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Una inmobiliaria echa a Suárez Gil de su finca de 24.564 metros en Tafira Alta

La Audiencia de Las Palmas ordena el desahucio del empresario porque vive en precario en su chalé

Una inmobiliaria echa a Suárez Gil de su finca de 24.564 metros en Tafira Alta

José Miguel Suárez Gil está obligado a dejar su residencia de Tafira en los próximos meses. La Audiencia de Las Palmas ha ordenado el desahucio del exdiputado regional y expresidente de la Cámara de Comercio, tras confirmar una demanda de la empresa Compras Conjuntas de Inmuebles SL que confirma la ocupación en "precario" de la vivienda.

Se trata de la casa en la que el empresario ha vivido durante los últimos 20 años, en Tafira Alta, ubicada en una parcela de 24.564 metros cuadrados de suelo rústico que fue adquirida en 1995 por el Fondillo SL. El expresidente de la Cámara fue el administrador único de esa sociedad hasta 2011, año en el que firmó un poder general a favor de su exesposa, la abogada Josefina Navarrete, que le relevó al frente de la entidad. Luego, el 20 de noviembre de 2014, Navarrete suscribió un contrato de permuta de obra futura y cedió la parcela a Compras Conjuntas Inmobiliaria, que ha iniciado el procedimiento para desalojar a Suárez Gil.

El matrimonio comenzó en 2011 un conflictivo proceso de separación que derivó en dos condenas penales: un año de prisión por encañonar a su ex con una pistola cargada, y otros diez meses de cárcel por vulnerar la orden de alejamiento impuesta para protegerla.

El empresario, que aún debe afrontar otro juicio por un delito contra la Hacienda Pública, también fue absuelto de tenencia ilícita de armas. La abogada Isabel Tabares demostró que el Cuerpo Nacional de Policía (CNP) violó sus derechos fundamentales al registrar la vivienda de Tafira sin una orden judicial. Esta última sentencia, que es de septiembre de 2015, ha sido ratificada ahora por la Sección Primera de la Audiencia de Las Palmas, con la magistrada Eugenia Cabello de ponente.

Registro ilegal

El tribunal rechaza la petición de repetir el juicio realizada por Navarrete y confirma la vulneración de los derechos fundamentales. Los agentes no se incautaron del arsenal de armas "en flagrante" delito, sino un rato después de haber irrumpido en la vivienda para detener a Suárez Gil, que en esos momentos apuntaba a Navarrete con la pistola. Esa situación de peligro, por tanto, había cesado cuando los policías hallaron las pistolas, las escopetas y la munición que el empresario guardaba en su residencia de Tafira Alta. Por eso la Sección Sexta certifica la ilegalidad del registro y, mediante la firmeza de la sentencia, cierra ese procedimiento de manera definitiva.

También es firme el fallo que ratifica el desahucio de Suárez Gil por ocupar en precario su propio chalé. El fallo está dictada por la Sección Cuarta de la Audiencia de Las Palmas, con Elena Corral de ponente, y ha sido notificado recientemente al Juzgado de Primera Instancia número 14 para que proceda a ejecutar el desalojo reclamado por Compras Conjuntas de Inmuebles SL.

Las fuentes consultadas aclaran que la empresa no ha solicitado aún la ejecución de la sentencia, pero Suárez Gil deberá abandonar su finca desde que se pida el cumplimiento del fallo. Sólo tiene, en ese sentido, la posibilidad de reclamar una prórroga para demorar su salida de la casa.

El empresario planteó a la Audiencia de Las Palmas que el procedimiento de desahucio no ha sido el correcto, sino que se ha optado por la "simulación" de una permuta para echarlo de la finca por la vía rápida, a través de un tercero, pues la empresa se constituyó tres días antes de formalizar la cesión y Navarrete, tras la realización de la obra, recibirá la misma parcela en la que vive su exmarido.

La Audiencia, sin embargo, no ve mala fe y se limita a ratificar que el procedimiento seguido es correcto, ya que la casa no es propiedad de Suárez Gil, sino de El Fondillo SL, de la que es administradora Navarrete. El tribunal reprocha al empresario que no impugnase el contrato de permuta, lo cual excede del juicio por desahucio y debió resolverse en otro proceso.

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