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Seguridad Marítima Acciones de la Armada española

El capitán del 'Infanta Cristina' alaba el papel del Arsenal contra la piratería

Juan Carlos Prada señala en Casa África el "apoyo y asistencia" que puede prestar la Base Naval para las misiones en el golfo de Guinea

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Jornadas sobre la 'operación Atalanta' en Casa África

El capitán de la patrullera Infanta Cristina, Juan Carlos Prada Pardal, que durante cuatro meses ha estado en el golfo de Guinea realizando labores de cooperación contra la piratería en la zona, destacó ayer el papel del Arsenal como "punto de apoyo y asistencia" para este tipo de misiones en el caso de que se presente alguna necesidad e imprevisto. Y también para la propia "seguridad marítima de las Islas" y del resto de las fronteras españolas. El capitán de corbeta hizo estas declaraciones tras la conferencia que impartió en Casa África, en las que explicó el periplo que ha realizado el barco por la costa occidental africana en donde ha hecho escala.

En la conferencia, organizada por el Mando Naval de Canarias en colaboración con Casa África, también participó el capitán del Buque de Acción Marítima (BAM) Rayo, Rafael Gallego Naranjo, recién llegado del océano Índico, donde ha participado durante cinco meses en una nueva misión de la operación europea Atalanta, también contra el pillaje marítimo, aunque en la zona de Somalia y golfo de Adén.

Aunque ambas misiones tienen el mismo objetivo, el modus operandi ha sido totalmente distinto ya que la patrullera Infanta Cristina, que espera partir hoy hacia Cartagena si el temporal se lo impide, donde el barco tiene su base naval, se enmarca dentro del Plan de Cooperación que el Ministerio de Defensa tiene con algunos países del continente africano, mientras que el Rayo, que llegó este lunes a la capital -puerto base- ha patrullado el océano Índico bajo el mando europeo Eunavfor Somalia.

A pesar de las diferentes operaciones que han realizado ambos buques de la Armada española y de los diversos contextos políticos en los que han operado, ambos militares pusieron de manifiesto la importancia de este tipo de despliegues en aguas internacionales. No solo por acabar con este pillaje que afecta a la seguridad del comercio marítimo, el sector pesquero y el energético, sino también para tener información de primera mano sobre otro tipo de amenazas como es el terrorismo.

El acto estuvo presidido por el director general de Casa África, Luis Padrón, y el almirante comandante del Mando Naval de Canarias, Juan Luis Sobrino Pérez-Crespo.

El capitán de la patrullera Infanta Cristina, manifestó que en este tipo de operaciones el buque lleva víveres y repuestos de mantenimiento para el tiempo que está fuera de casa salvo "alguna mercancía fresca" que se compra en los puertos en los que hace escala por lo que no ha sido necesario solicitar ayuda al Arsenal, aunque resaltó su interés "por su cercanía" a la zona. El capitán resaltó, no obstante, que cualquier base naval española podría proveer ayuda al barco en caso de necesidad.

La patrullera Infanta Cristina fue construido en 1977 en los astilleros de Batzán, aunque en 2004-5 sufrió una remodelación para convertirse en un buque de altura para la Armada española y según su capitán ha sido calificado como la hormiga atómica porque "puede hacer de todo", aunque la quitaron su capacidad submarina.

El buque, con una tripulación de 92 personas, ha participado en la Guerra del Golfo y en tres ocasiones en la operación Atalanta (2010-11 y 15) además de diversas misiones rutinarias para la OTAN en el Mediterráneo. No es la primera vez que participa en labores de cooperación en el golfo de Guinea, aunque en esta ocasión lo ha hecho por un periodo de cuatro meses cuando lo normal hasta ahora era estar tan solo tres meses. Durante la misión, han recalado en los puertos de Praia y Mindelo (Cabo Verde), Nouakchott (Mauritania), Dakar (Senegal), Sekondi (Ghana), Duala (Camerún), Santo Tomé (Santo Tomé y Príncipe), Luanda (Angola), Port Gentile (Gabón) y Abidjan (Costa de Marfil), donde han mantenido contactos con las autoridades y fuerzas armadas de estos países, con los que han realizado diversos ejercicios de adiestramiento y demostraciones.

Pillajes diversos

Prada señaló que el golfo de Guinea, especialmente la zona del delta de Nigeria y el delta del Níger, es después del estrecho de Malaca la segunda zona del mundo más peligrosa en cuanto a la piratería se refiere debido al tránsito marítimo, la actividad pesquera - dos de los caladeros españoles se encuentran en este área- y las plataformas petrolíferas existentes en la zona. Pero también por otras actividades ilícitas como la pesca ilegal, el narcotráfico y otras amenazas como son el terrorismo y la inmigración.

En este año se han producido 91 ataques y no parece que haya una tendencia a la baja como está ocurriendo en los últimos años en Somalia ya que la piratería en el Golfo de Guinea es diferente a la que opera en el cuerno de África. En este caso, se trata de grupos opositores al régimen de Nigeria y el pillaje se realiza siempre a 10 o 20 millas de la costa. Así lo indicó el capitán, quien señaló que es fundamental que los países afectados cuenten con fuerzas preparadas, así como herramientas para disuadir o repeler ataques además de centros de coordinación que garanticen la cooperación entre los diferentes países ribereños. Y, en este sentido, resaltó los acuerdos de cooperación que existen en la zona en materia de defensa.

El pillaje en la zona del cuerno de África está, sin embargo, pasados los primeros años en los que la piratería ha estado unido a grupos criminales que secuestraban buques mercantes para posteriormente pedir grandes rescates, más unido a la situación crítica de hambruna y desestabilización política y se produce a varios cientos de millas de la costa. A pesar de que estos saqueos han disminuido en los últimos años desde que en 2008 se estableció una cooperación europea para proteger a los buques mercantes y pesqueros que transitan por la zona -este año solo ha habido tres-, la piratería sigue latente. Así lo indicó el capitán del Rayo, Rafael Gallego Naranjo. "Las comunidades pesqueras están desesperados porque otros buques chinos esquilmen sus aguas", dijo en relación a la implantación de el vecino asiático en la zona, aunque añadió que estas acciones "no tienen apoyo en tierra".

El Buque de Acción Marítima, con 87 tripulantes, se trata de uno de los barcos de última generación de la Armada. Durante su misión ha escoltado a los buques de alimento de la ONU, inspeccionado buques para conocer si llevan las medidas de seguridad exigidas por Europa para evitar ataques y labores de inteligencia militar. También ha realizado demostraciones y adiestramientos en algunos países. "No solo nos pedían adiestramientos contra la piratería, sino otro tipo de riesgos y amenazas como el tráfico ilícito, la polución o las pesquerías ilegales".

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