Sacar a un colectivo de la marginación siempre se muestra como una necesidad imperiosa para los diferentes agentes sociales. "Los enfermos mentales son las personas con más estigmas, por eso es importante trabajar con ellos labores psicosociales y demostrar que pueden integrarse", asegura la enfermera Cira Febles. El pasado mes de julio 17 pacientes del Hospital Juan Carlos I de la capital grancanaria ayudaron en el X Encuentro Arquitecturas Colectivas. Con brochas y sachos en mano, ayudaron a rehabilitar varios espacios degradados del risco de San Nicolás.

Los hospitalizados trabajaron codo con codo con los vecinos y con varios constructores que llegaron desde diferentes partes del mundo. Arquitecturas Colectivas es un encuentro anual que se lleva celebrando desde hace diez años en distintas ciudades españolas. Diferentes expertos internacionales acuden a estos talleres para hablar sobre la dinamización social, rehabilitación de espacios degradados y, en definitiva, ver cómo mejorar las vidas de las personas mediante la arquitectura.

El pasado verano Cira Febles, enfermera residente, pasó unos meses en el centro de Salud Mental que existe en lo alto del Risco. Fue entonces cuando "se le encendió la bombilla", como dicen las vecinas de San Nicolás. Propuso a las autoridades del hospital que los internos de la UcyR (Unidad Clínica y de Rehabilitación) participaran con sus propias manos en el encuentro. La idea de realizar este taller de "rehabilitación psicosocial" caló y gustó mucho entre los sanitarios. Automáticamente se valoraron qué pacientes podían participar en función de sus dolencias o sus capacidades físicas.

A lo largo de cinco días, los hospitalizados contribuyeron a mejorar distintos solares abandonados en las calles Nogal y Nilo del Risco de San Nicolás. Se pintaron muros, escalones y paredes. Se limpiaron y desescombraron solares. Aunque la labor principal se centró en transformar la esquina entre la escalera de Nogal y la calle Madera. El lugar se convirtió en un pequeño espacio verde, con zonas de sombra y bancos para sentarse. "Hay que ver el cambio que ha dado esto, eran todo escombros y mira que bonito está", apuntó Begoña Cabrera, vecina del barrio, quien esta semana visitó el hueco urbano que con tanto ahínco arreglaron en verano.

"Para nada nos dimos cuenta, nos enteramos después; estábamos eufóricas porque venía gente de todas partes del mundo y nadie nos dijo de donde vinieron ellos en concreto", explicó Begoña Cabrera, también vecina del Risco. "En ningún momento noté nada; después de decírnoslo Cira me quedé más satisfecha, porque ves que salen a la calle y nadie les dio importancia por su origen, eso es algo muy bonito", continuó.

"El trabajo de Cira ha sido un bombazo", sentenció Peña. Esta vecina del barrio en cuesta también trabaja en el Juan Carlos I y se implicó de lleno en sacar adelante el proyecto de Arquitecturas Colectivas. "Ha sido un paso más, demostrar que es posible la integración", reconoció.

"Hace diez años, cuando instalaron a estos enfermos allí, tuvimos miedo", apuntó Peña, en referencia al traslado de la unidad de Salud Mental al edificio que hasta ese momento albergó el Hospital Militar de la capital grancanaria. "La mayoría de la gente cuando ve a una persona de este tipo suele tener miedo, pero verlos trabajar con nosotros codo con codo, es cambiar por completo la visión que pueda tener de ellos", continuó.

"Les ayudó mucho, sirve un poco para integrarse en la comunidad, porque trabajaron de manera conjunta en acondicionar zonas para mejorar la calidad de vida de los vecinos del barrio", explicó, por su parte, Febles al hacer una valoración personal de lo sucedido. "Trabajamos en su propio entorno, de forma integrada con los vecinos, nunca se hizo distinción de dónde venían", apuntó.

Normalmente, los enfermos de salud mental de este centro realizan talleres de labores domésticas o hacen salidas de ocio semanalmente. Esta iniciativa lleva consigo dar un paso más en su inserción social. "Es un ejemplo más de integración en la comunidad, porque, qué mejor manera que implicándose en mejorar el entorno que les rodea", apuntó Febles.

"Ha sido un ganar, ganar; ellos aprendieron a integrarse y nosotros ganamos un espacio en el barrio", indicó Susana De Gyorko, otra de las vecinas del Risco que participaron en el encuentro de arquitectura. Todas coincidieron en la imagen magnífica de cooperación que aportó el barrio. Arquitectos llegados desde Venezuela o Turquía junto a pacientes y habitantes de San Nicolás.

Esta iniciativa tuvo su recompensa en las últimas semanas. Febles expuso la actuación con el título Cuidar Humanizando en las XVII Jornadas de 'Actualización en Salud Mental' en el Hospital Doctor Negrín. El acogimiento por parte del auditorio fue unánime, de tal manera que le otorgaron el premio a la mejor comunicación. "Ella es modesta, pero se lo ha currado mucho", apuntaron las vecinas.