Vecinos de Triana han denunciado los ruidos y la exagerada ocupación del espacio peatonal por parte de las terrazas, a las que se refieren como una verdadera invasión. Sólo en la calle Cano, cuya longitud no es muy grande, hay desplegadas un total de siete terrazas que, según los residentes incumplen la actual ordenanza que regula la instalación de mesas y sillas en la vía pública y la Ley del Ruido.
"Calles con ruidos, malos olores y una gran cantidad de terrazas ilegales. En cuatro calles de la zona hay cuarenta bares". Así resumen los residentes el panorama de la zona, del que se vienen quejando desde hace años. Añaden que la "falta de control" por parte del Ayuntamiento está agravando la situación y provocando que se coloquen más mesas de las autorizadas".
En relación con los incumplimientos, apuntan, como ejemplo, que muchos de los locales vulneran el artículo 4.6, de la actual ordenanza, que dice que las mesas deben colocarse a tres metros de distancia de las puertas y las ventanas situadas en la primera planta de las viviendas.
En cuanto a los ruidos, aseguran que los decibelios emitidos incumplen lo establecido en el reglamento estatal de actividades clasificadas y espectáculos públicos, cuyo artículo 18 obliga a tener un limitador de sonido y registrador en la zona delimitada por actuaciones. También incumplen, añaden, la actual ordenanza municipal de ruidos, que limita a 35 decibelios la emisión de ruidos en zonas residenciales. La presidenta de la asociación de vecinos Triana-San Telmo, Pepa Sánchez, asegura que no hacen falta nuevas ordenanzas ni leyes para resolver los problemas de las escandaleras y los incumplimientos de las terrazas. "En esta ciudad no faltan leyes. Las leyes están, como la de ruidos a nivel nacional y la ordenanza municipal nunca puede ser más laxa que la nacional. Si la ley nacional dice que a partir de una hora determinada no puede haber ruido en la calle, por ejemplo, no pueden autorizar terrazas hasta la una de la mañana. El Ayuntamiento se tiene que someter a la ley nacional. Leyes hay, el problema es que el Ayuntamiento no las cumple", considera Sánchez, que añade que su asociación tiene previsto unirse a la plataforma de vecinos del entorno de Las Canteras para coordinar sus actuaciones en relación con los ruidos y las terrazas. "Ambos colectivos defendemos lo mismo: el derecho al descanso de los vecinos de toda la ciudad, no sólo Vegueta-Triana. Defendemos algo que está recogido en la Constitución y vamos a trabajar juntos", afirma.
A juicio de Sánchez, las terrazas en la calle Cano "son un auténtico escándalo. La calle Cano se ha convertido en Mendizábal dos. Hay un local en la esquina con la calle Torres, que funciona como pub y como bar y está abierto hasta las tres o las cuatro de la mañana y la gente con los vasos bebiendo en la calle, las mesas llenas de gente y un ruido infernal. Ese local es el que más atropellos está causando ahora mismo. Mientras todas las demás terrazas están recogidas, este sigue a tope".
La dirigente vecinal considera que el gran aumento de terrazas está provocado, además de por la falta de control municipal, por la exención de la tasa por ocupar el espacio público. Al respecto aplaudió la apuesta del concejal de Urbanismo, Javier Doreste, de recuperar el próximo año el tributo por colocar mesas y sillas en la vía pública, una decisión que se adoptará si los otros dos socios del Tripartito están de acuerdo. "Yo lo critico mucho porque no ha cumplido nada de lo que dijo, pero en este caso le aplaudo porque es el único que en seis años se ha opuesto a que no se cobre por ocupar el espacio público. Estos señores están ocupando la vía pública de manera casi permanente y no pagan. Eso es inconstitucional, porque todos somos iguales ante la ley. ¿A cambio de qué le está regalando el alcalde nuestro suelo a esta gente?", pregunta. En cualquier caso, Sánchez se muestra contraria a la ocupación de las calles peatonales, que parecen "terrazales". "Los peatones no podemos ni caminar, porque a la hora de la verdad, los espacios peatonales los están dedicando a las terrazas, así que lo mejor es que les quiten el nombre de peatonales, porque no son para los peatones. En el barrio gótico de Barcelona, por ejemplo, no ves ni una mesa en las calles peatonales estrechas. Están en las plazas y en las calles amplias. Eso no se ve en ningún sitio sino aquí. Vas a cruzar de un lado a otro y no te permiten las sillas cruzar. Aquí no se cumple ninguna ley, el que tiene autorización para ocho mesas pone más", se queja.
