El "Comanda Guillén", de oficio juez. Así se hacía pasar el empresario acusado de delito de estafa continuada que hoy ha negado Ante la Audiencia de Las Palmas haberse hecho pasar por juez togado militar. El procesado, Domingo Javier D.G., ha afirmado, en la primera sesión de su juicio que ha comenzado hoy ,que es empresario, que mantiene deudas con algunas personas y que nunca ha cometido delitos. También niega haberse hecho pasar como comandante y agente del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) para hacer negocios y apropiarse de "ingentes cantidades de dinero" con el engaño de que podía adquirir bienes en subastas judiciales o contratar servicios de abogados y procuradores.

El acusado, que además es reincidente en el delito de estafa, según la Fiscalía, asegura que nunca ha participado en subastas judiciales ni de ningún tipo y que, desde que dejó el ejército en el año 2000 como cabo primero, ha sido agente inmobiliario, intermediario en otros negocios de compraventa y directivo de una empresa cuyos socios también figuran como víctimas del procesado.

Dos de las primeras víctimas en declarar, de la veintena que figuran en el procedimiento, han dicho, sin embargo, que se les presentó como "el comandante Guillén" y como juez, aunque una de ellas, la propietaria del apartamento donde vivía, dijo que con el tiempo descubrió su "cuento" y que no quiere reclamarle nada de las rentas que le adeuda.

La otra testigo sí reclama los desperfectos y las rentas pendientes del local comercial situado en San Bartolomé de Tirajana que le alquiló en 2012 para montar un negocio de intercambio de parejas, aunque a nombre de otra persona, ya que, debido a su condición de militar, le manifestó que no podía figurar en el contrato.

La persona que figura como el arrendatario forma parte también de la causa y está citada a declarar, aunque pendiente de localización, y, según el acusado, era quien quería emprender ese negocio y él como amigo le estaba ayudando.

La Fiscalía sostiene que este testigo prestó servicios al acusado como "chófer y escolta" bajo la promesa de que llegaría a ser miembro del CNI y que trabajaría como escolta.

En esta sesión también ha declarado otra de las víctimas que figuran en la causa, un constructor eslovaco que reclama 24.000 euros al acusado, al que conoció a través de la novia del procesado y compatriota suya, que se lo presentó como juez y comandante militar en una discoteca, según ha afirmado.

El constructor ha negado que el acusado le consiguiera contratos de obras, así como que trabajara para él como obrero, y ha afirmado que el dinero que le entregó, sin recibo alguno porque confiaba en su amiga, era para que le consiguiera maquinaria y vehículos embargados judicialmente.

La Fiscalía pide para el procesado una condena de 9 años de prisión por delitos de estafa continuada y apropiación indebida, además de la devolución de más de 132.478 euros a la veintena de víctimas que figuran en la causa y de las cantidades que se fijen en la sentencia.

El juicio continuará mañana con más declaraciones de testigos y está previsto que concluya el miércoles