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Los vecinos de Las Majadillas vuelven a sufrir el zumbido de la depuradora

Aguas achaca el ruido a una incidencia con el motor de ventilación debido al calor

Los vecinos de Las Majadillas vuelven a sufrir el zumbido de la depuradora

Después de apenas un mes de alivio, el ruido de la depuradora de aguas residuales de Tamaraceite vuelve a atormentar a los vecinos de Las Majadillas que viven más cerca de la estación. El Ayuntamiento atribuye la contaminación acústica a un incidente con el motor de ventilación, debido a las altas temperaturas, que se está intentando solucionar. Los vecinos aseguran que no pueden más y piden al alcalde Augusto Hidalgo que acuda al barrio para que compruebe lo que están sufriendo.

Las obras para eliminar los ruidos de la depuradora finalizaron el pasado mes de junio, pero desde la madrugada del pasado lunes, los vecinos no pueden dormir porque el zumbido ha vuelto y es "insoportable", según ha denunciado Belén Palma, una de las residentes afectadas junto a sus tres hijos menores. Agentes de la Policía Local han acudido al menos dos noches a la depuradora, tras recibir varias denuncias vecinales, para levantar acta de la contaminación.

Palma ha vuelto a solicitar una cita con el alcalde, Augusto Hidalgo. "Llevamos más de un año pidiendo hablar con él, pero el alcalde dice que no tiene por qué recibirme, que para eso tiene a sus concejales. Ya no me quedan fuerzas para aguantar esta tortura. Sólo le pido a Hidalgo que venga aquí, a mi casa, y que aguante lo que estamos pasando", afirmó Palma, quien llamó "mentirosa" a la concejala de Servicios Públicos, Inmaculada Medina, por prometerle una insonorización de las ventanas, que nunca llegó, y "15 días de vacaciones en un apartamento del Puerto, donde tampoco se podía dormir por las escandaleras nocturnas. Esa fue la gran alternativa al ruido que nos ofreció como una gran cosa", se quejó.

Fue ese ofrecimiento de un apartamento "durante sólo quince" días, aseguró Palma, lo que llevó a al Juzgado -que investiga la denuncia presentada por la contaminación acústica de la planta- a rechazar las medidas cautelares que solicitó la afectada, entre ellas, el traslado a otra vivienda. "Lo que no sabe el juzgado es que sólo ofrecieron quince días y los problemas del apartamento que nos dieron", dijo Palma, quien consideró que "parece mentira que, un año después de la denuncia, no haya ni intervención ni respuesta por parte de los juzgados".

Las obras de insonorización de la planta, que entró en funcionamiento en junio de 2016, han costado 197.000 y los vecinos notaron los efectos, pero el pasado lunes volvió el zumbido. Según informó el concejal de Aguas, Roberto Santana, la solución a este problema consiste en "comprar un motor nuevo, que tardará en llegar de Alemania unas tres o cuatro semanas. Les he dado instrucciones para que, mientras llega el motor nuevo, busquen una alternativa porque la planta no puede seguir con ese ruido". Santana explicó que los técnicos de Emalsa le han informado de que "ha surgido desde el pasado domingo un problema con el motor de ventilación, que está en un recinto cerrado y se recalienta. Hay que acelerarlo más por el calor y eso genera más ruido. Habrá que cambiarlo por otro motor que ventile mejor con menos ruido".

"Normalmente", añadió Santana, "la ventilación funciona a un régimen normal y han tenido que forzarlo manualmente para poder airear mejor. Por lo visto, los que hacen el ruido son los soplantes, que son los que inyectan el aire al sistema, que se recalienta un poco por el calor que ha estado haciendo. El sistema de refrigeración no logra que remita ese calentamiento y han tenido que forzar un poco más la refrigeración".

"Mientras se soluciona el problema", señaló el edil, "están ventilando de manera forzada. Aceleran el motor para que pueda airear más y a la vez buscan una solución alternativa de ventilación forzada desde el exterior para poder bajarle las revoluciones al motor de ventilación. Ahora están probando con un tubo que capta el aire desde una ventana, como una aspiradora, a ver si funciona". A juicio de Belén Palma, los que están "recalentados" a más no poder son los vecinos, que ya no aguantan más con tanto ruido y exigen una solución.

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