¿Se extralimitaron cuatro policías nacionales al detener a una mujer en la capital grancanaria o se ganó el arresto por interferir en una actuación policial para ayudar a una joven que supuestamente era avasalla por los agentes al haber cruzado en rojo un semáforo? La respuesta está en manos de la Audiencia de Las Palmas, pero la prueba practicada ayer revela que se negó a identificarse y desafió las indicaciones dadas.

La fiscal Cecilia Acebal, en sintonía con las declaraciones y los testimonios reproducidos en el juicio, ha reclamado la absolución de los cuatro acusados, que se juegan nueve años de cárcel por los delitos de falsedad documental, detención ilegal y falso testimonio, según las conclusiones de la acusación particular. "Ni estaba rodeada por los policías, ni era avasallada ni era necesario ayudarla. Tampoco se la detuvo como represalia a sus quejas por la intervención policial", expuso la representante del ministerio público en su informe final.

La fiscal, para llegar a esa conclusión, se apoya en un vídeo grabado por la cámara de un portal y en las contradicciones de la denunciante, esto es, de la mujer que acudió en apoyo de la joven. La chica venía caminando por Juan XXIII y cruzó Pío XII con el semáforo en rojo. Uno de los policías, que iban en moto, le reprochó su actitud al tener que frenar y ella respondió que no le gritara.

El agente se bajó de la moto y siguió a la joven hasta el portal para pedirle explicaciones, al tiempo que sus compañeros se quedaban fuera del edificio. En ese momento Mary Luz, la supuesta víctima del exceso policial, salía del gimnasio y pensó que la chica estaba en apuros porque la vio llorar. Así que se acercó hasta el portal y le ofreció su ayuda. A partir de ahí se desató el enredo.

Los cuatro policías, entre ellos una mujer, afirman que Mary Luz no sólo se negó a identificarse, sino que también se resistió al cacheo de seguridad y, además, fotografió a los agentes, con frases del tipo "conozco mis derechos", "como mujer soy intocable", "cuidadito conmigo" y "son unos abusadores". Todo tras advertirle varias veces que estaba interfiriendo en una actuación policial y que sería detenida si no obedecía.

"La actitud de esa señora no era normal. Las razones para detenerla eran evidentes", sostiene la agente que la cacheo. Como no pudo registrarla con éxito, otro compañero la agarró del brazo y la pusieron contra la pared. Finalmente, ante su resistencia y la negativa a identificarse, la metieron en el furgón y se la llevaron a la Jefatura Superior de Policía, donde pudo ser identificada porque un policía halló su DNI en un tarjetero del bolso.

Cinco horas en comisaría

La mujer, hasta ese momento, no se había identificado, según la versión de los acusados y de otro funcionario que participó en la elaboración de su ficha. Eso ocurrió sobre las 15.30 horas. Luego la trasladaron a la comisaría del Puerto, donde quedó en libertad sobre las 20.30 horas. La detenida no llegó a pasar la noche en los calabozos.

Las versiones de los cuatro acusados y de dos testigos, todos policías, coinciden en la resistencia ofrecida por la mujer, con una actitud "hostil", nada colaboradora. Ella, en cambio, lo niega. "Si he pecado es por querer ayudar", alega la denunciante, que relaciona su origen colombiano con lo ocurrido.

Su declaración, a veces entre sollozos por el supuesto maltrato policial, no surtió efectos en la fiscal, que le reprochó sus contradicciones. La joven supuestamente avasallada le dijo que no necesitaba ayuda y los agentes le indicaron que se fuera, pero ella se quedó porque "sintió que la chica estaba mal". Esa joven declaró ayer que se sintió "intimidada" porque la "situación era violenta", pero la fiscal, tras ver las imágenes, concluye que nadie rodeó a la chica, que sólo habló un agente con ella, y que ella discutió con él por haberle gritado al cruzar cuando no debía, con alusiones del tipo "parece que te acabas de sacar las oposiciones". De ahí que no aprecie esa intimidación o abuso de los policías.

Los hechos ocurrieron en 2014 y acabaron en un juicio rápido contra Mary Luz, que resultó absuelta. El Juzgado decidió entonces deducir testimonio contra los agentes y se abrió una investigación. El juez instructor archivó la causa, pero la Audiencia de Las Palmas ordenó en 2015 ir a juicio al apreciar indicios de falsedad en la intervención policial.