Las Alcaravaneras vuelve a estar abierta al baño. Así lo informó ayer el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria después de que el último análisis revelara una reducción de la contaminación fecal por E. Coli que la Dirección General de Salud del Gobierno de Canarias detectó a principios de semana. Según el Consistorio, esta playa capitalina se encuentra en estado óptimo ya que en la muestra tomada el pasado miércoles se detectó la presencia de 1 ufc (Unidad Formadora de Colonia) de E. Coli y 4 ufc de enterococos por cada 100 mililitros de agua en la zona norte, 1 ufc de ambas bacterias en la zona centro y 4 ufc de cada una de ellas en la zona sur. Unos resultados que "rozan la excelencia", tal y como aseguran fuentes municipales, debido a que el nivel máximo permitido por cada 100 mililitros de agua es de 500 ufc y 200 ufc para la Escherichia coli y los enterococos, respectivamente.

Fue el pasado lunes cuando saltaron las alarmas al descubrir un incremento repentino de la presencia de esta bacteria. A las nueve de la mañana se realizaron los análisis que de manera periódica se llevan a cabo por parte del ejecutivo local a través de la empresa Hidrotecnia, sin que se encontrase ninguna anomalía. Fue una hora más tarde cuando la cata que realizó la Administración regional mostró una mayor existencia de este organismo que llegó a superar hasta 17 veces el nivel máximo que no es perjudicial para la salud humana. Concretamente, en la zona norte de Las Alcaravaneras se llegaron a encontrar 7.500 ufc de E. coli, mientras que en el centro fueron 8.500 y en la parte más al sur 3.000.

A pesar de que no es frecuente que esto suceda, la Escherichia coli puede provocar infecciones de orina, picor, diarreas u otros problemas intestinales. De ahí que el Ayuntamiento decidiese prohibir temporalmente el baño ese mismo día, procediendo a la colocación de carteles informativos y de la bandera roja que ondeó hasta que ayer cuando la Dirección de Salud de Gran Canaria de una disminución de la contaminación fecal, prácticamente en su totalidad.

Unos resultados que, según el alcalde capitalino, Augusto Hidalgo, confirman la hipótesis de un vertido puntual procedente de alguna embarcación en la zona portuaria en la mañana del pasado lunes 28 de agosto. "La playa está limpia y las analíticas así lo demuestran. Los usuarios y bañistas de Las Alcaravaneras pueden estar tranquilos y seguros y pueden volver a bañarse y hacer deporte con normalidad", señaló el regidor municipal quien también afirmó que el Gobierno local tiene "una comunicación muy fluida con la Autoridad Portuaria" con cuyos responsables está "en permanente contacto para poder identificar el origen del vertido y en su caso sancionarlo".

La hipótesis de que la presencia bacteriana se incrementase por culpa de un barco cobra también fuerza después de que en la red de saneamiento de la ciudad, de cuya gestión se encarga Emalsa, no se haya encontrado ningún tipo de fuga estos días. "El Ayuntamiento ha actuado y se ha ocupado desde el primer momento de garantizar la seguridad de los bañistas y usuarios de la playa, localizar el origen de esta situación y poner en marcha las medidas correctoras necesarias". En este sentido, los operarios municipales procediero a limpiar las alcantarillas de la zona del paseo de Las Alcaravaneras, para retirar la enorme cantidad de arena que se acumulaba en ellas. Además, se empleó un robot con cámara incorporada para poder visualizar el interior de las tuberías de una manera más precisa. En ningunas de dichas inspecciones se detectaron roturas.

A falta de dar con el culpable del vertido que ha mantenido cerrada esta zona del litoral capitalino durante cuatro días, la contaminación fecal de la playa de Las Alcaravaneras se ha reducido con bastante rapidez en comparación a la que sufre El Confital desde hace cuatro meses, cuando se detectaron niveles más elevados de enterococos en sus aguas en las que todavía se mantiene la prohibición al baño. Tampoco en este caso se ha dado con el foco bacteriano, a pesar de que se amplió el número y el perímetros de catas e incluso se llegó a tomar muestras del subsuelo para descartar que la procedencia de estos organismos pudiera ser de bolsas subterráneas acumuladas.