El boxeador chino Lu Bin, que competía en peso minimosca, ha protagonizado esta semana uno de los momentos más divertidos de Río 2016 al celebrar antes de tiempo su victoria cuando en realidad había sido derrotado, un ridículo que los aficionados chinos han convertido en muestras de apoyo a su púgil.

Lu, de 21 años y a priori una de las grandes bazas de medalla de China en el boxeo en estos Juegos, había concluido el pasado lunes su duelo de octavos de final con el keniano Peter Warui, y ambos se encontraban en el momento en que, tomados del brazo por el árbitro, éste debe alzar el del ganador.

El colegiado tardó unos segundos en emitir su veredicto, creando así ese momento de expectación tan típico en los combates que se deciden a los puntos, y Lu, quien se creía ganador, no podía ocultar su excitación, moviendo el brazo que le quedaba libre nerviosamente.

Al final, el árbitro alzó la mano del ganador, y Lu, totalmente seguro de que iba a ser él, levantó el brazo que no agarraba el árbitro y gritó para celebrar su victoria... cuando era el keniano el que se la había llevado.

El púgil africano añadió hilaridad al momento sonriendo con condescendencia, señalándose a sí mismo, abrazando amistosamente a su rival y, para rematar la faena, bailando una danza tribal sobre el ring, mientras Lu, con cara de confusión, aún no asimilaba lo que había ocurrido.