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Urbanismo La recuperación del Guiniguada

La reducción del tráfico en la carretera del Centro puede atascar Siete Palmas

La peatonalización o el cierre del flujo de coches redundará en las vías alternativas como la avenida. Los ingenieros piden un análisis previo a las intervenciones

La autovía GC-110, que separa físicamente los barrios de Triana y Vegueta, no tiene los días contados. ANDRÉS CRUZ

Los ingenieros advierten de que las obras necesarias para asumir el tráfico que se desviaría de la carretera del centro, si, finalmente, se produce una semipeatonalización del Guiniguada, podrían provocar atascos que redundarían en la Circunvalación, llegando, incluso, a Siete Palmas o Tamaraceite. El Colegio Oficial de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos se suma al debate sobre la recuperación del barranco para el uso ciudadano, que arrancó con una iniciativa del Gabinete Literario. Para los profesionales, es vital un profundo análisis que evite complicaciones para la movilidad de la capital.

Tres son las propuestas presentadas hasta la fecha para reducir o eliminar el tráfico en la GC-110, pero ninguna cuenta con un análisis exhaustivo de los costes, y del impacto ambiental y territorial que conllevaría ejecutarlas. Es por ello que el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de la Demarcación de Las Palmas, pone de manifiesto una serie de consideraciones previas a cualquier valoración de las posibles soluciones.

Una de estas apreciaciones hace referencia a la necesidad de realizar un estudio de movilidad, ya que, tal y como figura en un comunicado de los ingenieros, "se trata de una modificación territorial y urbanística, que debe ser contemplada bajo el marco de la Ley 13/2007 de Ordenación del Transporte por Carretera de Canarias". Y es que cualquiera que sea la propuesta favorita, impactará en vías alternativas, que tendrían que asumir el tráfico que actualmente transita por la autovía.

En este sentido, el alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Augusto Hidalgo, ha planteado la posibilidad de construir un cuarto carril circulatorio que discurriría contiguo a las vías de la MetroGuagua, sobre el mar, paralelo a la Avenida Marítima. Ello, a su vez, supondría durante el periodo de obras, un notable incremento del tráfico en la Circunvalación y, por ende, afectaría a zonas como Siete Palmas o Tamaraceite.

Otra de las consideraciones de los ingenieros es la relativa a las afectaciones hidráulicas. De un lado, estos advierten de que nos encontramos bajo los efectos del cambio climático, y que un estudio histórico en torno a las precipitaciones, para valorar la viabilidad o no de la apertura del barranco, quizás no sería suficiente. Por ello, invitan a actuar con generosidad en la delimitación del cauce del barranco para evitar lamentar posibles desastres ambientales. Insisten, también, en mantener conversaciones con Costas, para valorar los impactos marítimos que tendría la desembocadura del Guiniguada, pues "el mar podría inundar cualquiera de los proyectos que se lleven a cabo". De otro lado, ponen atención en que "la zona en estudio sirve de corredor para unir una de las principales infraestructuras del agua, como es la Estación Depuradora de Aguas Residuales de Barranco Seco, con la red de saneamiento municipal".

Con estos datos sobre la mesa, el Colegio de Ingenieros concluye que, a pesar de que "parece razonable pensar que esta zona de desembocadura del Barranco del Guiniguada tiene más vocación de ciudad, que de ser el soporte para el tráfico de paso", cualquiera de los proyectos no debe iniciarse obviando los puntos señalados. Tampoco sin un convenio entre las cuatro administraciones implicadas: Gobierno de España (Costas), Gobierno de Canarias (Carreteras y Obras Hidráulicas de interés regional), Cabildo de Gran Canaria (Recursos Hidráulicos) y Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria (Plan General de Ordenación Urbana), y sin el consenso de estas con la ciudadanía. Todo ello evitaría seleccionar "una alternativa que no sea ejecutable, o cuya ejecución suponga un coste no contemplado o inasumible".

Las consideraciones del Colegio han sido elaboradas por el conjunto de profesionales que lo componen, bajo la supervisión del actual vicedecano de la misma, el ingeniero Julio Rodríguez Márquez, quien el pasado 11 de abril fue elegido decano del Colegio, y quien tomará posesión del cargo próximamente.

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