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Los hermanos que fingían para cobrar la pensión negocian penas de sólo 15 meses

Aplazado el juicio para que la aseguradora y los cinco acusados lleguen a un acuerdo

La Audiencia de Las Palmas ha aplazado hasta el lunes el juicio contra los cuatro hermanos y un supuesto "neuropsiquiatra" que simulaban enfermedades mentales para cobrar una pensión de la Seguridad Social tras obtener la incapacidad absoluta para trabajar o realizar cualquier actividad social.

El retraso obedece a que los acusados están dispuestos a reconocer su responsabilidad a cambio de obtener una rebaja de la condena. El fiscal solicita multas de 1.800 euros y penas de hasta tres años de cárcel, pero está dispuesto a pactar 15 meses de prisión y sanciones algo inferiores, según las partes que ayer acudieron a la vista oral señalada en la Sección Segunda de la Audiencia.

El tribunal, de hecho, forzó un paréntesis de una hora para ver si las defensas y la acusación cerraban el acuerdo, pero no fue posible porque una de aseguradoras engañadas exigía garantías de la devolución de los más de 150.000 euros desembolsados por una de las incapacidades, explican las mismas fuentes. De ahí que los abogados se dieran de plazo hasta el lunes para formalizar ese pacto. La Fiscalía, en estos casos, siempre condiciona la aminoración de la pena al pago de la responsabilidad civil y la reparación del daño causado.

Confabulación

Entre los acusados se encuentra Ranulfo Ramón Dolores León Rosas, un médico que está condenado por falsear certificados del empresario José Miguel Suárez Gil, los cuales eran luego utilizados para retrasar sus procesos judiciales por enfermedad psíquica.

Los otros cuatro acusados, según las conclusiones del fiscal Pedro Gimeno, se "confabularon" entre 2006 y 2008 con el médico para obtener la declaración de incapacidad permanente más importante, previa tramitación de los expedientes administrativos en el Instituto Nacional de la Seguridad Social Para ello fingían padecimientos que no se correspondían con la realidad, bien porque exageraban su estado con artimañas naturales o porque ingerían fármacos.

El diagnóstico común de Eliria A. J., Eugenio A. J., Claudina A. J. y Rosa María A. J. era la depresión, aunque con peculiaridades como la psicosis, la epilepsia o el trastorno bipolar.

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