"Apartamento sobre el mar, con vistas del océano. Perfecto para parejas que quieran pasar unos días de relax mecidos por el suave balanceo del mar, en el mismo centro de la ciudad". Se trata de un anuncio de alquiler vacacional en la plataforma Airbnb de un velero situado en el Muelle Deportivo de Las Palmas de Gran Canaria.
Los barcos de arrendamiento turístico se han expandido entre los pantalanes de la Marina junto a las Alcaravaneras. La citada plataforma oferta más de 20 veleros con el puerto capitalino como base. Los precios oscilan entre los 15 y los 170 euros por persona y noche. Esta amplia horquilla se debe a la diferencia de capacidad alojativa que existe entre unas embarcaciones y otras, hasta ocho huéspedes pueden alojarse en uno de ellos.
Los anuncios describen detalladamente las prestaciones que ofrecen las embarcaciones. Entre las "bondades", destacan el centro comercial que existe dentro de los límites del Muelle Deportivo. Asimismo, muchos de los anunciantes omiten la existencia de una discoteca en ese mismo recinto, con música hasta las cinco de la mañana. Un hecho que no ha gustado tanto a varios de los turistas, como así lo han podido reflejar en varios comentarios en la web de alquiler vacacional.
Hay ofertas publicadas para todos los gustos. Con el título mi velero es tu apartamento vacacional, su propietario describe la embarcación como un "apartamento marinero muy acogedor, perfecto para vivir una experiencia nueva e inolvidable". Cuenta con una capacidad para siete personas, por lo que se pueden llegar a pagar hasta 400? por noche por el alojamiento entre todos los posibles huéspedes.
El fenómeno del alquiler vacacional se ha expandido de manera notoria en los últimos años en las ciudades españolas. En las zonas cercanas a Las Canteras, Santa Catalina y Guanarteme casi han desaparecido las ofertas de alquileres tradicionales de pisos y apartamentos. Asimismo, esta práctica se ha expandido, de tal manera que se ha vuelto más habitual entre las embarcaciones del Muelle Deportivo en el último año. "Muchos de ellos lo hacen porque han subido los impuestos por atraque", indicó Oliver Santana, pescador junto a su padre, Matías Santana, desde hace años en el recinto marinero.
"En cada pantalán hay entre uno y tres barcos que se alquilan por noche", indicó el británico Patrick Bidduph, quien vive desde hace siete años en su velero, Blue Zulu, pues no se permite arrendar un piso convencional con su sueldo.
Tradicionalmente los propietarios de embarcaciones en el Muelle Deportivo han arrendado sus veleros como vivienda por meses o con fines recreativos para realizar travesías entre Islas, o incluso, fuera de las aguas del Archipiélago. De esta manera, se produce un reemplazo de negocio similar al que ocurre en los barrios de la zona Puerto de la capital, donde la convivencia entre turistas y vecinos empieza a ser complicada en algunas comunidades de propietarios.
Utilizar un velero como vivienda, ya sea temporal o fija, no es algo nuevo. Entre los diques de la Marina de la capital son muchos los usuarios que tienen allí su residencia permanente. "Desde que me jubilé llevo siete años por gusto viviendo en barcos, empecé en el Mediterráneo, pasé por el Algarve y ahora estamos aquí en Canarias, desde hace dos años", apuntó Román al borde de su barco, el Makoki, después de hacer varios kilómetros en bici como cada mañana. "Ahora tenemos pensado pasar de septiembre hasta diciembre en La Palma", señaló su mujer Leni.
La tranquilidad y la seguridad que se respira en el entorno del muelle son los grandes atractivos para escoger este lugar como residencia o para pasar unas vacaciones. "La verdad es que prefiero pasar aquí unos días en invierno; el verano es tranquilo, pero en esa época esto es paz absoluta", recalcó Fran Ramos. A pesar de tener un piso en la capital no duda en pasar días o semanas sobre las cubiertas de su velero. Al fin y al cabo, las instalaciones del Muelle Deportivo incluyen panadería, cafeterías, además de tiendas centradas en el mundo de la náutica.
