La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Turismo | Concurso público del hotel Santa Catalina

"El Santa Catalina es nuestra historia, el legado de mi padre"

"Me molesta que digan que el establecimiento va a ser ahora el icono de Las Palmas de Gran Canaria", apostillal Manuel Padrón

Manuel Padrón ante el hotel Santa Catalina, ayer J. PÉREZ CURBELO

¿Triste por tener que abandonar el hotel Santa Catalina?

Triste pero sobre todo molesto porque no se ha tenido en cuenta los treinta años que llevamos aquí. Primero con el Casino y los últimos 23 años con el hotel. Un hotel que en el 94 no lo quería nadie y que Emilio Mayoral [alcalde] le pidió a mi padre que, por favor, se hiciera cargo. Una vez metidos nos dimos cuenta de las deficiencias que tenía, pero llevamos 20 años de explotación y la mitad trabajando con una crisis económica; aún así creo que cumplimos con los estándares de un hotel de cinco estrellas.

¿Qué recuerdos le han venido estos días a la memoria?

El que no haya memoria histórica; el que nadie se acuerde de cómo estaba el hotel, que hemos mantenido con el listón alto durante estos veinte años. Me molesta que ahora se diga que el hotel va a ser el icono de la ciudad.

¿Molesto con lo que dijo el edil de Turismo Pedro Quevedo?

Llevo dos años trabajando en el proyecto de renovación, he ido a ferias, hablado con todo el mundo, hecho los deberes que me pedían los alcaldes: que el hotel fuera el referente de la ciudad y de las Islas Canarias y que tuviera una marca. En estos dos años, Pablo Barbero, el que fuera exdirector del Santa Catalina, me ha estado ayudando, me he entrevistado con cuatro de los grupos que se han presentado a la concesión -Barceló, Melía, Iberostar, Riu- y con dos cadenas más de Baleares. A todos les expliqué mi proyecto porque buscaba un compañero de viaje. No sé si con ello les he abierto la puerta , ya que todos se presentaron al concurso.

¿Cuándo fueron?

Hace dos años. Cuando llegó esta corporación me entrevisté con el alcalde y con los ediles Quevedo y Doreste para decirles que estaba trabajando en la renovación del hotel, porque mi grupo quería continuar. El hotel es parte de nuestra historia, el legado de mi padre y una carta de presentación para el grupo. No estamos por el negocio; en el Santa Catalina no se gana dinero. Este es un hotel complicado, estamos en una ciudad; y lo siento por ella, que no tiene la capacidad de las urbes con las que han comparado al Santa Catalina - Sevilla [hotel Alfonso XIII]; San Sebastián [hotel María Eugenia]; Santa Cruz de Tenerife [hotel Mencey]-

¿Por qué ha continuado en un hotel que no le da dinero?

Porque somos así de altruistas. Mientras estuvo el Casino éste aportaba el dinero al hotel en momentos de crisis. En 2010-2013, el Ayuntamiento ya hablaba de que el hotel necesitaba una mejora. Mi padre dijo que si le resarcían por los siete años que le quedaban de concesión dejaba el hotel; de eso hay testigos. En ese tiempo vinieron varias cadenas nacionales e internacionales. Todas decían que el hotel está sobrecargado de personal, que con la mitad de los 140 empleados que tiene se tenía que gestionar, pero ninguno quiso entrar porque los números no daban. El Ayuntamiento no sacó un concurso porque no sabía qué bases poner. En 2013 entré como gestor; ya no había Casino y después de esperar al mirlo blanco, reunimos a l personal y les dijimos que el grupo seguiría hasta el 2017 y hasta que Dios quisiera. Y aquí estoy.

Y buscó entonces inversores.

Sí. Mi idea era buscar una marca porque así lo pedía el Ayuntamiento, que invirtiera al 50% y me acompañara en el viaje.

¿Por qué no se asoció con nadie? ¿Cuál fue la razón?

Porque es un hotel complicado, no es rentable. Ojalá que el nuevo gestor gane dinero y que todo lo que dice que va a hacer lo haga. En todo este tiempo, he buscado una marca de prestigio que invirtiera y que gestionara el hotel. No quería un fondo de inversión, sino que invirtiera conmigo, porque yo no quería salir del hotel. No pedía nada del otro mundo; yo aportaba el conocimiento del hotel, de la ciudad, y el cariño que se tiene al establecimiento, y no les dejaba solo porque habíamos hecho una superinversión entre 1994 y el 97 de más de 4.507.590 de euros por quince años. Mi padre hubiera cumplido perfectamente porque era un hombre que cuando decía que se metía en algo era casi de poner los bloques. Se metió y vio las deficiencias y echó el resto. Triplicamos la inversión.

