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¿Fumar o no fumar en Las Canteras?

Los bañistas se preguntan si debería prohibirse en la playa

"¡Si yo fuera juez les condenaría para toda la vida!", grita con indignación Adrián Aguilar justo antes de salir corriendo para entrar en el agua. Su madre, María Rodríguez, se ríe por la ocurrencia de su hijo pequeño, pero coincide en que deberían tomarse medidas para limpiar la playa de Las Canteras de las cenizas y colillas que la ensucian todos los días. La bandera azul, símbolo de la calidad y buenas condiciones ambientales de la playa, ondea desde el paseo, pero los bañistas se preguntan, tras la proliferación de colillas en la playa, si esta está verdaderamente limpia. "¿Debería prohibirse fumar en la playa?", es la pregunta que ronda por la cabeza de muchos amantes de Las Canteras.

Las colillas abundan y puede verse gente echando las cenizas sobre la arena. María no es afín al tabaco, su hijo tampoco. Opina que si no prohibir, sí se deberían acotar zonas. Dividir la playa entre fumadores y no fumadores. "A mí me molesta el olor del tabaco y cuando llevo a mi hijo a la playa me gustaría estar en una zona en la que no tuviese que inhalar el humo del cigarro."

El efecto perjudicial para la salud es uno de los temas que más preocupan a los detractores del tabaco, pero el peligro para el medio marítimo (ya que las colillas no son biodegradables), y la imagen de la propia playa también son temas recurrentes. "Si yo fuera turista y me dijesen que Las Canteras es la mejor playa de la Las Palmas de Gran Canaria, no podría creérmelo al ver las condiciones." Sin embargo, María afirma que lo más importante del asunto es la educación ciudadana de cada uno. "Yo si me como un caramelo, tiro el papel a la basura. Los ceniceros cuestan un euro en el chino, y también los puedes traer de casa." Adrián sale del agua, mojado de los pies a la cabeza. "Yo es algo que odio. No se deben tirar los cigarros a la arena", sentencia. "Creo que no es asunto del Ayuntamiento, sino de los propios fumadores. Si este, de buena voluntad, ofrece medidas para limpiar la playa de colillas, me parece bien. Pero debería depender de los fumadores y su conciencia ciudadana y empatía", concluye su madre.

No todos los bañistas están de acuerdo con la opinión de esta ciudadana. "Creo que la playa está bastante limpia, a pesar de toda la gente que ha estado viniendo. Creo que la gente está dispuesta a colaborar", afirma Francisco Javier, y proclama que él siempre guarda sus colillas en un plástico, para poder tirarlas más tarde en la basura. "Nosotras siempre tiramos las cenizas en una lata de Pringles", afirma Elisabeth Sosa junto a su amiga, Paola Benítez.

Con o sin colillas, Las Canteras se cuida diariamente. La Concejalía de Ciudad del Mar se encarga de que así sea, y no sólo el servicio de limpieza criba la playa todos los días del año, a las seis de la mañana, sino que además hace tres años que se lleva a cabo la campaña de verano Disfruta-respeta. Una iniciativa cuya finalidad reside en formar la conciencia ciudadana basándose en tres puntos importantes para la buena conservación de la playa; recogida de residuos, uso racional del agua potable en duchas y lavapiés y el colilleo.

Con respecto a este último tema la Concejalía colaboró en 2015 con la compañía tabaquera Japan Tobacco International (JTI) para repartir por los principales accesos a la playa de Las Canteras miles de ceniceros azules con forma de conos. De este modo se evitaba que los bañistas fumadores echasen las cenizas a la arena, e incluso las colillas, además de fomentar el reciclaje y favorecer la sostenibilidad. Por desgracia, su objetivo quedó muy atrás. "Casi nadie los utiliza. De hecho, ni se ven", afirma Elisabeth, mientras se fuma su cigarrillo. Los conos azules son hoy un icono inexistente en la playa de Las Canteras. Dichos ceniceros, además de reutilizables, debían ser retornables, pero la segunda parte del plan nunca se llevó a cabo. "Desde que empezó el buen tiempo los vi poner una vez. Ya no hay ninguno", afirma Francisco. Y la respuesta a este misterio es sencilla. No se ven, porque ya no se renuevan.

Hace unos meses que cesó la colaboración con la JTI, puesto que los constantes robos de los ceniceros eran insostenibles, aunque no todo está perdido. Ciudad del Mar sigue luchando para concienciar al público. El concejal, José Eduardo Ramírez, pretende sacar a colación el debate sobre la prohibición de fumar en la playa en la reunión de la Microárea Ecoturística, consejo de representación ciudadana en la que participan diversos colectivos que puedan tener voz y voto en asuntos relacionados con el cuidado y respeto a la playa. La propuesta por una playa sin humo tratará de llegar a una solución entre todos los colectivos sobre si realmente debería o no prohibirse fumar.

"Yo creo que una buena solución sería poner ceniceros degradables, de usar y tirar. No hacen falta conos de plástico. También podrían dar trabajo creando un servicio que ofreciese ceniceros a los fumadores de la playa", propone Francisco.

Y es una buena idea, porque, de hecho, la Concejalía de Ciudad del Mar ya mantiene una colaboración con la Concejalía de Limpieza y Sostenibilidad para repartir en un futuro ceniceros de cartón reciclado.

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