España perdía por siete puntos contra China, 21-28, cuando apareció en escena la figura de la grancanaria Leticia Romero para echarse el equipo a la espalda. Unos minutos después, con 16 puntos sin fallos en 14 minutos, desde el carácter competitivo, electricidad en las piernas, y regalando puntos entre sus compañeras, el duelo era rojo español. Leticia, tras debutar en unos Juegos con 9 puntos frente a la todopoderosa Estados Unidos, le había dado la vuelta al partido. Nada nuevo para una niña que en su más tierna infancia jugaba con gigantes.
Y es que Leticia Romero pisó por primera vez el parqué de la Liga Femenina de Baloncesto con 15 años, cuatro meses y 21 días, de la mano de dos de sus valedores, Domingo Díaz y Begoña Santana, en la fábrica de talentos del Islas Canarias. Este caso de precocidad inicio las comparaciones con Ricky Rubio, que debutó con 14 años en la ACB. Para la cadete Leticia, por la mañana alumna de cuarto de la ESO en el colegio Nuestra Señora del Rosario de Agüimes y por la tarde una maquina de anotar en la máxima categoría del baloncesto español, la comparativa era un elogio. "No llego al nivel de sus pases, pero intento dar el máximo de asistencias posible", señaló entonces.
Pero antes de su debut en la Liga, Leticia ya sabía lo que era ganar con la selección, así como en los torneos nacionales para clubes. Desde entonces, su progresión ha sido constante e imparable. Lo suyo es puro talento, visión de juego y dotes de mando en el parqué.
Campeona de los Eurobaskets sub-16, sub-18 y sub-20, siempre como líder, integrante del mejor quinteto y la mejor jugadora en el torneo sub-20 disputado en Lanzarote. Su currículum incluye medallas de plata en el Mundial sub-17 y con la absoluta logró la plata en el mundial 2014 y el bronce en el Europeo 2015. Cada día cuenta con más minutos en los planes del seleccionador Mondelo. Mientras, hizo las maletas para pulir su juego en la liga universitaria de Estados Unidos. Su futuro es ilusionante.
