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Vestigios de la ciudad de Galdós

Plácido y Pablo Checa elaboran una guía que permite conocer la historia de los lugares de la capital que fueron significativos en la infancia y juventud del escritor

Vestigios de la ciudad de Galdós

Benito Pérez Galdós todavía sigue presente en el lugar que le vio nacer y crecer. A pesar de que Las Palmas de Gran Canaria ha cambiado mucho desde que el escritor vivió en ella, son numerosos los rincones que albergan estatuas, grabados y hasta grafitis que rinden homenaje a una de las figuras más importantes de la literatura española. Con un museo y un teatro en honor a su figura, en Schamann es también posible pasear por el recuerdo de Doña Perfecta, Fortunata y Jacinta o Marianela, entre otros muchos personajes que dan nomenclatura a las calles del barrio donde el centro neurálgico de las actividades sociales también lleva el nombre de Don Benito. No obstante, la huella del escritor va más allá en el municipio en el que pasó sus primeros 19 años de vida.

La capital grancanaria de los orígenes de Galdós de mediados del siglo XIX no pasaba de Triana y Vegueta, cuyos límites separaba el barranco del Guiniguada que a diario el escritor atravesaba por los ya desaparecidos puentes de Palo o de Piedra. Este es el entorno en el que el dramaturgo desarrolló su niñez y juventud y en el que Plácido y Pablo Checa elaboraron hace unos meses una guía, a petición del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, que pretende brindar la oportunidad de conocer más en profundidad aquella ciudad que conoció Galdós y de la que aún quedan algunos vestigios. "La idea es reivindicar aquella pequeña urbe medieval y gótica que el propio escritor se llevó con él, en la que había muralla y castillos", señalan los autores que han estudiado en profundidad la figura del novelista que protagoniza varios de sus proyectos como el libro sobre la infancia y juventud en Canarias del escritor o la iniciativa Viajando con Galdós que todavía están en fase de creación.

Este recorrido, en concreto, arranca en la casa en la que Benito Pérez Galdós llegó al mundo, convirtiéndose en el menor de diez hermanos el 10 de mayo de 1843. La vivienda está situada en pleno corazón de Vegueta, en la calle Cano, y en ella vivió el literato hasta marcharse a Madrid con 19 años para estudiar Leyes, visitándola posteriormente en cinco ocasiones, la última de ella en 1894. El inmueble albergó una librería en la década de los 30 hasta que en 1958 fue adquirido por el Cabildo. El edificio, que se trataba de "una casa típica canaria de finales del siglo XVII", abrió seis años después como Casa- Museo, manteniendo elementos como el pozo y el carrillón.

El segundo alto en el camino es la Alameda de Colón, en la iglesia de San Francisco que actualmente acoge la sede del Conservatorio Profesional de Música de Las Palmas de Gran Canaria. Allí es donde Galdós fue bautizado a los dos días de nacer y cuyo sonido le acompañó hasta tal punto que en la base de su campana se grabó a principios de siglo una de sus frases en la que aseguraba que su sonido "lo distinguiría entre cien que tocasen a un tiempo".

El Gabinete Literario es la tercera parada de la ruta por la ciudad de Galdós. No porque el escritor lo frecuentase como tal, sino porque antaño el enclave albergó el primer teatro del municipio, que se inauguró en 1845 bajo el nombre de Cairasco. Este le pillaba justo al lado de la Academia de Dibujo a la que acudía. El inmueble también le quedaba de paso hacia el Colegio de San Agustín en el que realizó sus estudios. Un camino hacia las entrañas de Vegueta en el que el monumento más emblemático de la capital grancanaria es otra de las piezas claves de la ruta.

La Catedral de Santa Ana está todavía inacabada. Pero el joven Benito pudo ser testigo de la construcción de la torre sur, si bien "nunca llegó a ver el templete central", según recoge el libro Descubre y colorea la ciudad de Galdós elaborado también por Plácido y Pablo Checa. En cualquier caso, el novelista dibujó el templo con forma de gato, así como "en 1866 se volvió a fijar en ella para crear el Prototipo, un personaje romántico- literario" que protagonizó "la única obra galdosiana que se desarrolla completamente en Las Palmas de Gran Canaria", apunta el también presidente de la Asociación Cultural la Ciudad de Galdós.

La siguiente parada está justo enfrente de la Catedral. Se trata de las Casas Consistoriales que, aunque fueron quemadas intencionadamente un año antes de que Galdós naciera, fueron posteriormente el lugar en el que se debatieron numerosas propuestas para homenajear al dramaturgo como la de promover su nombramiento como Premio Nobel de la Literatura. Asimismo, "en 1883 se acordó colocar un busto suyo en el Salón Dorado" y a finales del siglo XX estuvo expuesta la estatua del escritor moldeada por Victorio Macho, en el pórtico de la edificación, tras la desaparición del Muelle Viejo.

