Astican aspira a construir un dique seco junto al muelle este de sus actuales instalaciones que reforzará el posicionamiento del Puerto de La Luz en el sector de las reparaciones navales en la costa occidental de África al dotarlo de una infraestructura de características únicas en toda la región. El proyecto, que será tratado en la reunión del Consejo de Administración prevista para la próxima semana, contempla una inversión por encima de los 25 millones de euros que irá destinada a la construcción de un recinto con dimensiones interiores de 320 metros de eslora, 41,6 de manga y otros 9,5 de calado. Por comparación con el resto del litoral atlántico africano, solo un astillero localizado en Sudáfrica cuenta con dimensiones mayores.
Los diques secos son infraestructuras portuarias formadas por un foso construido a nivel de mar que disponen de una esclusa en la entrada gracias a la cual es posible convertir el recinto interior en un espacio hermético. Una vez el buque accede a su interior, la esclusa se cierra y entra en funcionamiento un sistema de bombas que achican el agua que se encuentre en el foso para que la embarcación pueda quedar en seco y ser sometida a todo tipo de reparaciones. El sistema escogido por Astican permitirá, además, reducir la huella de carbono producida por la actividad naval al instalar una compuerta de varada que dispondrá de un sistema que generará energía eléctrica durante la fase de llenado del dique, del mismo modo que lo haría una pequeña central hidroeléctrica.
El proyecto supone un avance con respecto a varaderos tradicionales, ya que permite intervenir en embarcaciones de mucho mayor eslora. Con su configuración actual el astillero puede trabajar con barcos de hasta 200 metros de eslora y 36.000 toneladas de peso muerto, cantidad que ascenderá hasta 95.000 cuando el dique seco entre en funcionamiento.
La propuesta de Astican permitirá a la empresa ofertar servicios de reparaciones, transformaciones o reformas integrales en embarcaciones de gran porte que hasta ahora no podían someterse a este tipo de labores en Canarias. Ocurrirá con los cruceros de grandes dimensiones que pasan la temporada de invierno realizando rutas por los archipiélagos macaronésicos -en el dique seco cabría, por ejemplo, el icónico Queen Victoria, que visitó la capital el lunes de esta semana-, pero también con buques de construcción submarina, buques tipo Panamax -e incluso Post Panamax- o con las nuevas construcciones encargadas por las navieras que operan las rutas interinsulares canarias y que de otro modo deberían varar en la Península para acometer sus reparaciones reglamentarias.
La propuesta de instalación de un dique seco en La Luz ofrece un empuje a los planes de la Autoridad Portuaria para atraer nuevos tráficos al Puerto capitalino, pero también supondrá un revulsivo para otras industrias que hasta el momento no se encontraban directamente relacionadas con el sector de reparaciones navales. Ese será el caso de las empresas dedicadas a la construcción o reformas de instalaciones hoteleras, que verán cómo se abre un nuevo mercado en los trabajos de reforma integral interior de los cruceros.
El incremento de la capacidad de varada de Astican permite prever un aumento de la competitividad no solo de la compañía, sino de todo el sector portuario de la Isla, ya que la creación recintos como el dique seco suele conllevar la generación de nuevos puestos de trabajo indirectos en embarcaciones de apoyo, movimiento de personal o nuevos servicios en tierra que tanto los armadores de los buques como sus tripulaciones puedan requerir.
La puesta en marcha del dique seco de La Luz también supondrá innovaciones desde el punto de vista constructivo, ya que está previsto utilizar un método nunca antes empleado para levantar una infraestructura como esta. Será con cajones flotantes de hormigón construidos en una cajonera y una vez concluidos serán lastrados anexados al muelle este de Astican. Esta técnica permitirá llevar a cabo una instalación más sencilla y reducir los trabajos en tierra, ya que sólo se requerirá el suministro de hormigón y las armaduras, y está pensada para optimizar tanto los costes relacionados con la construcción como el tiempo necesario para rematarla.
