La publicación el pasado viernes de una instrucción sobre las condiciones de estética para las terrazas de los locales situados en el Muelle Deportivo ha puesto sobre alerta a los hosteleros de la zona, que consideran que la norma, firmada por el director de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, Salvador Capella, afecta a la propia viabilidad de sus negocios sin que haya sido consensuada con el sector.
El presidente del órgano de gobierno del Puerto, Luis Ibarra, indicó ayer que la normativa, dada a conocer a través del Boletín Oficial de la provincia de Las Palmas, fue anunciada por "un pequeño error". Avanzó, asimismo, su compromiso para que la confusión generada por su publicación "se subsane en el consejo de administración del jueves dejando la instrucción sin efecto". A partir de entonces, aseguró, se propiciará un diálogo con el sector con la intención de alcanzar una norma que disponga de un grado de consenso mayor que la recién promulgada.
La normativa, que deriva de otra que fue redactada en el año 2006 con un carácter más general y sin entrar en grandes detalles técnicos, deberá ser aplicada, de acuerdo con su redacción actual, por todos los nuevos establecimientos. También por los que están abiertos en la actualidad en el momento en que deban renovar sus títulos de ocupación del suelo portuario.
El texto recoge una serie de indicaciones de carácter técnico sobre las estructuras, las dimensiones y los materiales de las terrazas. Con ellas, detalla Capella, se pretende "especificar un poco más la normativa, igual que hace el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, intentado que todas las terrazas del Muelle Deportivo sean acordes, dando una homogeneización en aras de una mejor imagen y estética".
En concreto, la instrucción prohíbe que las terrazas puedan colocarse a menos de 1,5 metros de la fachada de los locales de la calle Joaquín Blanco Torrent (la que discurre en paralelo a la Avenida Marítima y acoge a cinco establecimientos de restauración). La norma obliga también a que ese espacio quede "completamente libre", sin que se puedan instalar cubrimientos como los que en la actualidad tienen algunos de los locales.
La norma también establece criterios sobre los cerramientos de las terrazas. No podrán contar, por ejemplo, con cerramientos laterales de materiales textiles, y deberán dejar 30 centímetros de espacio libre entre los postes de las terrazas y los bordillos de las aceras. Tampoco será posible que los toldos, lonas o sombrillas usados como cubrimiento estén unidos a las fachadas "salvo las estructuras estrictamente necesarias".
Los responsables de los establecimientos lamentaron que en la elaboración de la normativa no se contara con su opinión. Algunos de ellos mencionaron ayer las características de la zona -sobre todo en cuanto al viento- como motivo para realizar cerramientos completos que de no existir, aseguran, mermarían sus negocios. Lamentaron, por último, que su apuesta por el Muelle Deportivo como zona de ocio y restauración no haya sido correspondida con más diálogo desde la Administración.