"Como curiosidad", apunta Plácido Checa, "se puede contar que desde 1879 y hasta su inauguración en 1923 en su sede actual, el Museo Canario se encontraba en la planta superior del antiguo Ayuntamiento". Un lugar que el propio Benito Pérez Galdós tildó de "hermoso" como así quedó registrado en la dedicatoria que escribió en el libro de firmas de la entidad el 29 de octubre de 1894, en la que fuera su última visita a la ciudad. Actualmente, el museo que se emplaza en la que fuera la vivienda del doctor Chil, cuenta con una sala conocida como La habitación de Galdós en la que se encuentra el mobiliario que donó su hija del cuarto en el que falleció el 4 de enero de 1920 en su casa de Madrid el que fuera también cronista y político.

Faceta artística

Basta con caminar un poco más para llegar al ahora Palacio de Justicia de Canarias, ubicado en la plaza de San Agustín. En sus orígenes, el edificio albergó un convento agustino que, después de las desamortizaciones, se convirtió en el primer Instituto de Enseñanza Primaria y Secundaria que adoptó el nombre de Colegio San Agustín y cerró sus puertas definitivamente en 1917. Allí terminó el novelista el Bachillerato en 1862, no sin antes haber desarrollado "una intensa labor periodística y literaria" y haber cultivado sus dotes artísticas como poeta y dibujante que, en alguna ocasión, "le creó algún problema con profesores y alumnos". Entre sus compañeros estuvieron Fernando León y Castillo y Nicolás Estévanez.

El siguiente punto del recorrido es una de los más curiosos, no por la edificación en sí, sino por la historia que se esconde detrás de ella. Se trata del Teatro Pérez Galdós, el cual se inauguró en 1890 con el nombre de Tirso de Molina a pesar de la oposición que encontró el Ayuntamiento de la época por parte de muchos ciudadanos que se mostraron contrarios a que el nuevo coliseo se abriese en Bocabarranco, junto al Guiniguada (en su actual ubicación). Entre ellos estaba Galdós quien lo bautizó como el 'gran teatro de la pescadería'. "Lo llamó así porque estaba junto a la antigua pescadería de Las Palmas, que ya no existe y él era partidario de que se construyese en San Bernardo ya que en la zona donde se hizo no gozaba de buena reputación y además tenía al lado secaderos de pescado". Prueba de ese rechazo son el poema y los dibujos que hizo a modo de crítica por el emplazamiento del teatro que, "paradojas de la vida", terminaría llevando su nombre a partir de 1901 después de que el estreno de una de su obras, Electra, fuese tan exitoso que la gente del pueblo empezó a llamarlo el teatro de Galdós. "No obstante", aclara Checa, "no fue hasta 1910 cuando aparece como Teatro Pérez Galdós de manera oficial en un acta del Ayuntamiento".

La ruta por la ciudad de Galdós continúa por la calle Triana que tantas veces fue el escenario de las correrías infantiles del novelista. La vía principal, que se consolida "como un muestrario del desarrollo arquitectónico y comercial de la capital grancanaria", tal y como recoge el folleto, era el sitio de paso de Galdós hasta San Telmo, precisamente, el siguiente emplazamiento a detenerse durante unos minutos.

"La ermita de San Telmo se construyó a orillas del Atlántico a comienzos del siglo XVI", se puede leer en la reseña que acompaña a las fotos de la guía que contiene la ilustración de un plato antiguo de la ciudad, obra de Carla Fernández, Talamaletina. Junto a ella, se encontraba antiguamente el Muelle Viejo que se ubicaba donde está ahora la estación de guaguas. Este lugar tuvo "una gran influencia en Benito Pérez Galdós", ya que desde aquí cogió el barco que le llevó en 1862 hasta la Península, donde comenzó a estudiar Leyes en Madrid. Años después, cuando volvió por última vez en 1894 a la ciudad, pidió en la ermita uno de los barquillos que colgaban del techo y se lo llevó a su casa de Santander donde permaneció hasta el final de sus días. Actualmente, la embarcación está expuesta en la Casa- Museo. Asimismo, el Muelle Viejo fue uno de los lugares en los que se le rindió homenaje con la colocación de un monumento, obra de Victorio Macho, que fue trasladado en los años 60 a las Casas Consistoriales donde se colocó en el pórtico.

La penúltima parada es, precisamente, la calle que lleva el nombre del dramaturgo. Una vía que se trazó tras la demolición del Convento de San Bernardo y que adquirió la denominación de Pérez Galdós después de que así se acordara en el pleno municipal del 5 de octubre de 1883. Esta vía se extiende desde la plaza de San Bernardo hasta Bravo Murillo y a lo largo de ella cuenta con edificios emblemáticos para la capital como son el Palacete Rodríguez Quegles o el Cabildo de Gran Canaria.

El Rectorado de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria es el punto y final del recorrido que Plácido y Pablo Checa han diseñado para conocer mejor la ciudad en la que Benito Pérez Galdós se movió durante los 19 años que vivió en ella. La edificación se remonta a los primeros años del pasado siglo cuando, tras varias gestiones de Galdós en Madrid, el Cabildo insular abrió un instituto en la calle que lleva sus apellidos y que posteriormente pasó a las faldas del Guiniguada, inaugurándose en 1925 el primer centro de educación secundaria público con el nombre del escritor. Durante la Guerra Civil, el inmueble se usó como Hospital Militar y ahora alberga instalaciones universitarias.

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