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Puntos negros del Gabinete

La institución cultural rehabilita uno de los torreones del inmueble, que presenta otras deficiencias importantes

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Obras en el Gabinete Literario

La imagen de Las Palmas de Gran Canaria no se entiende sin el Gabinete Literario, edificio proyectado por el arquitecto Fernando Navarro en 1901 para albergar una sociedad con fines culturales, artísticos y recreativos en 1844. Su fachada modernista, rematada con dos torreones, forma parte indiscutible del enclave urbano de Triana, levantada al amparo de la actividad comercial de la burguesía canaria del siglo XIX. El inmueble, declarado Bien de Interés Cultural del Archipiélago en 1985, pasa estos días por una nueva rehabilitación. En concreto, por la restauración urgente de uno de sus torreones ante el riesgo de caída. No es, sin embargo, el único punto negro de la finca.

La arquitecta Magüi González, encargada del proyecto y que conoce a fondo el edificio por haber participado en varias reformas como la sala de exposiciones del sótano, la biblioteca o el torreón gemelo, explicaba que aunque el estado general del edificio es "habitable" existen diversos puntos en los que hay que intervenir para que la edificación, de carácter privado y sin ánimo de lucro, no se deteriore aún más, así como dotarla de mejores instalaciones acordes con una entidad cultural del siglo XXI con el fin de que los socios puedan sacar un rendimiento económico para nuevos proyectos.

"Aparte de los torreones, lo peor es el estado de la cubierta porque tiene el peligro de las filtraciones", indicaba ayer la arquitecta, que señalaba que en los edificios antiguos como el del Gabinete Literario los cimientos y los muros suelen estar en condiciones, mientras que los tejados y azoteas presentan bastantes deficiencias que, ante fuertes lluvias, suele provocar importantes humedades que afectan al interior del inmueble, maderas, pinturas y ornamentos.

Otro de los puntos negros del inmueble es el enorme lucernario que ilumina la entrada del inmueble y que destaca sobre la bella escalera de acceso a la primera planta, proyectada en 1946 por Marrero Regalado. A la claraboya le faltan cristales y actualmente está recubierta con una lona para que no cale en el interior.

El inmueble también presenta deficiencias en la carpintería que recubre suelos, puertas y ventanales. Actualmente, se interviene en la reposición de la piezas de marquetería del piso de Salón Dorado, decorado con frescos y pinturas de Manuel González Méndez , Antonio Fillol y Eliseo Meifren, y que se utiliza para diversos eventos culturales.

Las ventanas, por ejemplo, "no aíslan bien y tienen polilla" y sus finos cristales tampoco contribuyen al aislamiento acústico para un inmueble en el que se desarrollan presentaciones de libros, conciertos musicales, charlas, exposiciones y otras actividades culturales.

"Las instalaciones que no se ven como las de la luz, antiincendios, deberían renovarse. Por ejemplo, no hay un sistema de aire acondicionado tratándose de una entidad cultural", añade González, quien subraya que todos estos elementos contribuyen a que el edificio no sea eficientemente energético, ni adaptado a las necesidades de un espacio cultural del siglo XXI. "Se ha ido parcheando pero no se ha hecho una rehabilitación completa de arriba hacia abajo como requieren este tipo de edificios históricos".

Sociedad

El Gabinete Literario se fundó el 1 de marzo de 1844 y es hoy en día una de las instituciones históricas con más solera del Archipiélago. A pesar de los vaivenes sociales y culturales por los que ha atravesado Gran Canaria ha logrado mantener su actividad desde sus orígenes y adaptarse a los nuevos tiempos. La última de ellas ha sido la de servir como escenario para producciones cinematográficas internacionales como Allied (2016), de Robert Zemeckis, con Brad Pitt y Marion Cotillard de protagonistas.

La fundación de la sociedad se realizó en una de las dependencias del antiguo Teatro Cairasco que existía en la ciudad y que se levantaba sobre el terreno que ocupó en su momento el convento de Santa Clara - creado en 1664 y derruido con la desamortización de 1836- y la casa y jardines del poeta canario Bartolomé Cairasco de Figueroa, a cuya figura está dedicada hoy la plaza donde se ubica el Gabinete.

Su creación forma parte de las corrientes europeas tras la Revolución Francesa y la Ilustración, y que al Archipiélago entraron con retraso en el siglo XIX de la mano de la burguesía canaria que en aquellos momentos gestionaba la vida cultural de la ciudad gracias a la actividad comercial y portuaria con Europa. Desde sus inicios, ha contribuido al desarrollo de la ciudad y de la Isla.

La rehabilitación del torreón sudoeste que se llevará a cabo a lo largo de los próximos tres meses consistirá, principalmente, en el refuerzo de la estructura y en el reemplazo del pináculo de madera y plomo que remata la atalaya. Igual que se hizo con su gemelo en 2012. Así lo indicó Magüi González, quien declaró que la torre se encontraba en una "situación límite". "Si hubiera caído una lluvia fuerte se viene abajo".

La reforma se llevará a cabo gracias a la ayuda del Cabildo grancanario, que ha subvencionado la obra con 102.000 euros. Un apoyo fundamental, según señaló esta semana la entidad, para llevar a cabo la obra.

Lo primero que se hará será retirar el relleno de hormigón que realizó en el año 70 Sergio Pérez Parrilla para reforzar la estructura, y que a juicio de González "no era la correcta", por unos anillos de acero. Después se cambiará el pináculo de plomo por uno de zinc y se colocará sobre la nueva estructura de madera. "No es un lavado de cara; tiene su complicación porque implica a toda la estructura que hay que mantener y sustituir por otra", argumentaba González sobre la complejidad de la obra, mientras agradecía al Cabildo "la sensibilidad" por apoyar el proyecto.

La rehabilitación del segundo torreón permitiría, según la arquitecta, utilizar los dos espacios, de gran altura, con luz natural y de unos cinco metros de diámetro para otros fines -hasta ahora han estado cerrados-. Principalmente, cuando se dé uso a la azotea, cuya rehabilitación es el segundo gran proyecto que quieren llevar a cabo los socios. Para su reforma ya hay proyecto después que la Comisión Vegueta-Triana diera el visto bueno para rehabilitar los cobertizos de la azotea, situados en la parte que da a Malteses, y que se hicieron con posterioridad a la construcción del edificio. Ello ofrecerá a la institución contar con dos salones nuevos para diversas actividades además de poder utilizar la solana como mirador para uso público. El proyecto diseñado también por Magüi González, sin embargo, no tiene aún financiación.

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