Se iniciaron el pasado domingo en Ávila los actos del Jubileo de Santa Teresa , dos años después de celebrarse por la familia teresiana los 500 años del nacimiento de la carmelita en aquel ya lejano 28 de marzo de 1515. La efemérides nos obliga a recordar la circunstancia especial de la existencia en Las Palmas de dos autógrafos de la santa de Ávila: el fragmento final de una misiva que se conserva en el archivo catedral y un testimonio notarial completo conservado en el archivo de la Casa Condal de la Vega Grande de Guadalupe y signado por un escribano de Toledo referente a la fundación en aquella ciudad de un convento por la que en marzo de 1622 fue elevada a los altares por el papa Gregorio XV.

Los dos autógrafos, según nos refirió un día el canónigo e historiador eclesiástico grancanario Santiago Cazorla León, fueron regalo de Francisco de Mexías o Mesías, que a finales del XVII formaba parte del Cabildo Catedral de Las Palmas por su condición de arcediano, documentos heredados de su tío, el deán del mismo templo con idéntico nombre y apellidos, que los había adquirido éste como reliquia a una carmelita llamada Isabel Antonia de los Ángeles, fundadora de casas conventuales de monjas y frailes carmelitas en Francia, según consta, nos aclaró en su día, en una de las actas capitulares del templo catedralicio fechada en octubre de 1660. Cazorla León nos facilitó, incluso, una copia de la transcripción del más amplio de los documentos que se encuentra en el citado archivo condal porque el deán Francisco de Mexías había sido el fundador de la capilla de San Pedro de la catedral, patronato que recayó en aquella familia que tenía la obligación el día del apóstol cada mes de junio exponerlo para su veneración por los fieles e incluso facilitarlo a familias que tuvieran problemas de salud algunos de sus miembros para que la santa intercediera en su curación.

El testimonio conservado en el archivo particular grancanario está fechado en Toledo el 22 de mayo de 1570 signado por el escribano publico de aquella ciudad Juan Sánchez de Canales ante el que comparecieron "Teresa de Jesús que por comisión y facultad del Padre Ministro General vine a fundar en esta ciudad de Toledo una casa-monasterio", acompañada por la priora Ana de los Angeles y las monjas Juana del Espíritu Santo, María del Sacramento e Isabel de San Pablo "todas monjas profesas del dicho monasterio" que se había fundado un año antes, el 14 de mayo de 1569, con el nombre de San José y que todavía existe, según nos dicen. El testimonio se refiere a la cesión a censo de cuatro mil maravedíes a favor de Diego Ortiz de la Fuente, yerno de Alonso Álvarez Ramírez, de los veintisiete mil que había recibido la carmelita para la fundación de un hermano de éste llamado Martín Ramírez, quien en su precipitado fallecimiento le había encargado las gestiones.

El mentado instrumento de dos folios no es una copia al estilo de las de la época en la que aparece simplemente la transcripción del documento realizada y autorizada por el escribano, sino que aparentemente parece tratarse del original con folios 584r/584v. en el que figura estampada la firma de "Teresa de Jesús, carmelita" cuya reproducción acompaña a estas notas y las de sus hermanas en el hábito ya reseñadas, así como la de Diego Ortiz, receptor del censo y signada por el escribano Juan Sánchez.

Original

Suponiendo que, excepcionalmente, fuera una copia aunque con las firmas de los comparecientes, solicitamos hace ya mucho tiempo del Archivo Histórico Provincial de Toledo fotocopia del que presumiblemente suponíamos debía ser el original custodiado en sus viejos legajos pero nos advirtieron que, efectivamente, consta entre los documentos antiguos allí custodiados otro formado por cinco folios numerados como 586r./588r. con la misma fecha de 1570 y los mismos comparecientes pero que por su texto se deduce que se refiere a otro acto notarial sobre el mismo tema, con la advertencia de que el final del mismo el documento aparece mutilado, del que cortaron las firmas autógrafas, incluida la de la santa, y que sospechan debió ocurrir en la época en que la carmelita de Ávila fue elevada a los altares. Escaso interés particular tiene esta escritura porque para nada se refiere a una situación ni un hecho relativo a la ciudad o la isla, a no ser por estar estampada en la misma de su puño y letra la firma de la que hoy es doctora de la Iglesia, proclamada por Pablo VI en 1970.

Es evidente que el testimonio conservado en la casa condal es el original y correspondería igualmente al mismo legajo en el que está, mutilado, el referenciado en la nota enviada desde aquel archivo toledano porque, adviértase, la foliación es correlativa en los dos documentos y ambos están fechados en Toledo y signados por el mismo escribano, lo que hace pensar que también este de Las Palmas fue desprendido íntegramente de su legajo.