¿Cómo nació la Orden de Malta?
Pues es una Orden que cuenta con casi 1.000 años de historia, ya que nació en Jerusalén alrededor del año 1048 cuando mercaderes de la antigua república marinera de Amalfi obtuvieron del califa de Egipto el permiso para construir una iglesia, un convento y un hospital en este lugar para asistir a los peregrinos. La Orden, llamada en su fundación de San Juan de Jerusalén, se convirtió en una organización independiente con una bula papal a principios del siglo XII y se transformó en orden laica religiosa de la iglesia católica en la que todos los caballeros eran religiosos. Hoy, aunque la sede de la Orden está en Roma, donde reside nuestro soberano, es más conocida por Orden de Malta, pues fue en esta isla donde estuvo radicada su última soberanía territorial.
¿Cómo se organizan?
Además del gobierno central de Roma nos organizamos por asociaciones o asambleas nacionales, tales como la francesa o la española. Luego están las delegaciones regionales, como la canaria o la asturiana, que dependen de su asociación o asamblea nacional. Nos extendemos por todo el mundo, eso es lo que me fascina, poder conocer a gente de todas partes.
¿Tienen el mismo funcionamiento que antes?
Como hemos crecido tanto, para no morir de éxito, nos tenemos que adaptar al mundo moderno, en algunas cuestiones nos regimos por leyes antiquísimas. Ahora estamos en un proceso de reforma. Por ejemplo, abrir la posibilidad que nuestro soberano pueda elegirse entre más miembros, ahora solo pueden los religiosos.
¿Qué cometido tienen hoy?
Su lema sigue siendo La defensa de la fe y la ayuda a lo más necesitados. Seguimos haciendo lo mismo, durante diez siglos, somos la asociación humanitaria más antigua del mundo. Además conserva su estatuto de estado soberano con relaciones diplomáticas bilaterales con 106 países, entre ellos España y presencia como Observador Permanente ante numerosas organizaciones internacionales, como las Naciones Unidas.
Hoy día, ¿son religiosos los miembros de la Orden?
La Orden de Malta sigue teniendo caballeros religiosos, entre quienes se elige a nuestro soberano, pero hoy sus miembros, que pueden ser también seglares como yo, participamos en las acciones humanitarias y asistenciales tanto nacionales como internacionales, para asistir a enfermos y discapacitados. Ahora mismo servimos comidas en comedores sociales de Madrid y Sevilla a unas 1.000 personas. La Orden ha crecido mucho con la crisis, hemos triplicado en diez años nuestra labor.
¿Hay que ser miembro para participar en sus acciones?
No, somos unos 13.500 miembros, pero tenemos más de 80.000 voluntarios permanentes en todo el mundo, además de 25.000 profesionales cualificados, la mayoría personal sanitario. Todos forman una red eficaz que engloba desde la ayuda de emergencia para refugiados y desplazados internos en situación de guerra o conflicto, hasta intervenciones en zonas golpeadas por desastres naturales, la gestión de hospitales y los servicios sociales. Tenemos programas independientes y otros en colaboración con gobiernos y agencias internacionales. Su carácter humanitario le permite estar presente en todas las catástrofes naturales y conflictos. Por ejemplo, estuvimos presentes en el terremoto de Haití y en el de Nepal.
¿Ha participado en alguna de las acciones internacionales?
Pude visitar las instalaciones del hospital que tiene la Orden en Belén, donde se ayuda a mujeres palestinas a dar a luz, la mayoría de ellas musulmanas. Estuve también en una misión que ayuda a enfermos y discapacitados en Lourdes. Además, he participado en acciones solidarias en España.
¿Qué actividades se llevan a cabo por la Orden de Malta en España?
La lucha contra la pobreza enmarca nuestros objetivos generales. Aplicamos diversos enfoques para aliviar las dramáticas consecuencias de la población que carece de recursos para satisfacer sus necesidades básicas, alimentación, asistencia sanitaria, higiene. También evitamos la exclusión social. Dentro de nuestro proceso de crecimiento reciente, hemos abierto un centro sociosanitario con ropero, dispensario médico, duchas públicas en Madrid. En esta misma línea, de expansión en España, la Orden ha inaugurado en Villalcazar de Sirga, Palencia, el primer albergue inclusivo para peregrinos discapacitados del Camino de Santiago.
¿Qué objetivos tienen en Canarias a corto y largo plazo?
A largo plazo ir incorporando en Canarias las distintas actividades que se realizan en otras delegaciones regionales e ir creciendo en número de miembros y voluntarios. Para conseguirlo hemos empezado a dar los primeros pasos este año, con algunas acciones destinadas a aliviar la pobreza, sentando las bases de nuestra colaboración con el Banco de Alimentos y Cruz Roja, con quienes esperamos cerrar convenios dentro de poco.
¿Desde cuándo está al frente de la Orden? ¿Qué relación ha mantenido con ellos?
Me nombraron delegada. Hace unos quince años que tengo relación con ellos, yo iba a labores asistenciales con unas amigas. Entonces un primo mío de la delegación asturiana me convenció y así me hice dama.
¿En este tiempo han lanzado alguna campaña solidaria?
Sí, en enero lanzamos una campaña de micro donativos a través de mensajes de móvil, de forma que con el envío de las palabras Malta Canarias al 28014 se puede donar 1,2 euros, equivalentes a kilo y medio de gofio. He tenido que negociar con las compañías de gofio para que me lo dejen en un precio especial y así evitarme toda la cadena de intermediarios. Con esta iniciativa y los donativos de canarios generosos hemos logrado entregar 1.000 kilos de gofio al Banco de Alimentos de Las Palmas. En octubre repetiremos esta entrego y esperamos hacer lo mismo en el Banco de Alimentos de Santa Cruz de Tenerife. El objetivo es que nuestra ayuda llegue a todo el Archipiélago y así nos puedan conocer.
¿Han tenido en mente otro tipo de acciones o eventos?
Este verano hemos organizado un torneo de golf benéfico para recaudar fondos para las actividades que seguiremos llevando a cabo en el Archipiélago lo que queda de año y el año que viene. Colaboraron con nosotros numerosas empresas de diferentes ámbitos.
¿Qué balance obtuvieron?
Gracias a estos fondos podremos poner en marcha un convenio que estamos proyectando con la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, para que los alumnos de esta institución puedan realizar voluntariado en las obras asistenciales que tiene la Orden de Malta. Con el tiempo mi objetivo, cuando crezcamos en miembros, es que la Orden de Malta tenga un establecimiento asistencial permanente en Canarias. De momento, tengo en mente la organización de una carrera popular.
