Agosto en Las Palmas de Gran Canaria significa cotillón, champán y uvas, muchas uvas. Después de seis años, Vegueta vuelve a celebrar sus doce campanadas de fin de año en pleno verano para amenizar la capital y no atolondrarla en la monotonía de las vacaciones.

Los bares y restaurantes de las calles Pelota y Mendizábal se prepararon para la ocasión. Dispensaron miles de litros de bebida a las más de 12.000 personas que esperaba el Ayuntamiento. "Está siendo tranquilo, el ambiente es parecido al de la noche de los jueves pero con música", señaló Manuel López, camarero de El Vasco de Vegueta, ataviado con un gorro violeta y su correspondiente corbata a juego. En la barra Manuel Botello y su familia se estaban poniendo las narices de payaso, las guirnaldas y los sombreritos. "Hemos venido ya varias veces porque es una fiesta diferente a diciembre, más de día, familiar y te cambia el verano", indicó este vecino jubilado del barrio de Schamann.

También en un local de la calle Pelota, José Delgado prefirió quedarse estos días en la capital a vivir el cotillón de risas y diversión. "El Sur está muy masificado estos días, aquí se está muy bien y hay buen ambiente de fiesta", aclaró este venezolano canario.

"Soy la chica Freixenet y vengo a romper el año", se presentó Sandra Rivero, justo después de su infortunio, pues casi se cae al suelo al tropezar. "No lo hice porque me agarré del hijo de mi amigo", comentó entre risas. Esta joven de la capital vivió sus terceras campanadas de verano con un vestido de noche que emula a los que utilizan las chicas en los conocidos anuncios de televisión de la marca de cava. Logró así convertirse en una de las estrellas de la noche.

Y del champán al mundo del espectáculo. Fran Peraza, presentador del informativo de fin de semana de Televisión Española, llegó a la fiesta con un grupo de amigos. Cada uno llevaba un collar a juego y un gorrito con un helicóptero. "Todos los años nos ponemos de acuerdo para venir con una misma temática", confesó este tinerfeño, que está pasando el mes de agosto en Gran Canaria por trabajo. "Soy del Puerto de la Cruz, pero mi pareja es de aquí y no me pierdo los eventos de la Isla", recalcó.

También con un grupo de amigos llegó Alejandro Arocha. "No me lo pierdo nunca, estaba en el Sur con mi familia pero me he escapado para poder estar con los amigos", señaló Arocha. Junto a él, su amiga malagueña, Carmen Padilla, no paraba de elogiar el ambiente "estupendo" de la fiesta. "Es una opción genial para quedarse en Las Palmas en agosto", apuntó.

Chelo Llorente tampoco quiso dejar pasar esta oportunidad de ocio, por mucho que ayer tuviera que trabajar. "Vine directa a Vegueta desde la oficina, comimos un poco y a disfrutar", detalló mientras agarraba la corona que llevaba puesta. Algo similar hizo Guillermo Santana, aunque esta era su primera vez en las campanadas de Vegueta. "Salí de trabajar a las cuatro, me cogí a los niños y vinimos corriendo hasta que ellos aguanten", explicó.

Durante toda la tarde, la banda de Los Lola amenizó la fiesta con sus versiones de los clásicos de los 90 y los 80. En los chiringuitos del barranco Guiniguada, donde se situó el escenario, Irina Hernández repartía unos cubatas. "Hasta el año pasado venía a disfrutar pero esta vez tocó trabajar", indicó la camarera. En su caso, como en otros tantos, se trató de un contrato de un día para cubrir el evento. "Estoy aquí currándomelo para ganarme el puesto", señaló decidida.

Unos puestos más arriba Pedro Viera acudió a la fiesta con pantalón negro, camisa blanca y pajarita. "Unos amigos me dijeron que había que venir así y ya ves", apuntó antes de dar un nuevo trago a su cerveza. A su lado estaba Ruslan Dmitrijev junto a su novia, esta pareja de Estonia se hospedaba en Arguineguín, pero oyeron hablar del fin de año de Vegueta y no lo pensaron dos veces. "Es algo muy loco, nos encanta", indicó el turista.