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El Puerto ahorra más de 7.000 euros anuales al eliminar los coches oficiales

La Autoridad Portuaria poseía dos vehículos de alta gama que fueron vendidos el año pasado

Fachada de la Autoridad Portuaria con varios vehículos de servicio estacionados. LP / DLP

Ya no hay coches oficiales en la Autoridad Portuaria de Las Palmas. Los dos vehículos BMW Serie 5 Berlina automáticos de seis velocidades que eran de su propiedad desde finales de la pasada década se encuentran en manos de sus nuevos propietarios y los empleados que se encargaban de conducirlos han sido recolocados en otros puestos o con cambios de funciones laborales, de acuerdo con el presidente del organismo, Luis Ibarra. Esta medida de racionalización del gasto en las administraciones públicas, adoptada a lo largo de 2017, permitirá al directorio del Puerto un ahorro anual de casi 8.000 euros.

Esta cantidad surge de la suma de los distintos gastos que resultaban necesarios para seguir manteniendo los vehículos en funcionamiento. Por un lado, la inversión anual en revisiones, reparaciones y mantenimiento de los dos coches de alta gama, que ascendía a una media de 3.000 euros cada uno. Por otro, el coste de las plazas de aparcamiento utilizadas para estacionarlos en un recinto seguro, que ascendía a casi 1.700 euros cada año.

Tanto el presidente de la Autoridad Portuaria, Luis Ibarra, como su director, Salvador Capella, habían dejado de hacer uso de los vehículos oficiales tiempo atrás. Desde que se tomó esta decisión venían moviéndose en otros automóviles del organismo -los mismos que utiliza el personal en sus desplazamientos por el interior del recinto, y que forman parte de una flota de renting, no en propiedad-, en taxi o en sus propios vehículos. Se trató de destinar los automóviles a otras tareas, como el apoyo a determinados servicios de varios departamentos, pero finalmente se optó por ponerlos a la venta ante su escasa funcionalidad como coches de servicio.

Los vehículos tenían una antigüedad aproximada de una década. La matriculación del más antiguo, de color gris plata, tuvo lugar el ocho de febrero de 2007 y la del otro, en tonos negros, el 26 de junio de 2008. El primero marcaba 110.009 kilómetros en el momento en el que se anunció su venta en subasta; el segundo, 94.608.

Los autos fueron puestos a la venta a lo largo del año pasado. La Autoridad Portuaria trató de enajenarlos a través de dos subastas, aunque los procedimientos quedaron finalmente desiertos. El vehículo más antiguo tenía un precio de licitación de 11.103,97 euros y el más nuevo, de 13.072,64 euros.

Tras agotar la vía fueron vendidos mediante adjudicación directa a dos particulares que pagaron por ellos un precio mucho más bajo, 600 euros. Las dos máquinas necesitaban reparaciones importantes en sus motores para continuar rodando.

La desaparición de los vehículos no ha supuesto una pérdida de puestos de trabajo, según aclara Ibarra. Los dos chóferes asignados a su conducción continúan vinculados con la Autoridad Portuaria. Uno de ellos ha tenido un cambio de funciones laborales y el otro ha sido destinado a un puesto diferente dentro del organismo.

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