pero ayer todo era alegría y fiesta para las decenas de personas que participaban en la romería, que abrían la reina infantil Chiara Manzano Reyes, de diez años de edad, y su corte de damas de honor -Yanely Ramírez Hernández, Dafne Manzano Reyes, Lorena Ramírez Farias y Gisel Cid Guardia- en su primer acto en las fiestas de la virgen del Carmen ya que fueron elegidas este mismo viernes.

Salvo Lorena Ramírez, que por primera vez se colgaba una banda sobre su cuerpo, el resto de las jóvenes ya se había llevado algún título en galas infantiles. "Fue algo inesperado, es la primera vez que me llevo la banda. Al principio estaba nerviosa, pero se me quitaron cuando salí elegida", comentaba la pequeña, de diez años.

Una Reina de Santa Brígida

Por detrás, les seguían las damas de honor de la Reina adulta -Attenagasi Sánchez Ortega y Nayra Castellano Suárez-, vecinas del barrio de Las Torres y de Costa Ayala, respectivamente. A mitad del desfile, se incorporaba la soberana Miriam Ortíz Santana, no en vano la joven tenía que llegar desde Santa Brígida, donde reside.

La parranda Pa`Ingenio arrancaba el desfile con la popular canción Somos costeros y los romeros enfilaban hacia la calle Roque Nublo con la ayuda de un coche de la Policía Local, que abría la comitiva.

En Andama esperaba Juana Rodríguez, sentada a la puerta de su casa junto a su hija Silita, su biznieta Rocío y su yerno José. "Voy a cumplir 89 años y ando con un tacataca, no puedo ir a muchos sitios", comentaba la mujer, contenta porque la fiesta pasara por su vivienda, donde mora desde hace 17 años.

"Mientras pueda aquí estaré. También salgo el Día del Carmen, pero no puedo ir muy lejos porque a mi marido no le puedo dejar solo, tiene vértigo, se marea", continuaba, mientras su hija aseguraba que ni antes ni ahora salió mucho de parranda en las fiestas de la virgen del Carmen porque "nunca fue fiestera".

La romería-ofrenda discurrió a un ritmo tan lento que casi parecía una comitiva de funeral, sino hubiera sido por la música. En la calle Tecén, numerosos vecinos se asomaban a las ventanas para ver pasar a los romeros, que ya habían iniciado la merienda.

Uno de los romeros de la carretera de Fontanales repartía trozos de suspiros de Moya a los vecinos de La Isleta. La localidad está hermanada con el barrio desde 1994 y desde allí había venido una carreta.

El secretario de la Asociación de Vecinos de Fontanales, Teófilo Pérez, indicaba que este año han vuelto a renovar el hermanamiento. Primero durante el pregón de las fiestas de La Isleta, el pasado 6 de julio, y próximamente lo harán en Fontanales, en las fiestas de San Bartolomé que se celebrarán del 14 al 24 de agosto. Concretamente, el día 24.

"Los isleteros siempre han sido muy devotos de San Bartolomé, llevan peregrinando hasta Fontanales más de 300 años", explicaba Pérez sobre el origen de esta fraternidad. Unos lazos de hermandad que hay que buscarlos en el propio surgimiento del barrio capitalino, que nació al amparo de la construcción del Puerto con vecinos provenientes de las zonas rurales del interior de la Isla. Tanto es así que hasta el municipio tiene una calle en La Isleta.

Ayuda

El grupo portaba para la virgen del Carmen y las familias necesitadas de La Isleta más de 400 kilos entre fruta, verduras y productos no alimentarios no perecederos gracias a la subvención que había dado el Ayuntamiento de Moya para que el grupo pudiera asistir a la romería-ofrenda.

Un buen carro de la compra que junto al resto de las carretas participantes, entre ellas las del Real Club Victoria y las de la propia comisión de fiestas, paliarán durante algunas semanas las necesidades de unas 120 familias del barrio que aún siguen pasando por Cáritas para recibir ayuda en el barrio, según indicaba el propio párroco Agustín Sánchez al inicio de las fiestas.

A las siete y media de la tarde, la comitiva llegaba a las puertas de la iglesia, donde la virgen del Carmen, vestida con su traje carmelita y envuelta en un gran manto azul celeste, esperaba la ofrenda de los romeros.

La hermandad con Moya continuará hoy mismo, a las 12 horas, con un concierto en la misma iglesia del Carmen a cargo de la Agrupación Musical Cumbres y Costas de la Villa de Moya. Para la ocasión, la banda interpretará una marcha procesional con el título de ¡Ay, Carmela!, que ha compuesto el director de la banda moyense, Octavio Suárez, a la imagen.

La pieza, de unos cuatro minutos de duración y dividida en dos secciones, trata de expresar la devoción por la virgen del Carmen y, a su vez, el carácter alegre y festivo de estas fiestas de la ciudad desde 2016.