¿Y todo eso no se ha valorado?

No, no se ha tenido en cuenta; nos han ido poniendo piedras.

¿Qué quiere decir con ello?

Que no me han ayudado.

¿No valo raban en las bases el tiempo de gestión del hotel?

Efectivamente; es como si empezáramos de nuevo. Al contrario, creo que por estar dentro se nos ha mirado con menos cariño.

¿No pensó en algún momento que las propias bases del concurso eran ya en sí una traba?

El listón lo han puesto muy, muy alto. En enero, cuando hicieron el informe dijeron que debía salir a concurso con una inversión mínima de 12 millones de euros y con un alquiler de 900. 000 euros anuales. Y, en junio, que 15,5 millones mínimo de inversión y 550. 000 euros de renta anuales por 35 años y cinco años más de prórroga. El listón ya estaba alto pero luego lo subieron más. Cuando me preguntaban si me iba a presentar al concurso, respondía: que habían puesto el listón muy alto pero que, aunque soy chiquitito, iba a intentarlo, y busque un compañero de viaje.

¿Y qué ha pasado? ¿El compañero no fue el acertado? ¿Su oferta no fue muy baja?

No es baja, sino razonable y razonada con Riu, que lleva trabajando desde que salió el concurso a destajo. Hemos puesto 17 millones de inversión y 560.000 euros de renta anual y la plantilla mínima que se exige por que más no salen los números. Riu se ha portado muy bien; han sido unos compañeros de viaje excelentes .

Pero han quedado en cuarto lugar, ¿cuáles cree que han sido las razones?

Se lo explico. De los cinco que éramos, al que más respeto tenía era a NH Martinón porque estaba trabajando con un gran proyecto y a ellos también los excluyen. ¿Por qué? porque pusieron más de lo que decían las bases. Este concurso se podría haber impugnado por cualquiera, pero no se ha hecho. Había tres sobres A, B y C. Todos hemos cumplido con el sobre A, referido a la administración; que fuera un hotel de cinco estrellas, que hubiera una facturación mínima de 10 millones. Con el sobre B, referido al marketing, la inversión y la cuota de explotación a diez años; también hemos cumplido. Y el C era el económico, cuánto vas a invertir y cuánta renta vas a poner. Y digo que se podría haber impugnado, porque lo que pedían en el C ya estaba en el B porque sino no se cumplía con la parte técnica. Era un sobre de pantomima. Creo que las dos comisiones que han analizado la parte técnica y la del proyecto no han puesto en común sus conclusiones, porque si se leen las sesenta páginas de valoración final se dicen cosas que no se corresponden con nuestro proyecto. Dicen que no digo cuántas habitaciones va a tener el hotel, que no considero la restauración como un punto más de la explotación.

¿Y por qué no lo impugnó?

He pedido el expediente de Barceló y una revisión de la valoración que nos dieron. Me siento infravalorado.

¿Y que le han dicho?

Lo presenté el viernes. La respuesta del Ayuntamiento es lenta.

Por lo que dice, las comisiones no han sido ecuánimes con la realidad del hotel, ¿se ha valorado más el canon?

No; en el canon estamos casi todos en línea, donde no estamos acordes es en la inversión. Los tres que hemos quedado fuera estamos en torno a los 17 y 18 millones de euros y Barceló se fue a 24,5 y 115 empleados más cuando se dice que la plantilla es excesiva. Espero verlo. Igual que dicen que quieren hacer 85 plazas más de aparcamiento bajo el club de tenis, cuando está protegido el edificio y solo permiten mejorar los baños. Eso no son mejoras en el hotel. Lo mismo que respecto a las mejoras del entorno; nos decían que se valoraría el que las piscinas de Julio Navarro, las canchas de tenis o el Segundo Muelle pudieran trasladarse a otro lugar. Nos pusieron la papa caliente. Yo hablé con los tres propietarios y no sabían nada; con el único que pude llegar a un acuerdo fue con el Segundo Muelle para que mis clientes pudieran ir a su restaurante y de que los suyos pudieran utilizar el parquin nuestro. Intentando acercarnos al pliego, pero se valoró cero.

¿Está muy enfado?

Sí, mucho.

Compartir el artículo

stats