El Juzgado de lo Penal número 5 de Las Palmas ha condenado a penas que suman cuatro años y cuatro meses de prisión a un exsubinspector de la Policía Canaria que entre los años 2010 y 2013, ocupando los puestos de oficial -primero- y de subinspector y jefe de la base del cuerpo en Gran Canaria -después-, acosó laboralmente a dos agentes y

les causó lesiones psíquicas, hasta el punto que uno de ellos se encuentra incapacitado de por vida para ejercer como agente del orden, declara probado la resolución.

Además de la condena penal, la sentencia impone al hoy expolicía -se encuentra de baja permanente por cuestiones ajenas al proceso- la obligación de indemnizar a los dos perjudicados con más de 69.505 euros, y declara la responsabilidad civil subsidiaria de la Comunidad Autónoma de Canarias en el abono de estas sumas.

Igualmente, la autoridad judicial impone al acusado la obligación de abonar las costas del proceso, esto es, los honorarios no sólo de su defensa, sino de la representación legal de las acusaciones particulares, según informa el gabinete de prensa del Tribubal Superior de Justicia de Canarias (TSJC).

La sentencia, que es susceptible de recurso ante la Audiencia de Las Palmas, declara probado que Carmelo Martín Sosa "mantuvo a sabiendas desde 2010 un trato humillante, ofensivo y discriminatorio" respecto a uno de los agentes que estaba a su su mando.

Así, "de forma reiterada", en las reuniones para impartir instrucciones, en los vestuarios y delante de compañeros, decía al agente que no era policía o que no merecía serlo; que había personas que sólo servían para estar rodeados de putas y maricones. o le quitaba la palabra y reía de él, rcoge el fallo judidicial.

El acusado, bien como oficial o subinspector y jefe de la base, asignaba a su subordinado instrucciones para que éste las realizara con más frecuencia que el resto de sus compañeros, servicios que estaban peor considerados debido a su "falta de dinamismo o actividad o por su soledad".