Su currículum deportivo no está plagado de medallas y méritos, pero su paso por los Juegos Olímpicos no pasó desapercibido. Tampoco es que fuera un don nadie, pero su personalidad sobrepasaba lo meramente deportivo. Takeishi Nishi (Tokio, 1902-Iwo Jima, 1945) era hijo ilegítimo de un danshaku -un barón según el Kazoku, sistema nobiliario nipón-, militar, jinete y una celebridad. Todo un gentleman que disfrutó como nadie de los felices años 30 en Estados Unidos con un amor por encima de todas las cosas: el de su caballo Uranus. Se encontraron en Italia en 1930 y formaron un famoso dúo cuyo mayor éxito fue la medalla de oro en la prueba de saltos en Los Ángeles 1932. Juntos siguieron hasta que estalló la II Guerra Mundial. Nishi se suicidó durante la batalla de Iwo Jima antes de ser capturado por el ejército norteamericano. Uranus sólo tardó una semana más en morir.

Takeishi Nishi nació en una privilegiada familia de Tokio porque su progenitor, Tokujiro Nishi, ministro de Asuntos Exteriores de Japón, pertenecía a la nobleza. Aun así, su situación tampoco era envidiable. Por tratarse de un hijo ilegítimo, su madre se vio forzada a abandonar la casa familiar nada más nacer Takeishi, que creció y se crio en colegios privados, con una filosofía prusiana de la educación, hasta que su padre murió cuando él sólo tenía 10 años y heredó el título de barón. Poco más tarde decidió entrar a formar parte de la Academia del Ejército Imperial Japonés, donde se especializó en caballería, licenciándose con honores en 1924.

Su encuentro con Uranus

En 1930, en una serie de viajes que realizaba por Europa, se encontró en Italia con Uranus. El amor surgió casi a primera vista. El ejército, sin embargo, se negó a pagar por este caballo, por lo que tuvo que gastarse parte de sus ahorros personales para comprar el equino. Comenzó con él un trabajo de doma que pronto dio sus frutos. Después de participar en una serie de competiciones por el Viejo Continente se presentó en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1932, donde ganó la medalla de oro en la prueba de salto individual por delante del local Harry Chamberlain (-8 puntos para el nipón y -12 por el estadounidense). Es, aún hoy en día, el único japonés campeón olímpico en equitación. Y fue el primer deportista asiático en subirse a lo más alto del podio.

Su leyenda deportiva creció más por lo que ocurría fuera de los circuitos deportivos. El barón Nishi, como ya era conocido, se convirtió en una celebridad, en un protagonista habitual de las fiestas de Hollywood como compañero del matrimonio de estrellas del cine mudo formado por Mary Pickford, la novia de América, y Douglas Fairbanks.

Además, habitualmente realizaba exhibiciones con su caballo, saltando por encima de coches en las afueras de la ciudad. Y encima tuvo la oportunidad de aumentar su cuenta en los Juegos en Berlín 1936. Era el favorito, pues Uranus en pocas ocasiones fallaba. Pero de forma sorprendente, Nishi se apeó del caballo en mitad de la prueba, lo que favoreció la victoria de un jinete local con un podio alemán al completo para regocijo de Hitler. Muchos sospecharon que fue obligado a ello porque poco después, en 1940, Japón, Alemania e Italia firmaron el Pacto del Eje.

Los felices años 30 pasaron y llegaron los tiempos de guerra. Como comandante, Nishi fue llamado a filas.Ya no había destacamentos a caballo, por lo que fue reasignado como el responsable del 26º Regimiento de tanques, que se encargó de la defensa de la isla de Iwo Jima. En la conocida batalla que tuvo lugar en 1945, Nishi prefirió suicidarse antes que ser capturado por el enemigo, y eso que tras su paso por Los Ángeles tenía amigos en el ejército yanqui que incluso le avisaron antes de la ofensiva para que pudiera escapar. No lo hizo. Era un noble. Un héroe en paz y en guerra.