Pesadilla roja en un estreno para olvidar. España arrancó su participación con una clara derrota (27-31) ante Corea del Sur, en un encuentro en el que las pupilas de Jorge Dueñas ofrecieron su imagen más gris. La grancanaria Marta Mangué, que concluyó el choque con cinco tantos, se retiró con molestias.

Sabedor de la velocidad y explosividad del conjunto asiático, el técnico Jorge Dueñas apostó de inicio por una cerrada defensa 6-0 para tratar de frenar las peligrosas penetraciones de las jugadoras asiáticas.

Pero los problemas de España no estaban en defensa, sino en ataque, donde el conjunto español fue incapaz en todo momento de superar la agresiva defensa coreana.

Tal y como confirman los doce minutos que la selección española tardó en anotar, por medio de Marta Mangué, su primer gol (3-6) de jugada, ya que hasta entonces España sólo había logrado marcar desde la línea de penalti, donde Carmen Martín se mostró infalible.

Fallos y más fallos que no tardaron en repercutir en la defensa, que obsesionada con no conceder espacios a las coreanas, se refugió más de lo debido en la línea de seis metros, lo que permitió a Corea lucirse en el lanzamiento exterior.

Colgado del brazo de la lateral derecha Eun Hee Ryu, que cerró la primera parte con siete goles, el conjunto surcoreano, doble campeón olímpico, abrió una enorme brecha en un marcador en el que las asiáticas llegaron a doblar (6-12) al equipo español a los veintiún minutos de juego.

España nunca se entregó, con la extremo Martín como referente ofensivo, pero no hubo milagro. El coraje bastó para maquillar la derrota ante un equipo muy superior. Triste debut del combinado nacional que tuvo en Mangué el rostro de la desolación. La teldense se retiró con molestias y será duda para el enfrentamiento de mañana ante la potente Dinamarca. Pensando en los cuartos de final, las guerreras de Dueñas no pueden permitirse otro patinazo. Llamada a la épica, toca resucitar ante uno de los ogros.