Aún despuntaba la mañana en la bahía de Las Palmas de Gran Canaria cuando el crucero Columbus, de la Cruise & Maritime Voyages (CMV), hacía su entrada en la bocana del puerto capitalino rumbo a su punto de atraque en el muelle Santa Catalina. A bordo de la nave viajan 1.500 cruceristas que después del trayecto nocturno que les acercó a Gran Canaria desde Arrecife pudieron recorrer las calles de la capital y visitar sus principales emblemas turísticos. Una hora antes de la medianoche zarparon de nuevo rumbo a su siguiente parada, el puerto de Santa Cruz de Tenerife.

Esta era la primera vez en la que el Columbus visitaba el puerto capitalino, al menos desde que se llama así. Construida en 1989, esta pequeña ciudad flotante ha surcado los mares desde entonces con distintos nombres, como Star Princess, Arcadia, Ocean Village y Pacific Pearl. Fue el pasado mes de junio cuando pasó a formar parte de la flota de CMV y recibió su nueva denominación, aunque continúa manteniendo el espíritu distinguido que le ha granjeado su reputación como uno de los cruceros más distinguidos del Reino Unido.

No será la única ocasión en la que el Columbus haga escala en Las Palmas de Gran Canaria dentro de sus rutas por las islas atlánticas. Regresará al puerto el 21 de octubre y también poco antes de la Nochevieja, el 30 de diciembre. En ambos casos, al igual que ahora, permanecerá en el Santa Catalina durante unas pocas horas.

Arranque discreto

La visita del Columbus es la única marcada en un calendario que por el resto se ha mantenido prácticamente vacío en los dos meses que llevamos de verano, durante el que sólo ha recalado el Ventura en dos ocasiones. El arranque de la temporada ha sido más lento que el de la pasada, cuando en el mismo periodo de tiempo se contabilizaron hasta 14 escalas. Esa cantidad no se ha podido repetir en 2017 porque el AIDACara, que en 2016 usó el puerto capitalino como base, recorre este estío mares más septentrionales y ayer mismo se encontraba en Groenlandia.

Aun así, las previsiones que maneja la Autoridad Portuaria para la temporada son buenas, tanto en el número de escalas -que es ligeramente superior al del periodo anterior- como en el de cruceristas. De hecho, los cálculos realizados por el órgano de gobierno de La Luz pronostican un incremento del 15% del tráfico al pasar de 561.967 pasajeros a una estimación de 648.000.

De cumplirse estas previsiones el puerto capitalino podrá reforzar su posición dentro del tráfico nacional de cruceros, en el que Canarias mantiene un sólido 26% de cuota de mercado. Las islas acapararon en la temporada 2016-2017 un 1,9% del total mundial de cruceristas, aunque los datos del arranque de este año han sido más tímidos que los del pasado.

En concreto, el Puerto de La Luz vio descender el número de viajeros un 7,18% en los seis primeros meses de 2017 al reducirse desde 606.132 a 562.627 pasajeros. En cualquier caso, fuentes del sector consultadas por este periódico achacan esta disminución a factores coyunturales y descartan que las infraestructuras portuarias puedan suponer un hándicap para el crecimiento del sector dentro del negocio portuario. "El posicionamiento de Las Palmas de Gran Canaria es perfecto, toda la planificación para la temporada se cierra con mucha antelación y ahora ya sólo estamos esperando a que lleguen", apostillan.

Mientras tanto, la Autoridad Portuaria continúa proyectando el futuro del muelle Santa Catalina como centro de operaciones. Para ello trabaja en la ampliación hacia el sur de la explanada con una nueva superficie de 10.000 metros cuadrados cuya creación fue adjudicada el pasado mes de junio a la constructora Sato, del grupo OHL, por 2.083.441,85 euros. La intención es que alguna naviera de cruceros pueda levantar en este espacio una terminal de pasajeros privada similar a las que ya hay en otros puertos españoles.