La MetroGuagua carece de un proyecto básico general, tal y como ha reconocido el propio concejal de Movilidad, José Eduardo Ramírez, que admite en el escrito remitido a la portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento capitalino, Beatriz Correas, que las obras para implantar el Bus Rapid Transit (BRT) en la capital grancanaria sólo cuentan con un anteproyecto, el que se hizo durante el mandato del exalcalde del Partido Popular (PP), Juan José Cardona, en el que se aporta información sobre las distintas alternativas posibles para los ocho tramos en los que se dividen los 12 kilómetro de recorrido, en ambos sentidos, entre la rotonda de Belén María y Hoya de la Plata. También se incluye el presupuesto de cada uno de los tramos. El anteproyecto no contempla, por ejemplo, actuaciones tan importantes, por su complejidad, como el soterramiento del tramo entre Rafael Cabrera y Venegas, para impedir que el paso de la MetroGuagua colapse el tráfico que accede a Bravo Murillo desde la Avenida Marítima. "La tunelación de Rafael Cabrera hasta Venegas es uno de los proyectos más complejos de todo el recorrido, porque se trata de terreno ganado al mar y eso dispara los costes . Ese trocito sólo puede disparar los costes en más de un 25%", denuncia Beatriz Correas.

Mientras Ramírez restó importancia a la inexistencia de este proyecto básico, que se irá redactando tramo a tramo, conforme se vayan adjudicando cada una de las fases, la edil Beatriz Correas considera fundamental dicho documento global que garantice que "el proyecto no se vaya al garete si falla uno de los tramos y, sobre todo, que el precio no se dispare".

Correas atribuye a esa inexistencia de proyecto global el incremento del precio del tramo entre Galicia y Pío XII, que se está ejecutando en la actualidad. "El anteproyecto", recordó la edil, "presupuestó lo presupuestó en 600.000 euros, una cantidad que se ha elevado a 1,6 millones. Eso ocurre porque no hay un proyecto y me temo que el coste global", cifrado por el Ayuntamiento en 100,5 millones y en 127 millones por el Banco Europeo de Inversiones (BEI), "se elevará hasta los 200 millones". Añadió que el gobierno municipal "se está cachondeando de los ingenieros. No se puede iniciar una obra de este tipo sólo con un anteproyecto. Es un fraude de ley. Y no es cierto que no se necesite estudio de impacto ambiental".

Ramírez, que ha recibido un requerimiento del Comisionado de Transparencia tras una denuncia de Ciudadanos por la falta de información sobre la MetroGuagua, aseguró que el anteproyecto colgada en la web de Guaguas Municipales "es la única información existente" de la línea de alta capacidad de Guaguas Municipales, porque "hasta que no finalice la ejecución de cada una de sus secciones, no se constituye el mismo como proyecto, si bien contiene todos los elementos necesarios para acometer los distintos tramos que lo conforman".

"De esta manera", resaltó en el escrito remitido a Correas, "el proyecto oficialmente se denomina "anteproyecto, nombre que cambiará una vez terminen las obras de cada uno de los ocho tramos en los que se divide".

Ramírez quiso recordar también que la MetroGuagua proviene de la época del popular Juan José Cardona. La MetroGuagua, sostuvo, es "un proyecto político, sustentado en base a un modelo concreto de movilidad" -que se acordó en el Pacto por la Movilidad y el Plan de Movilidad Urbana Sostenible y se ratificó por unanimidad en un acuerdo plenario- y que, "como tal, no está sometido a exposición pública, tal y como sí lo están los proyectos técnico". Añadió que el anteproyecto es "la única información existente del proyecto", la cual se ha remitido a "todo el que la ha solicitado", pese a que "no es obligatorio por ser un proyecto político y no técnico".

Por otro lado, ingenieros consultados indicaron que "lo ideal sería hacer un proyecto básico completo" antes de iniciar los tramos, porque ello permite conocer desde el principio "todas las interferencias y problemas con los que se puede encontrar la obra". "El proyecto básico global no es necesario y se puede ir haciendo por tramos, pero en este caso se corre el riesgo de que un sector complicado de al traste con toda la obra. No es muy probable, pero posible", indicaron. "La única razón, concluyeron, d que no se haya optado por un proyecto básico global son "las prisas" por iniciar las obras antes de que acabe el mandato. "Lo que manda en estos casos siempre son los plazos. Los políticos planifican y construyen pensando en las siguientes elecciones. Tiene toda la pinta de que se ha decidido eliminar el proyecto básico, porque ello ahorra un año de tramitación", concluyeron.