No resulta difícil imaginar la situación: un operario se encuentra en una azotea para hacer una reparación en el sistema de aire acondicionado de un edificio. Para llegar hasta el dispositivo averiado hay que cruzar por un estrecho tejado de uralita, pero a medio camino el trabajador trastabilla a más de 60 metros de altura y fallece como consecuencia de la caída. Podría ser el relato de un triste suceso, pero la verdad es que se trata de una escena de realidad virtual.

La mutua Asepeyo acaba de dar a conocer en Las Palmas de Gran Canaria esta herramienta de última tecnología con la que espera elevar la conciencia pública sobre este tipo de accidentes, que se han convertido en la tercera causa de fallecimiento en el tajo en el Archipiélago y en la segunda en cuanto a accidentes laborales que no causan muerte. La presentación tuvo lugar en el marco de la jornada de prevención de riesgos laborales que llevó a cabo la Federación de Empresas Portuarias (Fedeport) ayer en La Luz.

El dispositivo es idéntico a cualquier aparato de realidad virtual doméstica. El usuario se pone las gafas, agarra los mandos e inmediatamente se encuentra en un entorno inmersivo que le provocará sensaciones y sobresaltos. "Si alguien no se ha puesto nunca estas gafas se sorprende por cómo le traslada", explicó el director de prevención de Asepeyo, Evarist Torrent, que se sorprende por la sensación de realidad que experimentan quienes han probado la herramienta. "Les proponemos que den un paso adelante y salten al vacío en el precipicio del tejado del edificio y no lo hacen", comenta.

Las similitudes con los juegos de realidad virtual caseros no se quedan ahí, puesto que como recordó el experto "cuando te has caído y ves tu propia sangre le puedes dar al botón 'Repetir' y vuelves a empezar sin que te haya ocurrido nada". Sin embargo, aquí terminan las coincidencias: "La diferencia es que este es un tema que genera accidentes mortales y no se trata de ningún juego", alertó.

La herramienta de realidad virtual presentada por Asepeyo forma parte de una campaña de concienciación que la mutua ha ideado para desmontar ideas preconcebidas sobre este tipo de sucesos. "No solo ocurren en la construcción", incidió Torrent. De hecho, aunque este sector acapara el 55% de los accidentes de este tipo, sigue quedando otro 45% que se reparte entre los servicios (el 27%), industrias como la portuaria (el 14%) y en menor medida, el agro (4%).

Gran parte de los accidentes (el 33%) ocurre cuando los trabajadores caen desde lo alto de cubiertas de edificios y construcciones. Esta causa, la más frecuente, es seguida por las escaleras de mano (el 22%), las aberturas en edificios (14%), los andamios (el 12%) o las plataformas móviles elevadoras (el 8%). En este sentido, el experto en prevención recuerda que un simple tropiezo en lo alto de unos peldaños mientras se cambia un cartel en un comercio puede suponer graves lesiones medulares o el fallecimiento.

El dispositivo sorprendió a los asistentes, que abarrotaban el salón de actos de la Autoridad Portuaria desde primera hora de la mañana para asistir a una intensa agenda de ponencias. Además de la demostración de la utilidad de esta herramienta, la jornada sirvió para presentar el proyecto Plamacan, que forma parte del programa de cooperación Interreg MAC de la Unión Europea y con el que se busca fomentar la cooperación público-privada con Mauritania.

También intervino el higienista industrial Emilio Castejón, todo un referente del sector, que desmontó muchas ideas preconcebidas sobre la siniestralidad laboral y señaló al trabajo continuo y a la presión temporal como dos de los factores que hacen del Puerto un entorno sensible en cuanto a accidentes. "El principal enemigo de la seguridad es la prisa", insistió.

La jornada se completó con una mesa redonda, aunque antes hubo tiempo para dos conferencias más. La inspectora de trabajo Silvia de la Hoz habló sobre los trabajos en espacios confinados, mientras el responsable de formación de los estibadores, Ismael Ravelo, reflexionó sobre la seguridad en los puertos mauritanos.