Falleció ayer, en el Hogar Sacerdotal de Vegueta, monseñor Vicente Rivero Díaz, prelado de honor del Papa, canónigo de la Catedral Basílica de Canarias, exrector del Santuario Basílica de Nuestra Señora del Pino de Teror, de cuya parroquia también fue cura párroco, uno de los eclesiásticos grancanarios de más alto nivel académico y el decano del clero de la Diócesis de Canarias.

Monseñor Vicente Rivero Díaz, había nacido en Valleseco el 16 de noviembre de 1924. Después de cursar estudios primarios en su pueblo natal pasó al Seminario Diocesano, donde se formó en Humanidades, Filosofía y Teología y recibió el presbiterado de manos del obispo Pildain, el 29 de julio de 1951. Posteriormente se trasladó a Alemania a estudiar en la Universidad Católica de Friburgo, donde obtuvo la licenciatura en Sagrada Teología. Concluidos sus estudios regresó a Gran Canaria donde combinó su labor pastoral con el de profesor del Seminario Conciliar. Fue párroco de San Pablo, Vicario General de Pastoral, ecónomo de Santo Domingo de Guzmán, fue nombrado canónigo de gracia de la S.I. Catedral de Canarias el 23 de agosto de 1971 y canónigo lectoral el 21 de abril de 1977. Sin dejar de ser miembro del Cabildo Catedral fue nombrado rector de la Basílica de Nuestra Señora del Pino y ecónomo de la parroquia de Teror el 9 de enero de 1979, misión que realizó con total entrega y disposición hasta su jubilación en el año 2005.

Cuando monseñor José Antonio Infantes Florido se posesionó del Obispado de nuestra diócesis, Vicente Rivero fue elegido Vicario General de Pastoral y se convirtió en un eficiente colaborador del prelado canariense, llevando adelante la puesta en práctica de las constituciones del Concilio Vaticano II, con la particularidad que, al mismo tiempo, ayudó al obispo a superar la grave crisis que entonces experimentó el clero canario en época significada por importantes cambios eclesiales que coincidieron con la convulsión de la compleja evolución política en España durante la etapa final del franquismo y comienzos de la democracia.

En este sentido, hay que destacar la participación de monseñor Vicente Rivero Díaz en la Asamblea Conjunta y en la preparación, desarrollo y elaboración del Estudio Socio-Pastoral de la Diócesis de Canarias, labor que don Vicente continuó colaborando imprimiendo mayor dedicación y énfasis, si cabe, con el siguiente obispo monseñor Ramón Echarren Ystúriz, sobre todo en sus primeros años de episcopado, e incluso, como señalamos antes, una vez nombrado rector de la Basílica de Nuestra Señora del Pino y cura ecónomo de la parroquia de Teror, misiones en las que Vicente Rivero dejó una sensible huella por su extraordinaria labor institucional y pastoral, hasta su jubilación en que residió definitivamente en Las Palmas de Gran Canaria.

Monseñor Rivero Díaz fue un excelente director espiritual, Dios lo dotó del don de consejo que cultivó a través de sus horas interminables de dedicación al confesionario. Pero, además, tuvo a su cargo un programa radiofónico donde explicaba la liturgia y la palabra de las misas de precepto de la semana, programa de radio que mantuvo en el aire durante más de 40 años.

En nuestras visitas al Hogar Sacerdotal de Vegueta solíamos charlar con don Vicente, hasta un día en que no nos conoció. Sentí mucha pena. Contemplar a un hermano y amigo afectado de alzhéimer es muy duro, pero quienes conocimos a Vicente en plena actividad docente y pastoral, vivimos hoy con la tranquilidad de saber que el Señor ya le ha dado el descanso eterno y, allá en el Cielo, con su plenitud, intercede por todos cuantos trató aquí cuando estuvo entre nosotros. Su cuerpo descansa en la Sala 201 del Tanatorio de San Miguel, en Las Torres.

Eucaristía

Hoy, miércoles, a las 12.30 horas, será trasladado a la Catedral de Santa Ana, donde, a las 13.15, el obispo Francisco Cases concelebrará la eucaristía con sacerdotes diocesanos y religiosos de la Diócesis. A su final tendrá lugar el entierro en el Cementerio de San Lázaro, donde don Vicente descansará junto a sus padres. Vicente, hermano, amigo, ¡descansa en paz junto al Señor!