España 26 - Serbia 21

España: Sterbik; Rocas (3), Maqueda (4), Guardiola (1), Morros (1), Entrerríos (2) y Ugalde (4) -equipo inicial- Hombrados, Gurbindo (1), Tomás (4), Aguirrezabalaga, Sarmiento (4), Aginagalde (2) y Cañellas.

Serbia: Stanic; Prodanovic (2), Vujin (2), Manojlovic, Ilic (7), Nikcevic (3) y Toskic (2) -equipo inicial- Marjanac, Markovic, Rnic (1), Beljanski, Vuckovic, Cutura y Stankovic (4).

Árbitros: Abrahamsen y Kristiansen. Excluyeron por dos minutos a Morros, Tomás, Maqueda y Guardiola (2) por España; y a Prodanovic (2), Beljanski y Manojlovic por Serbia.

Parciales cada 5 minutos: 2-2, 4-3, 6-6, 8-7, 8-11 y 10-14 (Descanso) 12-15, 15-16, 16-17, 18-20,24-20 y 26-21.

Incidencias: La Caja de Cobre, 7.000 espectadores.

Un despertar pletórico. La selección, con cuatro tantos del grancanario Dani Sarmiento, arrancó su participación con una vibrante victoria sobre Serbia, en un encuentro en el que el conjunto español se sobrepuso a la lesión del meta Sterbik. La solución: una intensísima defensa que le permitió remontar cuatro goles de desventaja en un segundo acto para enmarcar.

Tal y como ocurriera hace un par de meses en el preolímpico de Alicante, el seleccionador Valero Rivera volvió a apostar por una férrea cobertura 6-0 con constantes salidas para frenar a los temibles cañoneros serbios.

Pero la mala suerte que persigue al guardameta de origen serbio se cebó con Sterbik, que debió abandonar con urgencia un minuto más tarde la pista a causa de una lesión, tal y como ocurriera hace dos años en el Europeo de Austria.

Un percance que golpeó duramente la moral del equipo español, que sin la presencia de Sterbik pareció perder por completo la confianza en un sistema defensivo, que requiere una fe inquebrantable en el portero, dados los numerosos espacios que dejan las salidas.

Seguridad que no pudo aportar Hombrados, que completamente frío, no fue capaz de atajar ni un solo balón en toda la primera parte, lo que generó todavía más dudas si cabe a una defensa, en la que ya nadie sabía si salir o refugiarse sobre la línea de seis metros.

Dudas que no tardaron en contagiarse al ataque español, que sin la capacidad de lanzamiento de los serbios, se enredó cada vez más y más ante el cerradísimo 6-0 serbio.

Problemas y más problemas que no tardaron en traducirse en el marcador en el que España pasó de vencer por 6-4 a los trece minutos de juego, a perder por 6-7.

Serbia, vigente subcampeona continental, tomó las riendas del partido y dio el estirón definitivo en el tanteador con un demoledor parcial de 2-7 que dejó a España al descanso con una inquietante desventaja de cuatro goles (10-14).

Muralla Hombrados

Diferencia que obligó al seleccionador Rivera a buscar novedosas soluciones, como la presencia de dos pivotes en ataque. Variaciones que unidas al renacer de Hombrados, que firmó cuatro paradas en el arranque del segundo periodo, permitieron a España volver a igualar la contienda (16-16) a los diez minutos de la reanudación.

Pero el efecto sorpresa pronto empezó a diluirse, reduciendo el ataque español a las acciones individuales del central grancanario Dani Sarmiento, lo que facilitó enormemente la tarea al cuadro serbio, que de la mano de Ilic, autor de cinco goles en la segunda parte.

Pero España no estaba dispuesta a rendirse, y mucho menos Maqueda, que con un espectacular robo de balón pareció revivir a la selección. Y Hombrados, con dos paradas de oro, tumbó a Serbia que se esfumó del parqué. Una victoria con aroma grancanario, con un gran Sarmiento, que confirma la salud de hierro de la selección.