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La ciudad lanza al mar por el emisario siete millones de litros sin depurar al día

La estación del Teatro es incapaz de bombear toda el agua residual que se produce a Barranco Seco. Emalsa comienza las obras para reforzar el colector submarino

La ciudad lanza al mar por el emisario siete millones de litros sin depurar al día

La capital grancanaria lanza al mar entre siete y ocho millones de litros de aguas fecales sin depurar cada día por el emisario submarino, porque la estación de bombeo del Teatro es incapaz de enviar hacia la estación depuradora de Barranco Seco todo el volumen que produce la ciudad en las horas punta. Se trata de una cantidad equivalente a tres piscinas olímpicas que es vertida al mar, tras un pretratamiento que consiste unicamente en separar los elementos sólidos (ni siquiera tiene un tratamiento primario), en los momentos de producción punta, cuando la estación de bombeo no puede más y llega a su límite la capacidad de almacenamiento. La emisión de agua residual al mar sin el preceptivo tratamiento secundario, que consiste en eliminar las bacterias fecales, es una de las razones principales por las que la Viceconsejería de Medio Ambiente del Gobierno canario ha denegado al Ayuntamiento la autorización para verter por el emisario submarino. La segunda razón para ilegalizar el vertido es el mal estado en el que se encuentra el emisario submarino. Precisamente, la compañía mixta Emalsa inició la pasada semana las obras de reforzamiento del arranque del emisario submarino, situado debajo de los tetrápodos, a la altura de los Jesuitas.

Fuentes de Emalsa indicaron que se trata de una obra que ejecuta Técnicas y Montajes Subacuáticos (TEMS), durará tres semanas y tendrá un coste de 94.000 euros. Según el concejal de Aguas, Roberto Santana, son "obras necesarias para asegurar la operatividad del emisario, reforzando la estabilidad de la conducción en el tramo que se encuentra bajo la escollera". Santana añadió que esta actuación "complementa el proyecto de reparación que ejecutará el Ayuntamiento en la zona sumergida del emisario", que tiene unos dos kilómetros de longitud, "para optimizar el normal funcionamiento de la conducción, que se ha visto mermada desde hace años por diversas roturas, desconexiones y desplazamientos". La obra en marcha consiste en "descubrir la zona del arranque del emisario en la parte de tierra, bajo la escollera, con el fin de detectar posibles anomalías que, en el caso de detectarlas, se repararán", indicó.

Según el informe del Gobierno canario que dio lugar a la ilegalización del vertido, el emisario submarino está roto desde hace años por varias sitios y carece de la estabilización correcta, mediante anclajes, para que las olas no lo muevan. La reparación del emisario necesita una inversión mínima de 700.000 euros para que pueda funcionar en condiciones y evitar los vertidos cerca de la costa. En el censo del Gobierno canario de 2007 ya se advertía de que el estado de conservación del emisario era "malo" y, pese a que estaba autorizado, se hablaba de una afección grave al medio marino, debido a la "presencia de sólidos, grasas, espumas y olores".

Tras vencer dicha autorización, el Ayuntamiento inició en 2015 los trámites para conseguir un nuevo permiso, pero Medio Ambiente lo denegó hasta que se se subsanaran una serie de problemas, el más grave y urgente de los cuales es el vertido que se lanza diariamente al mar sin una correcta depuración y que se cifra en una cantidad media que oscila entre 7.000 y 8.000 metros cúbicos (entre siete y ocho millones de litros).

Bombeo

Para acabar con este vertido es necesario instalar en la estación del Teatro unas bombas que sean capaces de enviar más agua a Barranco Seco, aumentar la capacidad de almacenaje y abordar otra serie de infraestructuras para que las tareas de mantenimiento de la estación de bombeo y de la depuradora de Barranco Seco se puedan llevar a cabo sin necesidad de hacer vertidos. A la estación de bombeo del Teatro entran diariamente unos 39.000 metros cúbicos al día. La solución planteada por el Ayuntamiento para eliminar el vertido diario consiste en desconectar el caudal de la depuradora de Tamaraceite de la red de alcantarillado para reutilizarla en el riego de los jardines. Esta alternativa reduciría el vertido, pero no lo eliminaría en su totalidad, ya que seguiría produciéndose un exceso de producción de aguas residuales en las horas punta. El conjunto de obras más urgentes para acabar con los derrames supera los dos millones. Otra exigencia de Medio Ambiente es la colocación de una arqueta en la que se pueda tomar una muestra representativa del efluente vertido y que permita saber el grado de cumplimiento. También se ha exigido al Ayuntamiento que asuma la titularidad el emisario, que figura a nombre de la Autoridad Portuaria. El Ayuntamiento, que ha recurrido la desautorización del vertido, ya inició la tramitación con el Puerto para obtener la titularidad.

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