Persona, familia y sociedad son los tres conceptos centrales de la investigación sociológico-pastoral dirigida por usted. ¿Forman un todo integrado?
Lo que se quiere plantear es que la sociedad es producto de los individuos que generan la familia, pero la familia es la fuente de las personas y el patrimonio cultural con las que se les dota para que se integren en la sociedad. La sociedad ejerce una incidencia en la familia y viceversa. Las parroquias beben de las familias, de la educación cristiana que aportan los padres a los hijos, pero las familias también se ven influidas por las parroquias, por la fe que alimentan; sin embargo la primera escuela para tramitar la fe cristiana es la familia.
Sujeto del estudio han sido las familias de las seis parroquias del Arciprestazgo de Ciudad Alta. ¿Presentan rasgos diferenciales o son comunes al resto de las parroquias de Las Palmas?
Por lógica y, como consecuencia de los grandes cambios sociales y trasvases de comunicación en toda la ciudad, los rasgos son bastante comunes.
¿Podría definir un perfil aproximado del concepto "Persona" en el área urbana estudiada?
La persona urbana está conformada por una serie de rasgos: Con inestabilidad laboral, inestabilidad conyugal-emocional, con cierto estrés que le impone la tensión diaria del trabajo y la familia, y dada poco al silencio y a la reflexión interior, así como en proceso de abandono de la fe.
¿Y el perfil del concepto de "Familia" en el espacio de Ciudad Alta?
Los rasgos de la familia son que cada vez está más atomizada por los dos extremos de la pirámide: hijo único o sólo dos hijos y, por el otro lado, mayores que viven solos y aislados. Con dificultades para conciliar el ámbito familiar y laboral y con escaso tiempo para la comunicación intrafamiliar.
Finalmente, hábleme del perfil del concepto "Sociedad".
Es un término genérico que quiere expresar el espacio donde los seres humanos compartimos la existencia, las necesidades, los recursos, las tensiones, los conflictos y el tipo de organización que nos damos unos a otros, principios que dicta la democracia. La sociedad tiene un reto importante que resolver: ensamblar la individualidad con lo comunitario, la idiosincrasia con la diversidad que nos viene desde los ámbitos de los procesos migratorios envuelto todo ello en una complejidad cada vez más volcada al exterior, de carácter internacional y que también nos impone el mundo de las nuevas tecnologías.
¿Existe un paralelismo entre la problemática socio-religiosa de las familias y el efecto de los cambios socio-culturales?
Creo que sí. Tiene que ver con las siguientes variables tradicionales en estos estudios: el hábitat y medio social, en el sentido de si es urbano o rural, la edad de los padres e hijos, los niveles de estudios y los niveles profesionales.
¿Qué diferencias percibe entre las distintas generaciones de una misma familia: abuelos, padres e hijos?
Muy notables. Los abuelos viven y beben de un modelo de religiosidad heredado y que ellos transmiten, de un cristianismo que se ha transmitido por contagio generacional. Los padres viven a caballo entre el modelo de sus padres y el ambiente de indiferencia religiosa y de proceso de abandono de la fe. Los niños sólo pasan, la inmensa mayoría, por el bautismo, la primera comunión y pronto abandonan el proceso de la fe.
Las conductas sociales dominantes, ¿determinan los niveles de cumplimiento civil y religioso?
Por supuesto. ¿Cuáles son las conductas dominantes? La cultura del consumo que genera un nivel de apetencias que la inmensa mayoría no puede cumplir y sufre las consecuencias correspondientes; el anonimato, el impersonalismo fruto de sociedades de grandes masas, el hacinamiento que viene del tipo de vivienda que se originó de los años 50 a los 90 en Ciudad Alta que individualiza cada vez más a las personas y las recluye a la vida estrictamente privada sentada ante la televisión.
¿Qué fenómenos sociales y/o religiosos determinan la coexistencia de las familias integradas y las desestructuradas?
Lo que hace compacta a una familia es la estabilidad emocional de los padres, las convicciones, los principios y los valores con que organizan su propia vida y la de sus hijos, sus niveles de estudios, la estabilidad profesional y el cultivo de su mundo religioso.
¿Y cuál sería, a su juicio, la influencia de la enseñanza en esta disociación?
La enseñanza es básica para articular y organizar una sociedad. Decía un adagio africano: "Para educar a un niño hace falta toda la tribu". Agentes de la tribu que serían la familia, la escuela y los medios de comunicación social, tienen que estar al servicio de la educación. Para tener una sociedad sana necesitamos un pacto entre los tres porque si no necesitaríamos una sociedad que tuviera recursos para invertir en sanar las enfermedades sociopáticas o disfunciones sociales.
La Orientación Familiar, ¿genera mejoras de integración y comportamiento?
Por supuesto y, sobre todo, la prevención.
