La costa de San Cristóbal se llenó esta mañana de decenas de pequeños piratas, parche al ojo y espada en mano, que corrieron y rieron durante horas. El barrio marinero por excelencia de Las Palmas de Gran Canaria celebró por primera vez su desembarco pirata más particular. Títeres, barcos de hojalata y manualidades varias recordaron los tiempos en los que corsarios y bucaneros asaltaban las aguas del Archipiélago día sí y día también. Aquellos remotos años en los que el torreón de San Pedro Mártir, conocido como castillo de San Cristóbal, tenía un protagonismo defensivo contra célebres asaltantes que llegaban desde tres continentes.

"Durante trescientos años los corsarios asaltaban anualmente algún punto de Canarias", señaló ayer Germán Santana, profesor de Historia Moderna en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y experto en la materia. Los siglos XVI, XVII y XVIII fueron muy convulsos para las costas del Archipiélago. El historiador recorrió el paseo de San Cristóbal con un nutrido grupo de visitantes para revelar los secretos de la piratería.

A lo largo de su intervención, Santana recordó los motivos por los que decenas de corsarios asaltaron Canarias durante varias centurias. "El Archipiélago era un portaviones entre España y las colonias de América, por aquí pasaban los navíos y las mercancías", indicó el historiador. Portugueses, franceses, ingleses y holandeses se fueron sucediendo en sus ataques. Recordó que los primeros pillajes de este tipo comenzaron en el siglo XIV, cuando varios navíos europeos llegaban a las Islas en busca de riquezas entre la población indígena. Una época en la que muchos acaban vendidos como esclavos en el viejo continente.

Tras el proceso de conquista por parte de Castilla, y la consecuente incorporación de Canarias al reino, llegaron las consecuencias de las múltiples guerras que España protagonizó en ese entonces. Precisamente, el historiador aclaró que el célebre ataque de Van der Does no se trató de una incursión corsaria. "Este holandés era un militar al frente de una Armada, por lo que no se le puede considerar corsario", apuntó Santana. Además, recordó otros asaltos como el del británico Francis Drake.

Actividades infantiles

El ilustrado discurso estuvo acompañado por múltiples actividades lúdicas organizadas por la concejalía de Ciudad de Mar. En uno de los stand los niños y niñas crearon un barco pirata a base de trozos de papel de periódico. En otros pudieron crear sus propios parches, gorros y espadas. Mientras, en otros aprendían a trabajar la hojalata para construir los típicos barquillos del barrio marinero.

Además, se entregaron los premios del concurso infantil Piratas del Atlántico, en el que participaron niños de todos los colegios de primaria de la capital grancanaria. La clase de 6º A del centro María Auxiliadora se alzó con el podio al mejor relato. Mientras, los chicos de 3º A del CEIP Salvador Manrique de Lara ganaron el reconocimiento al mejor dibujo. Lo hicieron gracias a un mapa del tesoro con el título Atraco en Firgas, con un camino desde La Isleta hasta la localidad grancanaria.