El pasado lunes 12, en las páginas de LA PROVINCIA/DLP, Manuel Ramos Almenara advierte en un artículo sobre el desalojo del Centro de Iniciativas y Turismo con motivo de las obras de rehabilitación del conjunto histórico y artístico. Un desalojo que afecta también al Museo de Néstor pero, como señala el autor, la obra del artista tiene un lugar donde custodiarla en condiciones (cuando pudo programarse una exposición en Madrid o en París...) y volverá a las instalaciones en condiciones adecuadas tras décadas de desidia y asfixia. En el caso del CIT, no sólo no les ceden un almacén provisional, sino que tampoco garantizan su regreso a su espacio natural y tradicional.

Ramos Almenara es autor de obras sobre la historia del Pueblo Canario y el Hotel Santa Catalina. Sabe (sabemos) que desde su apertura, el Pueblo Canario alojó en la zona superior del torreón las dependencias del Centro de Iniciativas y Turismo, institución casi octogenaria que contó siempre con figuras relevantes de nuestra sociedad entre los que figuraba el propio Néstor Martín-Fernández de la Torre, o los descendientes de Luis Suárez Galván, pioneros del Grand Tour norteamericano.

En la historia del turismo en nuestra provincia, el CIT es uno de los organismos protagonistas (Medalla de Plata al Mérito Turístico, 1966) y sus archivos conservan importante documentación propia y del SKAL Club. A ello se suma las colecciones de las revistas ISLA y Costa Canaria, junto a algunas obras artísticas realizadas para ilustrar estas publicaciones y para campañas promocionales del propio CIT.

El CIT es una entidad destacada de la sociedad civil grancanaria que promocionó la provincia y el conjunto del Archipiélago con acciones en compañías aéreas, agencias de viajes y otras organizaciones que permitieron llegar a los potenciales turistas en una época en que la promoción y regulación de la actividad turística era casi inexistente, hasta la llegada de Manuel Fraga Iribarne al Ministerio de Información y Turismo (1962-69), cuando el Estado se interesa por el sector y lo 'descubre' como la gran oportunidad para sacar a España del subdesarrollo. Es también el momento de la puesta en marcha del Plan de Estabilidad (1959) y los tres Planes de Desarrollo (64-67, 68-71 y 72-75), aunque éstos relegaban al turismo porque partían de la concepción industrializadora del país con sus 'polos' de desarrollo.

Incluso en esta década de los 60 todavía el papel institucional era anecdótico, por lo que el CIT cubría las ausencias en las políticas de promoción hasta la creación del Patronato de Turismo (1975, de ámbito provincial en sus comienzos) que inicia la actuación pública en la promoción de la Isla y en la consolidación de equipos profesionales, aunque esto supondría la pérdida del protagonismo y la retirada de recursos al CIT que recibía escasas y esporádicas aportaciones institucionales. Gracias a su esfuerzo, llegaban a muchísimos países y profesionales turísticos con la revista ISLA (1946-1969). Una publicación en la que no encontramos ni una crítica personal pero sí una enorme y constante preocupación por el mejor funcionamiento y el mayor beneficio para la población de la Isla. Tal como averigüé en mi proyecto de fin de máster sobre la revista isla, en el que inventarié todos los artículos y los autores de los mismos. Por ello considero que es un privilegio poder contar con una entidad conformada por expertos que puedan trasladar al conjunto de la sociedad sus preocupaciones y satisfacciones sobre el turismo. Pero, aún así, la entidad ha mantenido su actividad con la renovación constante del grupo de profesionales que de forma altruista observan el desarrollo del sector turístico y mantienen las instalaciones con una oficina para atender al turista. Por ello, la intención del actual Gobierno Municipal de expulsar al CIT del Pueblo Canario supondría un grave ataque a la sociedad civil, echados de un edificio emblemático que ha sobrevivido gracias al apoyo del CIT y de la familia de Néstor, Miguel y Rafael Martín-Fernández, mientras el Ayuntamiento ha demostrado su inoperancia y desprecio a este patrimonio y a la sociedad. Y, encima, a día de hoy desconocemos el proyecto para el Museo y la proyección internacional del artista y del ideólogo del desarrollo turístico de Gran Canaria. Y es que la sociedad y las instituciones sólo piensan en la cantidad a invertir en la obra para recuperar el uso museístico y de restauración. Pero el Pueblo Canario tiene que ser sede del CIT y debería contar con un centro de interpretación del turismo, centro de documentación y acciones divulgativas. Es sorprendente que desaprovechemos esta oportunidad en un territorio que vive de la actividad turística, sin que exista un espacio que explique esta actividad y ofrezca información real y objetiva que promueva el conocimiento del turismo.

Con acciones así -y ésta colma el vaso-, Las Palmas de Gran Canaria pierde el protagonismo como pionera del desarrollo turístico en la Isla, mientras Maspalomas consolida el Foro Internacional de Turismo y el resto de municipios hacen esfuerzos extraordinarios por su desarrollo turístico. Lo que contrasta con que la capital atente contra la herencia nestoriana (en Santa Catalina, en el Pueblo Canario), o en Tejeda desvirtúen su idea en el Parador... Quizás los responsables municipales de todos los partidos deberían interesarse por esta actividad tan poco valorada y promocionada desde el Ayuntamiento, con la carencia de alojamientos (extinción progresiva desde 1974), el reducido número de turistas que visitan la ciudad (camuflado por la presencia de la estación de cruceros en Santa Catalina), la pérdida de atractivo comercial para el extranjero... y preguntarse cómo ha sido posible (y quién es el culpable) de la agonía y cierre del Pueblo Canario. Y como colofón: el desprecio y desahucio del CIT.

Y no es que falten ideas y proyectos. En enero de 2016 formulé las siguientes iniciativas: Un Centro Néstor de Interpretación y Estrategia Turística y el Foro Néstor para el desarrollo turístico (ambas propuestas con sus posibles recursos y actividades).

Pero nadie responde desde ese Ayuntamiento, salvo con el desalojo del CIT como agradecimiento por los servicios prestados...