La Sociedad Municipal de Urbanismo de Las Palmas de Gran Canaria ha sacado a licitación la segunda fase del parque marítimo de la ciudad, un proyecto concebido para conectar el Muelle Santa Catalina con la Base Naval a través de una serie de zonas ajardinadas, marquesinas, paseos y graderíos que intensifiquen la relación entre el puerto y la ciudad.

El consistorio, que ha fijado el presupuesto del proyecto en 2.299.827,29 euros, espera recibir ofertas para construir la nueva zona pública de esparcimiento hasta el próximo 26 de septiembre. Tras la conclusión de las obras de la primera fase en la primavera del año pasado, el área comprendida en esta segunda fase de las obras transcurre entre la marquesina histórica ya existente en la zona y la línea de mar a la altura de la grúa Titán.

El proyecto, que suma 1.750 metros cuadrados de actuación en esta fase, contará con 460 metros cuadrados de zonas ajardinadas en las que se plantarán 28 especies autóctonas de la isla, sobre todo plantas suculentas, cardones y tabaibas. Dos grandes marquesinas de aluminio que sumarán 460 metros cuadrados serán instaladas a modo de hito arquitectónico. Con ellas, además de generar zonas de sombra, se busca crear un efecto reflector que llame la atención tanto de los ciudadanos que paseen por la zona como para los turistas que accedan a la ciudad desde aquí.

El parque contará con un paseo de 115 metros del que surgirá una plataforma en voladizo sobre el mar, de modo parecido a la que ya existe en la primera fase del parque. El metro de diferencia de cota que existe en la zona será salvado gracias a unos graderíos de hormigón, que según el proyecto harán las veces de "escenario y mirador del paisaje portuario", y una sucesión de rampas con pendiente del 6% para facilitar la accesibilidad universal.

Esta sucesión de gradas y rampas pretende, de acuerdo con la memoria de las obras, "continuar con el acercamiento entre el ciudadano y el mar". Lo hará a través de un juego de terrazas que descienden con suavidad hacia el nivel del mar "y que muestran una dimensión cambiante según el lugar por donde te aproximes", aseguran sus creadores.

Esta sucesión de gradas y rampas pretende, de acuerdo con la memoria de las obras, "continuar con el acercamiento entre el ciudadano y el mar". Lo hará a través de un juego de terrazas que descienden con suavidad hacia el nivel del mar "y que muestran una dimensión cambiante según el lugar por donde te aproximes", aseguran sus creadores. Esta sensación se acentuará con el frente de la plataforma hacia el mar, con láminas de vidrio templado rematadas con perfiles de aluminio anodizado que darán sensación de continuidad.