Un jurado popular ha comenzado hoy el juicio contra el joven que mató a su vecina en la calle Pérez del Toro de Las Palmas de Gran Canaria. Alberto Montesdeoca Pérez se enfrenta a una pena máxima de 25 años de cárcel por asesinato con alevosía y ensañamiento, pero su abogada defensora solicita la absolución al considerar que es víctima de la "violencia extrema" de los videojuegos y vive en una "realidad paralela", con la "presión" de alcanzar el éxito social que no tiene en la vida real.

El acusado, de 18 años en 2015, cuando mató a Saray a golpes con unas tijeras metálicas, se ha negado a responder a las preguntas de la Fiscalía de Las Palmas y de la acusación particular. Sólo ha contestado al interrogatorio de su letrada, con la finalidad incidir en la idea de que cometió el crimen debido a una enajenación mental transitoria, molesto porque su vecina le había arruinado la partida al interrumpir su concentración para reprocharle el ruido del ordenador. "Ahora soy consciente de que tenía un problema con los videojuegos. Sé que no me van a perdonar, pero no era yo. Lo que hice no lo pensé", asegura Montesdeoca.

Lo que hizo este estudiante de Ingeniería Informática es propinarle más de 10 golpes con las tijeras a su vecina, tras coger la herramienta metálica del taller de su padre, que está en el bajo del mismo edificio. Saray, de 27 años, vivía con una compañera en esa casa desde hace tres años, pues había venido de La Palma, donde nació, para estudiar Relaciones Laborales en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Fue agredida nada más abrir la puerta, sin posibilidad de defenderse. Montesdeoca encubrió el crimen durante dos semanas, hasta que finalmente reconoció su responsabilidad ante la Policía Nacional en un interrogatorio como testigo.

El fiscal Pedro Gimeno, en sus conclusiones provisionales, reclama 20 años de cárcel por asesinato con alevosía, mientras que la familia de Saray eleva la petición de condena a 25 años de prisión, porque entiende que también hubo ensañamiento. La defensa, cambio, pide la absolución en base a la eximente completa por enajenación mental transitoria.

La clave del veredicto, por tanto, estará en las conclusiones de los peritos, que expondrá sus informes el miércoles en la sala de jurados de la Ciudad de la Justicia. La defensa, en ese sentido, cuenta con un dictamen que avala ese trastorno asociado a la adicción a los videojuegos y a una personalidad esquizoide, según el psiquiatra Carlos Lamela. El especialista, que fue director del Instituto de Medicina Legal de Las Palmas, deberá confrontar su opinión con la de los forenses judiciales, que rechazan tal alteración de la personalidad, aunque sí admiten que tiene rasgos peculiares, como falta de empatía y una gran frialdad, entre otros.

El juicio sigue mañana con la declaración de los testigos, entre ellos los agentes de la Brigada de Homicidios que llevaron la investigación. El magistrado que preside la vista oral, Miguel Ángel Parramón, reanudará la sesión a las 10.00 horas en la Sección Primera de la Audiencia de las Palmas.