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La rotonda de Ca' Remigio

Una vía de Pedro Hidalgo llevará el nombre de Remigio Rodríguez Quintana, fundador en 1972 del bar que ha dado de comer al barrio

Frente al bar y en el corazón del barrio. ANDRÉS CRUZ

Más de 40 años ofreciendo desayunos contundentes a una clientela fiel. Es una de las señas de Ca' Remigio, en el barrio capitalino de Pedro Hidalgo. Traspasar su puerta y entrar en los apenas 20 metros cuadrados del bar es comprender por qué hay negocios que funcionan sin necesidad de incrementar sus metros cuadrados.

Solo basta con dar un buen enyesque, ofrecer rapidez en el servicio y una sonrisa para fidelizar a los parroquianos. Es el caso de Ca' Remigio, que ha logrado convertirse en toda un referente en el barrio y en otros puntos de Gran Canaria. La rotonda frente al bar llevará próximamente el nombre de su fundador, Remigio Rodríguez Quintana.

Lamentablemente, Remigio no estará en el homenaje que le hará el Ayuntamiento porque falleció el 3 de marzo de 2015 de un ictus, a los 72 años de edad, después de que por la misma enfermedad tuviera que dejar su negocio tras 38 años al frente del mismo, pero estarán su mujer Saro y sus hijos Remigio y Yasmina, que actualmente llevan el negocio familiar junto a su primo Ramón Rodríguez.

La iniciativa de ponerle su nombre a la rotonda, situada frente al colegio público Pintor Manolo Millares y donde confluyen las calles Pedro Hidalgo, San Cristóbal de La Laguna y Salamanca, nació de un policía local del barrio, al que se sumaron compañeros de otros cuerpos de seguridad, empresarios y vecinos de Pedro Hidalgo hasta alcanzar más de 3.500 rúbricas. Así lo afirma su hijo Remigio, quien agradece las muestras de cariño que ha demostrado la gente hacía su progenitor; en especial a una persona con alias Carusso que ha impulsado el asunto de la placa por las redes sociales sin conocerle.

Historia

Llegar a los 45 años en el sector de la restauración no es fácil, y menos en el extrarradio de la ciudad, pero hay negocios que lo consiguen. Es el caso de Ca´Remigio, cuya historia comienza el 7 de julio de 1972, después de que Remigio y su hermano José Luis, oriundos de San Mateo, decidieran abrir un bar propio tras trabajar en varios locales de la ciudad en el mismo barrio donde vivían.

El lugar elegido para abrir el bar fue la subida de la calle Pedro Hidalgo. El barrio, cuya construcción se inició a mediados de los años cincuenta del siglo XX pero que no sería hasta los años 60 y 70, al amparo de la explosión demográfica y de la llegada de familias del campo a la ciudad cuando adquiriría su actual fisonomía, apenas tenía infraestructuras y mucho menos bares. Pero Ca' Remigio se hizo pronto con la clientela del lugar debido a los desayunos sabrosos y contundentes que elaboraba para una parroquia humilde y trabajadora, que se levantaba a primera hora de la mañana para ir al tajo o en busca de trabajo con el que sostener a sus familias. También los recibía cuando estos venían de fiesta.

El bar fue pronto conocido entre los policías que pasaban por la zona debido a la mala fama que durante años tuvo el barrio, en el que en 1975 se ubicaron los barracones que albergaron a las familias canarias que habían sido expulsadas del Sahara cuando España decidió abandonar el territorio. Una clientela que también se hizo fija.

El local se abría a las seis de la mañana, y desde esa hora hasta el cierre, Remigio, al frente de la barra, y José Luis, en la cocina, se despachaban mano a mano a la clientela, a la que en algún momento hubo incluso que fiar debido a las dificultades que pasaban algunas familias. "Fue una aventura, se arriesgaron a montar el negocio en un barrio en el que no había nada y lo consiguieron".

"Su vinculación con Pedro Hidalgo siempre fue muy grande. Colaboró en la promoción del equipo de lucha canaria Anargoma; hoy también lo hacemos, con los Carnavales", recuerda su hijo Remigio, orgulloso de su padre. Esa implicación con el barrio y que al local acudieran policías y guardias a almorzar actuaron como salvaguarda del negocio contra los maleantes. Solo una vez, en 1986, Remigio tuvo que actuar. En vez de achantarse tras el mostrador se enfrentó al ladronzuelo con arma incluida. "Saltó la barra y le quitó la pistola entre lo que salió mi tío de la cocina", recuerda su hijo.

Cochinillo, callos y ropa vieja

Los mejores desayunos de Canarias. El cartel decora el local, que apenas ha sufrido reforma en estos años y que ahora gestiona la segunda generación. Solo basta con echar un ojo a la carta -lomo, carne en salsa, cochinillo, vueltas de ternera, callos, ropa vieja; entre otros platos- para saber que en Ca'Remigio nadie pasa, ni pasaba hambre con el fundador.

La clientela de toda la vida continúa y se ha ampliado a otros lugares de la Isla gracias a sus hijos Yasmina y Remigio, que al ser informático ha incluido al local en las redes sociales después de tener que hacerse cargo del negocio de la noche a la mañana ante los problemas de salud que empezó a tener su padre. Tanto Remigio como su hermana, maestra de profesión, no se arrepienten para nada de la decisión tomada. "A él le costó dejarlo porque llevaba toda la vida aquí y a mí empezar; yo llevaba seis meses trabajando cuando le dio el ictus. Y de un día para otro tuvo que cogerlo", cuenta Remigio.

La hija del fundador del negocio familiar destaca que su padre tenía un don de gentes muy especial. "Sabía lo que iba a pedir en función de la cara que traía ese día el cliente", puntualiza Yasmina, quien añade que a pesar de las horas que dedicaba al negocio "nunca se llevaba los problemas a casa". Era otra de sus virtudes.

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