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Entrevista | César Bona

"Uno aprende mucho cuando escucha"

"La educación debería estar en vanguardia porque estamos educando a niños para un mundo que cambia" destacó el maestro, considerado uno de los mejores docentes del mundo

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César Bona, el mejor maestro del mundo, en Canarias

¿Qué es lo que ha pasado en la escuela para que el acoso escolar sea un tema tan preocupante?

No sé si antes había más o menos acoso escolar. Lo que es muy importante es que ahora se le esté prestando atención en la escuela y que se haga participe a los chicos. La educación es la clave. El hecho de que salgan ahora más noticias sobre ello es para que todos tomemos conciencia de que es importante y de que hay que dar un paso adelante. No podemos permanecer como espectadores.

¿Cómo se le pone freno?

Es importante que los niños y adolescentes vean que depende de ellos, más de lo que les puedan decir sus padres, su maestro o cualquiera. El respeto depende siempre de uno mismo; debe ser inherente a nosotros. Es clave que uno diga: tengo que dar un paso adelante.

¿Qué aprende un maestro en una charla como la de hoy?

Primero ser consciente de que lo que uno dice ya lo han escuchado los chicos en sus clases. Hay grandes docentes que están haciendo un trabajo maravilloso, y que es cuestión de los medios de comunicación sacarlos a la luz. Es muy bonito dar la oportunidad a los centros a que se unan; hoy había más de 800 adolescentes de distintos sitios, que hagan equipo y se dé eso tan importante como es el dar un paso adelante. A mi se me ha puesto la carne de gallina escuchando a chicos hablar de sus propias experiencias. Y como han sido capaces de dar un paso adelante y transformar lo que les rodea. Hace falta valentía para hablar delante de tantas personas y decir que he sufrido acoso y no quiero que nadie más lo sufra.

¿Qué o quién le motivo para ser maestro?

Yo no tenía esa vocación que la que algunas hablan. Hice filosofía inglesa porque me gustaba y, además, porque era lo que había en Zaragoza. Buscando una salida profesional, como les pasa a miles, eché el curriculum en educación. Y ahí descubrí, rodeado de chicos, cuán importante es esto de la educación, y nuestra misión. Lógicamente he ido aprendiendo muchísimo, me he equivocado mucho; y voy a seguir haciéndolo. Pero uno aprende mucho cuando escucha. Y ahora, que tengo la posibilidad de viajar y escuchar a niños, a docentes y a familias es un verdadero privilegio.

¿Está caduco el sistema educativo español?

Si digo una frase así generalizaría, y me parece injusto. Hay miles de maestros en España que tienen pasión, que están deseando formarse, que llega un viernes y cogen el coche y van de lado a lado para formarse sin que nadie les obligue. Y al lunes siguiente eso revierte en la educación de los niños. Lo que hay que replantearse es que lo que hacemos cada día es muy importante y que todo evoluciona. Igual que la tecnología, la medicina, las comunicaciones, la educación debería estar a la vanguardia porque estamos educando a niños para un mundo que cambia constantemente.

¿Cómo motivar a los niños de hoy en día que con un clic tienen el mundo a su mano?

Cuando hablamos de la tecnología, de las redes sociales, miramos a los niños o a los adolescentes pero tu vas caminando por la acera y ves también a los adultos con un móvil en la mano. Eso es algo que nos atañe a todos. Antes la ventana al mundo estaba en un libro, pero ahora la información está en todos los sitios. ¿Cómo motivarlos? Pues quizás: escuchando y compartiendo. Ellos también tienen cosas que decir y compartir. Hablando de la tecnología es importante pararse a reflexionar sobre el uso responsable de las redes, que parece que está en el limbo y nadie lo toca, y sobre la responsabilidad social. Cuando tu dices a un chico que intente mejorar el mundo que ve desde su ventana todo cambia porque le has escuchado y le has hecho participé de que puede aportar algo.

¿Y cómo alentar a esos maestros desmotivados por el exceso de trabajo, la burocracia?

La burocracia nos come; es un hecho. Lo que hay que ver es que la educación y los niños es lo verdaderamente importante. La Administración, el sistema, nos tiene que ayudar en esto porque es muy difícil nadar contracorriente. Y hay mucha gente que lo hace, en el buen sentido de la expresión. Antes de empezar el día hay que revisar esas pequeñas cosas que hacemos porque, a veces, exigimos a los chicos que sean educados, respetuosos, que estén atentos, que aprendan, que tengan ilusión, cuando nosotros no lo tenemos. No podemos exigir algo que nosotros no damos.

¿Qué papel tiene la sociedad en la educación de los menores?

La familia es el primer órgano educativo, luego está la escuela y la sociedad. Hay una frase que alguien debió de decir con bondad que en la escuela se enseña y en la familia se educa pero, sin darnos cuenta, ha hecho mucho daño en la relación familia-escuela. Hay que pensar que educamos y enseñamos entre todos. Si falta diálogo entre las familias y los docentes algo falla. Luego está la sociedad. Es importante que los grandes símbolos musicales, deportivos, y de todo tipo, tengan esa responsabilidad social. Un mal gesto de un futbolista, un domingo en un campo de fútbol, son miles de malos gestos en el recreo de un lunes siguiente. Por eso es tan importante que todos conozcan esa influencia y de cómo utilizarla para bien.

¿Deberes sí o no?

Siempre tendemos a dicotomizar todo. En mi opinión, a lo mejor tenemos que pensar qué deberes, cómo, cuándo y para qué. Si es para seguir estimulando la curiosidad, que creo que es clave, sí. También han de servir para fijar ciertos conocimientos. Pero no podemos permitir que un niño esté toda la tarde hasta la hora de cenar haciendo deberes y pretender que al día siguiente vaya con ganas al colegio. Y uno de los retos que tenemos es que tengan ganas de volver al día siguiente. La infancia vuela y solo se es niño una vez; los niños tienen que disfrutar de su infancia y los padres de sus hijos.

Pronto llegará final de curso ¿cómo deben afrontar los padres los suspensos?

Un niño no se define solo por un número. El hecho de que haya aprobado o suspendido no le hace ni mejor ni peor. Obviamente, los exámenes marcan, y de ahí esa exigencia de los padres. Pero no nos damos cuenta de que, a veces, esa presión es más perjudicial. Eso de que 'puede pero no quiere' hay que desterrarlo, ¿quién no va a querer? Quizás hay que conectar con ellos de otro modo para que sientan interés por las cosas, ver si se sienten bien, útil, escuchado. Eso no sale en las notas pero el fin de la escuela no es hacernos mejor individualmente, y no solo en conocimientos y en emociones, sino también colectivamente. Y eso también se tiene que aprender en las escuelas.

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