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"Nuestros padres ya están enterrados, ahora falta saber quién lo hizo"

Los restos de Ana María Artiles y Antonio Quesada descansan en el cementerio de San Lázaro

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Entierro en San Lázaro del matrimonio de Guanarteme desaparecido

Antonio Quesada Artiles acababa de depositar las dos urnas con los restos de sus padres, Antonio Quesada y Ana María Artiles en el lugar en el que ambos descansan juntos en el cementerio de San Lázaro, cuando un aplauso rompió el silencio que hasta el momento imperaba en el ambiente. Un gesto espontáneo y emotivo con el que los presentes quisieron dar el último adiós al matrimonio que durante más de cinco años estuvo en paradero desconocido desde que el 6 de marzo de 2012 fueran vistos por última vez en Guanarteme. Ayer, dos rosas sobre una lápida provisional ponía fin a más de un lustro de incertidumbre sobre el paradero de los septuagenarios cuya muerte la familia espera que se esclarezca pronto. "Nuestros padres están ya enterrados, pero ahora, como es lógico, queremos saber quién ha sido", aseguró tras la sepultura Loli Quesada, una de las cuatro hijas de la pareja.

Fue el pasado 20 de agosto cuando Canaria, la cachorra de galgo de cinco meses de un cazador, Carlos Díaz, halló los huesos de los ancianos que se encontraban semienterrados en la ladera del barranco de Las Vacas, entre Agüimes y Temisas. "Yo no creo que fuese la casualidad, sino Dios el que hizo que eso ocurriera", aseguró Quesada. Esto supuso un descanso para toda la familia que, como en su día reconoció Loli, había perdido la esperanza de recuperar los cuerpos de sus progenitores. Tres meses, entre estudios forenses e investigaciones, han tenido que pasar para poder tenerlos de nuevo con ellos y darles el merecido reposo.

Por fin, ayer, después de velarlos en el tanatorio San Miguel, el coche fúnebre con los restos mortales de Antonio y Ana María llegó pasadas las doce del mediodía al camposanto donde varias personas aguardaban desde hacía rato. Entre las caras conocidas que recibían a la familia Quesada Artiles en la puerta se encontraban las de José Suárez, el abuelo de Yéremi Vargas o la de Antonio Luis García, padre de Antonio Luis García Vera, que desapareció en la zona de Mesa y López un año antes que los ancianos. Saludos y emotivos abrazos en la escalinata fueron el preludio de la ceremonia que tuvo lugar dentro de la necrópolis.

En la misma entrada de San Lázaro se llevó a cabo el breve responso antes de que el vehículo negro del que colgaban varias coronas de flores se pusiera en marcha de nuevo hasta la tumba. Detrás, en silencio, el séquito encabezado por los hijos y nietos del matrimonio, avanzó varios metros hasta el lugar en el que les dieron el último adiós.

Allí, Antonio fue quien bajo la mirada de sus hermanas Loli, Mercedes, Míriam y Mari Carmen y demás presentes, se subió a las escaleras para depositar en el nicho las dos pequeñas cajas con los restos de sus padres. Muchos no pudieron evitar contener las lágrimas de emoción en el momento de la despedida que culminó con un también emotivo aplauso.

Y es que alrededor de medio centenar de personas acudieron al camposanto para arropar a los familiares de Antonio y Ana María. "Han venido muchos vecinos del barrio y de la zona del norte, de donde eran ellos", contó Pepi González, presidenta de la asociación vecinal de La Barriada de Guanarteme y Chile. Asimismo, también asistieron algunos de los moteros que han participado durante este tiempo en las manifestaciones que anualmente se han hecho en el entorno de Guanarteme para evitar que ni el matrimonio ni la treintena de personas que hay desaparecidas en la Isla caigan en el olvido.

Una labor que durante cinco años ha liderado la propia Pepi por lo que ayer las hijas de Quesada y Artiles no dudaron en expresarle su agradecimiento y su intención de seguir apoyando la lucha para que otras personas no pierdan la esperanza de recuperar a los seres queridos que todavía están en paradero desconocido. "Muy pronto nos vamos a manifestar por Yéremi", adelantó la presidenta del movimiento vecinal que ayer también procedió a retirar la pancarta que cada año, en vísperas del aniversario de la desaparición de los septuagenarios, ha presidido la plaza del Pilar. "Pensamos enterrarla con ellos, pero al final decidimos que no", comentó González quien aclaró que, en cualquier caso, el lema que se puede leer en el cartel: "Guanarteme con Antonio y Ana María" siempre estará presente.

Tanto es así que está previsto que el próximo viernes 24 de noviembre, a las 19.00 horas, tendrá lugar una misa funeral en la parroquia del Pilar del barrio en recuerdo a dos vecinos que formarán para siempre parte de la historia del mismo.

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