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Barceló aterriza con "ilusión y ganas de trabajar" en el hotel Santa Catalina

La cadena coge el relevo del Grupo Juan Padrón en la gestión del establecimiento de cinco estrellas

Barceló aterriza con "ilusión y ganas de trabajar" en el hotel Santa Catalina

Barceló ha aterrizado en el Hotel Santa Catalina "con mucha ilusión y ganas de trabajar", según aseguró ayer su director general de operaciones en Canarias, Ángel Esquinas López. La multinacional mallorquina cogió de manera oficial la pasada jornada el relevo del Grupo Juan Padrón en la gestión del establecimiento hotelero por el que pagará a la capital un canon anual de 600.000 euros durante los próximos 35 años. La cadena también se ha comprometido a realizar una inversión de 24,5 millones que tienen por objetivo "dotar de personalidad" a la creación de Miguel Martín- Fernández de la Torre para que recupere su posición "como buque insignia de la ciudad".

El proyecto de Barceló pasa por incluir dentro de su marca de gran lujo, Royal Hideaway, al hotel, que adquirirá esta denominación una vez se haya puesto al día en las reformas que la compañía tiene previstas para el enclave que está declarado como Bien de Interés Cultural (BIC). "Nosotros lo que presentamos al concurso es una propuesta, pero ahora tenemos que presentarle a Geursa nuestro proyecto durante estos primeros meses para que cuando llegue finales de abril tengamos todas las licencias necesarias para poder empezar con las obras", explicó Esquinas López.

De este modo, los trabajos arrancarán la próxima primavera, fecha hasta la que el nuevo adjudicatario asumirá las reservas que ya estaban contratadas, y la idea inicial es que "no se prolonguen mucho más de nueve meses". Durante este tiempo, el establecimiento hotelero de cinco estrellas permanecerá cerrado. Una medida que, según el director regional, es necesaria, entre otros motivos, porque "un cliente de un Royal Hideaway no puede quedarse en un hotel que esté en obras".

Y es que para su nueva etapa, el Santa Catalina se someterá a una reforma integral que abarca tanto el interior como el exterior. Como ya adelantó el representante de la cadena durante la firma del contrato con el Ayuntamiento capitalino hace una semana, se va a reducir el número de habitaciones, que pasarán de 205 a 194 para "ganar en amplitud y comodidad". Asimismo, la intención es reubicar la zona de buffet del desayuno en el espacio que ocupaba el antiguo casino, en la parte trasera.

Otro de los cambios que propone Barceló es recuperar la azotea para reconvertirla en una zona chill out y cóctel bar, así como reabrir los patios interiores diseñados por Martín-Fernández de la Torre que "perdieron la magia" al ser techados con la anterior intervención. "La idea es crear un elemento único que abra el hotel a la ciudad y al entorno de manera que conecte con el parque que tiene enfrente y con el Doramas". Además de crear un atrio y unas terrazas a este espacio verde de la capital, la multinacional mallorquina pretende peatonalizar el acceso a la entrada principal que pasará a ser de uso exclusivo para el hotel de recibir el visto bueno del Consistorio.

El nuevo arrendatario del Santa Catalina también tendrá que esperar al veredicto de los técnicos municipales para ver si pueden llevar a cabo su planteamiento de retirar los aparcamientos exteriores. "Además estudiaremos si se pueden ampliar las plazas del parquin interior", apostilló Esquinas. La zona del spa y la piscina también pasarán por chapa y pintura y dispondrán de un acceso interior "para que los clientes no tengan que cruzar la calle en albornoz". Para ello, Barceló contempla levantar la cubierta del Salón Palmeras donde se quitará una crujía para crear un pasillo interno que desemboque en la zona de relajación del alojamiento. "Esto también permitirá que el Salón Arencibia pueda tener una actividad paralela e independiente al Palmeras, algo que hasta ahora no era posible".

Recuperar el porche de la fachada principal es otra de las novedades del proyecto de la cadena hotelera que también pretende potenciar la terraza para que se convierta en "un punto de referencia social y cultural" de Las Palmas de Gran Canaria. En esto también tendrá mucho que ver la apuesta por la gastronomía que el director regional ya adelanta que será variada. "Se va a reubicar la zona de restauración que contará con restaurante a la carta y un espacio tipo bodega y taberna en el que se ofertarán tapas con sabores tradicionales pero al estilo gourmet". Asimismo, se pondrá en marcha la iniciativa 25 Estrellas Michelin con la que se persigue que distintos chefs reconocidos roten por la cocina de forma periódica "para que compartan sus experiencias mundiales".

Para todo ello todavía habrá que esperar, si bien hasta que llegue el momento de iniciar la reforma el nuevo grupo gestor no estará de brazos cruzados, según aclaró su portavoz en Canarias. "Queremos ir adelantando mejoras tanto en instalaciones como en herramientas que incrementen la satisfacción de los clientes, que son nuestra razón de ser, y que de este modo no se nos acumule todo el trabajo para abril". Además de esto, Ángel Esquinas aseveró que desde su entrada en la dirección del Santa Catalina, su prioridad también ha sido "dar la máxima confianza al personal, ya que ellos son el eje central" de la empresa.

De este modo, los miembros de la cadena mallorquina se reunieron ayer con los trabajadores, muchos de los cuales asistieron "aún estando en sus días libres o de vacaciones". En este encuentro, los representantes de Barceló aprovecharon para hablarles de la filosofía de una compañía que acuña 85 años de experiencia. "Nuestro presidente también les ha mandado un vídeo para darles la bienvenida a la empresa", contó Esquinas López, quien aseguró que ha percibido en la plantilla "la misma ilusión" con la que ellos han llegado al hotel. "Y eso nos da mucho ánimo para conseguir nuestros objetivos", señaló. Unos retos que tienen como fin elevar la categoría del Santa Catalina para lo que también será necesario contratar a más personal para así cumplir con el ratio medio de 1,30 empleados que marca el estándar Royal Hideaway de la cadena balear. "Pero hasta que no se reforme no se podrán cumplir esos estándares", matizó el director regional.

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