El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria ha aprobado hoy una nueva ordenanza reguladora de la instalación de terrazas en suelo público que simplifica el procedimiento de tramitación y la resolución de la autorización, según informa la Corporación local.

La ordenanza tiene como objetivo normalizar la instalación de terrazas con vistas a la mejora de la calidad del espacio público, por lo que se reforzará el control de la ocupación del mismo, teniendo presente la progresiva implantación de la accesibilidad universal y la atención al paisaje urbano, especialmente el de los conjuntos históricos.

El nuevo texto, que ha sido elaborado por la Dirección General de Edificación y Actividades del área de Urbanismo, señala que la administración municipal podrá autorizar la instalación de terrazas, siempre y cuando se garantice la conciliación con el uso público, esencialmente la circulación y la estancia de los ciudadanos. Además, se debe compatibilizar el derecho al ocio con el derecho al descanso de los vecinos.

El concejal de Urbanismo, Javier Doreste, ha afirmado que "era importante poner en marcha una nueva ordenanza que, ajustándose a la ley y adaptándose a los cambios que se han venido produciendo en los últimos años, contribuya a hacer de Las Palmas de Gran Canaria una ciudad más amable, accesible e inclusiva para todos".

Las autorizaciones de terrazas, que tendrán una vigencia máxima de dos años, deben garantizar aspectos como la libre circulación de peatones y usuarios en general, la visibilidad de las señales de tráfico, el respeto al entorno paisajístico y visual, la perfecta utilización de las bocas de riego e hidrantes.

Así mismo, no debe afectar al alcantarillado, las salidas de emergencia, la entrada y salida de edificios, portales, soportales y otros locales, así como disposiciones en materia de accesibilidad.

El texto amplia el marco de establecimientos autorizables, plantea la regulación de espacios con ordenación singular, como zonas peatonales y espacios situados en el ámbito de un conjunto histórico. En este último caso, la solicitud de la terraza tendrá que ser ratificado por el Consejo Municipal de Patrimonio Histórico.

Además, la ordenanza establece la declaración por parte del Ayuntamiento de zonas saturadas, espacios de la ciudad en los que no se podrá autorizar la instalación de nuevos elementos que supongan un aumento del aforo de terrazas existentes.

La superficie de ocupación de las terrazas no podrá superar en ningún caso el 50 por ciento del espacio de uso público.

Las instalaciones de las terrazas se autorizarán anexas al bordillo de la acera correspondiente en el frente del local y separadas de la fachada al menos a una distancia de 1,80 metros como mínimo, para garantizar el paso de peatones.

Los accesos a portales de los edificios deberán quedar totalmente libres, y tampoco se permite ningún elemento de terraza a menos de 1,50 metros del radio de una salida de emergencia.

Excepcionalmente, en calles en que las aceras no reúnan los requisitos mínimos establecidos, y la demanda de terrazas sea significativa, el Ayuntamiento podrá valorar la posibilidad de disponer terrazas en la calzada atendiendo a las características específicas de la vía, como la intensidad de tráfico o la conveniencia de reducir plazas de aparcamiento.

La nueva norma, una vez sea ratificada en el pleno municipal, será publicada en el Boletín Oficial de la Provincia y estará en período de exposición pública durante un mes.

El concejal de Urbanismo, Javier Doreste, se reunirá con los partidos políticos de la oposición para exponerles en detalle el contenido de la ordenanza e invitarles a aportar sugerencias y modificaciones.